DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Monólogos y silencios

*Por Luis Sarmiento García. Una opinión crítica hacia el estilo y contenidos de los discursos de la Presidente de la Nación.

A los agobiantes monólogos se agregan los irritables silencios. Es imposible así construir una democracia y una república. Lo que sucede en el país se contesta desde el atril en forma arbitraria, como se antoje, sin interlocutores, sin preguntas no admitidas, sin diálogo.

Un inexplicable y angustiante silencio procede luego de escándalos, presuntos delitos, hechos deleznables, circunstancias oscuras, en fin, cuando no se puede explicar lo inexplicable y cuando explicarlo solo demostraría la grave responsabilidad de los que tienen nombre y apellido pero que nunca se mencionan.

En los países serios los gobiernos prescinden de los ministros y funcionarios simplemente sospechados, sin esperar la sentencia de un juez, porque quien es cuestionado debe ser excluido para no perjudicar a sus superiores.

No rige el principio "inocente hasta que se demuestre lo contrario" de lo penal. Pero aquí, en este y anteriores mandatos, se produce? ¡silencio, de eso no se habla, y ningún funcionario es sustituido ni puede decir nada y menos, responder preguntas incómodas y comprometedoras!

Luego de la tragedia de Once, el 27 de febrero de 2012 desde Rosario, los argentinos escuchamos un largo monólogo referido a otro país: todo era maravilloso y perfecto.

Se destacó que el 25 de mayo de 2003 los KK habían construido un gobierno de excelencia, arrasando con lo bueno y lo malo -más malo que bueno- de 200 años pasados, porque lo "bueno" pasado también era malo y había que sustituirlo por "otro bueno a la hechura K".

Y al momento de citar próceres, a las invocaciones obligadas y justas de San Martín y Belgrano, queridos por el cien por cien del país, se agregó "Él" como prócer desde 2003 en adelante, sin esperar el juicio de la historia que todo lo decanta y permite con lucidez calificar sin pasiones encontradas a los prohombres de la patria, querido sólo por el cincuenta por ciento y repudiado seguramente por la mitad restante.

El monólogo incluyó las remanidas asignación universal por hijo, jubilaciones viejas y nuevas, Yaciretá como si fuera obra reciente, obras anunciadas desde hace tiempo muchas incumplidas como en Mendoza, derechos humanos y el inventario conocido y repetido desde cada atril, a partir de 2007.

¡Los monólogos eternos, sin retruques posibles y festejados por los aplaudidores que son ya los extras indispensables que se repiten en cada puesta en escena!

Nada se dijo acerca de los miles de millones de subsidios entre otros, a los ferrocarriles, más precisamente a los Cirigliano, hasta hace poco elogiados por su "excelente" conducción y servicio, que no se invirtieron en la concesión.

Nada se dijo de los informes de la Auditoría General de la Nación que desde 2007 delatan el abandono de los trenes y la infraestructura, con la desidia y negligencia del gobierno que debió controlar, emplazar, demandar y revocar la concesión.

Nada se dijo sobre la obligación inexorable de la Secretaría de Transporte y el Ministerio competente de controlar al concesionario al parecer, eximido de todo control por ser amigo del poder.

Nada se dijo sobre la responsabilidad compartida del Gobierno con el concesionario ni de la cruel promesa de constituirse aquél en querellante para disimular y cubrir sus gravísimas responsabilidades, cuando con seguridad será denunciado y querellado por las víctimas trágicas.
 
¡Las muertes de 51 argentinos y 700 heridos jamás debieron ser! Si el juez todo terreno, vergüenza del país y de la Justicia Federal, sobresee a los claros culpables, la conciencia que no puede ser sobornada y la justicia eterna y perfecta se encargará de reparar la ignominia.

Nada se dice sobre la acusación al vicepresidente cantor, presente en Rosario y en todos los actos, sobre su estrechísima vinculación con Ciccone Calcográfica y con el supuesto "testaferro" denunciado por su esposa desde Mendoza, y sobre las actuaciones en la Justicia Federal que pretenden ser absorbidas por el juez casi único en todos los procesos contra funcionarios nacionales, cuya misión es archivar causas y sobreseer si se trata de integrantes del staff K.

Nada se dice sobre la libertad de Haime, sumido en claras pruebas de corrupción y defraudación al Estado y al pueblo.

Nada se dice sobre el aumento de las dietas (en base a hidratos de carbono, pastas y dulces) de los legisladores nacionales en un vergonzante 100%, a $ 41.000 mínimo, pasajes incluidos que se suponen para trasladarse desde las provincias al Congreso y que no pocos canjean por efectivo, cuando el ingreso medio dentro de los 40 millones de a pie, es de $ 2.500/3.000.

Nada se dice cuando cientos de miles de trabajadores reclaman con la mano tendida en actitud limosnera, $ 300 o $ 400 y unas monedas más, sobre sus salarios, con un tope de 18% (sí, 18% pero nunca 100%).

Nada se dice desde el atril, sobre las jubilaciones que se reclaman actualizar a través de 400 mil juicios ni que se fundamentan en fallos de la Corte Suprema, caso Badaro, que la Anses no cumple, y cuyos fondos previsionales se utilizan para más gastos inflacionarios y ahora quizá, para reestatizar YPF, privatizada pésimamente por el riojano ex presidente, otrora odiado y hoy aliado del poder en el Congreso que le otorga inmunidad y sólo concurre a votar los proyectos K, cuyas acciones bajaron su precio ostensiblemente por obra de los monólogos acusadores.

Nada se dice del corralito del dólar, ni de la inseguridad, ni de la inflación, ni de la falta de insumos indispensables para la salud y la industria, ordenada por Moreno.

Y se llega así al discurso, a veces dialogado sólo con amigos, de la inauguración de las 130ª sesiones ordinarias del Congreso el 1 de marzo. Trató esencialmente cuatro asuntos: la pelea con Macri por los subterráneos; los trenes sobre los que el gobierno "no tiene ninguna responsabilidad"; los miles de millones de subsidios a todo; y las estadísticas que se exhibieron sin mencionar ninguna fuente.
 
Siguió el silencio sobre las mismas cuestiones tratadas antes. De Macri sólo se puede anotar un grave error jurídico de la Presidente que se ratificó abogada: nunca se firmó el convenio de traspaso sino sólo una carta de intención por la cual, si se llegaba a un acuerdo general sobre temas sustanciales, a los 90 días se firmaría dicho traspaso.
 
En el tema trenes resulta increíble y perturbador cómo fue tratado. Como dije, la Auditoría General de la Nación viene señalando desde años que los trenes presentan graves deficiencias y que no se invierte en ellos por los concesionarios.
 
En el discurso se mencionan los miles de millones de subsidios y no se repara en lo presuntamente delictual que surge del mismo discurso: si los concesionarios recibieron miles y no invirtieron, ¿a dónde fueron esas sumas millonarias?; ¿es destituyente pensar que a los bolsillos de algunos amigos?

Párrafo aparte merecen las citas de estadísticas. El discurso no menciona ni una sola fuente. Es de suponer que se trata de informes de Moreno a través del Indec. The Economist y el Fondo Monetario Internacional se han expedido tildando a los números del otrora prestigioso ente, de falsos o inexactos y los propios argentinos lo experimentamos diariamente. Tanto que el diario inglés ha decidido no publicar más estadísticas de Buenos Aires. Entonces debemos entender que, en el mejor de los supuestos, son de dudosa veracidad.

Los monólogos y discursos así no le sirven al país ni al mundo que nos mira. Aumentan la creencia global de que nuestra querida patria es una republiqueta bananera. Por eso el desprecio a los "sudacas subdesarrollados".

Y quizá la mayoría de los países del primer mundo cree mucho más en la ex potencia colonialista, que se apropió a sangre y fuego de enclaves de grandes territorios ajenos, Malvinas, India, Gibraltar, islas del Caribe y otros. ¡¿Alguna vez gozaremos de gobiernos serios que por su prestigio nos permitan imponernos en el mundo con autoridad moral y credibilidad?!