Motochorros apuntaron a la panza de una embarazada
Dos motochorros le apuntaron a una embarazada de 7 meses mientras ella les juntaba el dinero. El marido también fue víctima de los delincuentes.
El caso se registró ayer al mediodía en un almacén de 3 y 530, en Tolosa. A esa esquina habían llegado en moto dos delincuentes de alrededor de 35 años.
Después de que entraron en el local pidieron un agua mineral, como si se tratara de clientes comunes.
Esto, sumado al hecho de que estuvieran vestidos con un chaleco similar al que usan los empleados municipales, ayudó a que el comerciante no sospechara nada. "Creí que era gente de trabajo, pero eran ladrones.
"Los dos sacaron un arma y empezaron a amenazarnos de muerte y a decirnos de todo", contó Gustavo Agesta (50), el propietario del almacén.
Esto, sumado al hecho de que estuvieran vestidos con un chaleco similar al que usan los empleados municipales, ayudó a que el comerciante no sospechara nada. "Creí que era gente de trabajo, pero eran ladrones.
"Los dos sacaron un arma y empezaron a amenazarnos de muerte y a decirnos de todo", contó Gustavo Agesta (50), el propietario del almacén.
La esposa del comerciante, embarazada de siete meses, fue la víctima que más aterrada estuvo durante el hecho: uno de los delincuentes le apuntó con su arma directamente a la panza.
El otro delincuente intentaba apaciguar la situación: "Le decía que no le apuntara más. Pero igual creo que debe haber sido parte de una especie de actuación que hicieron", señaló el hombre.
Para entonces, tanto Gustavo como un cliente estaban tendidos en el piso por orden de los asaltantes. "Quédense tirados así 15 minutos más", les ordenaron los delincuentes.
Mientras el caño del arma continuaba apuntándole al vientre, la mujer embarazada debió embolsar la plata que habían recaudado hasta ese momento. Y con ese botín magro, los ladrones regresaron a la calle.
El escape de los delincuentes fue por calle 3, en contramano y a lo largo de dos cuadras. Luego se perdieron de vista.
El otro delincuente intentaba apaciguar la situación: "Le decía que no le apuntara más. Pero igual creo que debe haber sido parte de una especie de actuación que hicieron", señaló el hombre.
Para entonces, tanto Gustavo como un cliente estaban tendidos en el piso por orden de los asaltantes. "Quédense tirados así 15 minutos más", les ordenaron los delincuentes.
Mientras el caño del arma continuaba apuntándole al vientre, la mujer embarazada debió embolsar la plata que habían recaudado hasta ese momento. Y con ese botín magro, los ladrones regresaron a la calle.
El escape de los delincuentes fue por calle 3, en contramano y a lo largo de dos cuadras. Luego se perdieron de vista.