Moreno, un éxito rotundo
*Por Ricardo Roa. Se sabe de sobra que el índice oficial de precios es inútil a todos los efectos , salvo para abaratar el pago a bonistas. Y que aún con sus debilidades, las estadísticas privadas están mucho más cerca de la realidad: para este año cantan una suba de entre el 35 y el 38% de los alimentos.
¿Por qué, entonces, aquellos sindicatos con capacidad de presión no reclamarían una suma extra o un anticipo a cuenta de paritarias? Lo están haciendo gremios de todos los colores : alineados con el Gobierno como los camioneros o militantes en la vereda opuesta como los gastronómicos.
También los bancarios del Nación exigen cobrar un plus. Ayer volvieron a bloquear la salida de camiones de caudales: dejaron sin dinero a sucursales y a los jubilados les complicaron otra vez el cobro de haberes.
Desde la intervención al INDEC hace cuatro años, ningún acuerdo salaria tomó en cuenta al indicador oficial. Paradojas de la vida: uno de los motivos de la intrusión de Moreno había sido contener los reclamos sindicales , ya que la inflación venía entonándose.
Las paritarias de 2010 arrojaron ajustes anuales del 25, 30 y hasta 35%. Parecía que la mayoría quedaría a cubierto de la inflación real. El problema es que esos aumentos han sido escalonados en 2, 3 y 4 cuotas. Y el alza persistente de los precios se fue comiendo cada mejora.
Por donde se mire, asoma la inflación que el Gobierno no reconoce y en la que por muchas razones tiene responsabilidad directa. Suficiente como para que se siente en la mesa del pacto social. Claro que algo así implicaría admitir la realidad y asumir compromisos.
Hasta ahora ha optado por acuerdos parciales que parecen más marketing que otra cosa . Y remachar con que la inflación anual está en el 11%.