Mortalidad infantil evitable
Si cuatro de cada 10 niños que mueren por día en la Argentina pueden ser salvados, las autoridades deben abocarse a lograrlo
De los 35 países de América latina, la Argentina se encuentra en el lugar número 12 si se miden avances y expectativas del descenso de la mortalidad infantil. Está por debajo de Cuba, Perú, Nicaragua y Ecuador, entre otros. De todos ellos, Cuba es el único que alcanzó los objetivos que se impuso. En nuestro país mueren en promedio 28 niños por día; cuatro de cada diez por causas evitables.
En la mayoría de los casos mortales no se aplicaron recursos eficaces, como pueden ser la terapia de rehidratación oral, el empleo de antibióticos, la vacunación preventiva y los cuidados básicos de la higiene.
De ahí que sea necesario insistir en cuestiones prioritarias que reducirían sensiblemente la mortalidad infantil. En efecto, el desafío que afronta nuestra región y cada país en particular es atender y proteger a las familias más vulnerables, ya sea por la pobreza, la ignorancia o la distancia que deben recorrer hasta los centros de atención médica.
Estas carencias reclaman servicios de salud con adecuada distribución geográfica y constante difusión de consejos básicos, como el control periódico de la embarazada, el valor de la lactancia materna, el espaciamiento de los nacimientos, la atención pediátrica del crecimiento infantil, el conocimiento de los signos que revelan alarma para la salud y el aprendizaje de algunas medidas preventivas para tomar.
Cada 21 minutos muere un niño en el mundo por causas que podrían evitarse. Son 29.000 por día, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Seis causas provocan siete de cada 10 muertes de menores de cinco años: la diarrea, el paludismo, las infecciones neonatales, la neumonía, el parto prematuro y la falta de oxígeno al nacer.
Estas muertes ocurren, sobre todo, en los países subdesarrollados. En la reciente Conferencia de Actualización de la Asociación Latinoamericana de Pediatría se consideraron las estadísticas sobre la mortalidad infantil en la franja de las edades que van desde el nacimiento hasta los cinco años.
El total de decesos registrados en el último año en los 35 países de la región ronda el medio millón. Pudo haberse evitado el 70 por ciento de esos fallecimientos.
Es la gran alianza a favor de la vida infantil, como supo denominarla Unicef, la que debe prevalecer y, en ese sentido, ni la Argentina ni la región pueden permanecer indiferentes ante algo tan esencial como preservar la vida de los herederos de un mañana que, esperemos, sea mejor.