Moyano, INDEC y lo que ya sabíamos todos
Por Victor Beker* En su presentación de esta semana realizada en la Universidad de Belgrano, a la cual asistí, Hugo Moyano, Secretario General de la CGT, definió a la inflación como el principal déficit del modelo económico vigente.
Su tajante declaración me hizo recordar el cuento del rey cuyo sastre lo había convencido de que le había diseñado un traje mágico, sólo visible para la gente inteligente y que no podría ser visto por los necios. Como nadie en la corte y menos el propio rey querían ser tildados de necios, nadie se atrevía a decir lo que sus ojos veían hasta que un niño con toda su inocencia gritó a voz en cuello: ¡el rey está desnudo! Le correspondió al Secretario General de la CGT cumplir el rol del niño proclamando lo que todos ya sabemos: que el principal problema económico de la Argentina es la inflación.
Sólo falta ahora que el INDEC la mida correctamente.
El que no lo haga puede llevar a episodios tan desopilantes como el protagonizado recientemente por el presidente de la Caja de Previsión de Santa Cruz. Transcribo a continuación un extracto de la información aparecida en TiempoSur, Diario Digital de Río Gallegos del 8/6/11. En ella se especifica que la Caja de Previsión Social presentó al bloque del PJ de la Cámara de Diputados de la provincia un informe que detalla el impacto que tuvo el incremento de la canasta básica durante estos últimos cinco años en los haberes que perciben más de 12.000 pasivos de Santa Cruz.
Es decir, se tuvo en cuenta la evolución de las jubilaciones desde junio del 2006 hasta octubre del 2011. Según el titular de ese organismo, el aumento de los haberes durante estos cinco años fue de un 522%, frente a una suba de la canasta básica de un 147% . Por lo que se puede afirmar que los sueldos crecieron más de tres veces en relación al incremento de la canasta de alimentos.
"Siempre escuchamos decir que la canasta licuó los incrementos salariales, entonces quisimos ver con datos reales si esto era así, y lo hicimos con datos que maneja el INDEC¨, declaró el funcionario. La ristra de comentarios condenatorios que levantó la nota – a razón de uno cada 5 minutos- puso en evidencia la indignación que las palabras del funcionario despertaron en la comunidad , particularmente en su sector pasivo.
Más allá de las impugnaciones a los valores tomados en cuenta para medir la evolución de los haberes jubilatorios y de la obvia objeción de utilizar datos de Capital y Gran Buenos Aires para medir la evolución de los alimentos en Santa Cruz, lo que pone de manifiesto el episodio es a qué extremos puede llegarse con el manejo irresponsable de las estadísticas públicas que viene ocurriendo desde 2007 . Simplemente señalemos que para el INDEC la canasta básica alimentaria – los alimentos necesarios para que un hombre adulto cubra sus necesidades en un mes- costaba en abril pasado $ 191,05. A su vez, la canasta básica total – la que cubre el total de necesidades, alimentarias y no alimentarias- tenía un costo, según dicho organismo, de $ 419,30.
Sólo estos valores irrisorios pueden explicar la insólita interpretación del funcionario provincial que fue considerada un verdadero insulto por los jubilados que bombardearon con sus indignados comentarios – muchos de ellos ir reproducibles- el medio digital.
Pero esto es lo que ocurre cada vez que se pretenden utilizar los datos del INDEC. Por ejemplo, el Índice Salarial que estima dicho organismo indica que entre abril de 2010 y abril de 2011 el salario promedio se incrementó un 26,5%. En igual periodo el Índice de Precios al Consumidor sólo creció un 9,7 % según el INDEC. ¡O sea que la evolución de los salarios habría sido el triple de la registrada por los precios en el último año! Si así fuera, la inflación no sería calificada como el principal problema económico por el máximo referente del movimiento obrero organizado.
Lamentablemente, la realidad dista de ser lo que dibujan los números del INDEC . Y la única verdad es la realidad.