Moreno traba, aunque exporten
* Por Carlos Burgueño. Para algunos sectores terminó el régimen uno a uno ideado por Guillermo Moreno y que impone la obligación de exportar un dólar por cada dólar que se quiera importar.
Ahora, las empresas que la Secretaría de Comercio Interior considere que pueden producir dentro del país los bienes que quieren importar, tienen trabadas las importaciones. De nada sirve ya como argumento que una compañía pueda presentar un resultado comercial positivo.
Entre los sectores alcanzados con las nuevas restricciones se encuentran, fundamentalmente, alimentos y bebidas, que prácticamente tienen frenadas sus importaciones. La situación fue expuesta por el propio Moreno (cuando ya habían comenzado las nuevas restricciones para la compra de divisas), que habló directamente con los responsables de empresas productoras de ambos rubros.
A todos se les aclaró que no esperaran la liberación de los productos retenidos, y que comenzaran a evaluar la alternativa de fabricarlos en el país. En la recomendación se incluyó, por ejemplo, la necesidad de producir en el país whiskies y otras bebidas espirituosas, cervezas, pastas, gaseosas, jugos, vinos, galletitas, especias y condimentos, salsas, golosinas, chocolates, aderezos, aceites, productos congelados y sopas, entre otros. En todos estos casos, la orden de Moreno es que los productos que puedan fabricarse en el país, aunque tengan una calidad hoy imposible de reproducir, no podrán importarse. Los sectores de alimentos y bebidas ya están en la mira de Moreno desde hace rato. En junio del año pasado, el secretario ya había anticipado cuál era su intención con las importaciones de este rubro. En ese momento había sido una gestión del entonces ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la que logró frenar la medida. El ahora presidente de la Cámara de Diputados advirtió en la Casa Rosada que una decisión de este tipo traería consecuencias directas y similares en los mercados donde la Argentina exporta alimentos y bebidas, especialmente en Brasil. En la misma sintonía se había manifestado el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y finalmente la medida quedó suspendida. Moreno, ya sin esos contrapesos, avanza ahora con la restricción.
También están en esa situación los súper e hipermercados, a los que se les informó que los beneficios para introducir productos del exterior siempre que vendan otros bienes locales (artículos para el hogar, bazar, muebles) quedan sin vigencia.
El fin del régimen uno a uno para los alimentos y bebidas comenzará a aplicarse también en otros sectores. En la lista inminente se encuentran los materiales para la construcción, plásticos, metalúrgica, bicicletas, juguetes, neumáticos, textiles y artículos de limpieza en general. En todos los casos, siempre que según Moreno un artículo pueda producirse en el país, la importación estará vedada.
Entre los sectores alcanzados con las nuevas restricciones se encuentran, fundamentalmente, alimentos y bebidas, que prácticamente tienen frenadas sus importaciones. La situación fue expuesta por el propio Moreno (cuando ya habían comenzado las nuevas restricciones para la compra de divisas), que habló directamente con los responsables de empresas productoras de ambos rubros.
A todos se les aclaró que no esperaran la liberación de los productos retenidos, y que comenzaran a evaluar la alternativa de fabricarlos en el país. En la recomendación se incluyó, por ejemplo, la necesidad de producir en el país whiskies y otras bebidas espirituosas, cervezas, pastas, gaseosas, jugos, vinos, galletitas, especias y condimentos, salsas, golosinas, chocolates, aderezos, aceites, productos congelados y sopas, entre otros. En todos estos casos, la orden de Moreno es que los productos que puedan fabricarse en el país, aunque tengan una calidad hoy imposible de reproducir, no podrán importarse. Los sectores de alimentos y bebidas ya están en la mira de Moreno desde hace rato. En junio del año pasado, el secretario ya había anticipado cuál era su intención con las importaciones de este rubro. En ese momento había sido una gestión del entonces ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la que logró frenar la medida. El ahora presidente de la Cámara de Diputados advirtió en la Casa Rosada que una decisión de este tipo traería consecuencias directas y similares en los mercados donde la Argentina exporta alimentos y bebidas, especialmente en Brasil. En la misma sintonía se había manifestado el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y finalmente la medida quedó suspendida. Moreno, ya sin esos contrapesos, avanza ahora con la restricción.
También están en esa situación los súper e hipermercados, a los que se les informó que los beneficios para introducir productos del exterior siempre que vendan otros bienes locales (artículos para el hogar, bazar, muebles) quedan sin vigencia.
El fin del régimen uno a uno para los alimentos y bebidas comenzará a aplicarse también en otros sectores. En la lista inminente se encuentran los materiales para la construcción, plásticos, metalúrgica, bicicletas, juguetes, neumáticos, textiles y artículos de limpieza en general. En todos los casos, siempre que según Moreno un artículo pueda producirse en el país, la importación estará vedada.