"Mis papás se conocieron en el Borda"
Lo expresó, en una entrevista íntima, una famosa actriz que se animó a hablar de todo: las exigencias del mundo espectáculo, el paso del tiempo y la llegada de su hijo. Enterate de quién hablamos...
En una entrevista íntima con la revista Paparazzi, la actriz Valentina Bassi se animó a hablar de todo. La exigencia del mundo del espectáculo, sus padres, la llegada de sus cuarenta años y de Lisandro, su hijo.
Protagonista de "Mujeres en el aire", comedia que realiza en el Centro Cultural Konex, y en la que encarna a la Renegada, una mujer dispuesta a todo por pertenecer al show Business, hasta que se harta, Bassi contesta respecto a si cree que en los medios existen cada vez más mujeres que hacen lo que sea por alcanzar determinados dictámenes que "yo lo llevo un poco más alla. Creo que es algo cultural, más que propiamente de los medios. Se busca el mundo de la eterna juventud y de la belleza, y serás eso o no serás nada. Es histórico que en la mujer se busque belleza, y no está mal, pero se torna peligroso cuando se cae en un extremo y la idea es inalcanzable. La televisión es un reflejo de lo que nos pasa hoy, y "Mujeres en el Aire" es un grito desesperado de las mujeres que decimos "Basta"".
Respecto a si sufrió alguna exigencia física en su trabajo, Bassi expresa que "si eso sucedió, no me di cuenta. No me hice cargo porque no está en mi personalidad. Soy fiaca. Me encataría hacer un montón de gimnasia, pero no tengo las ganas. Por eso, mi carrera pasó siempre por otro lado. Soy actriz y quiero ser cada vez mejor. Es más, creo que mis personajes nunca fueron cercanos al ideal de belleza. Más bien, todo lo contrario. La exigencia que vivo, y es mucha, es desde lo actoral. Si es verdad que en una época haciendo castings, cuando empezaba, pensaba "si no me eligen, no me quieren. Si me eligen, me quieren". Hoy me doy cuenta que está lejos del querer o no querer, simplemente no te necesitan para ese rol. Es mucho menos romántico, y eso me tranquilizó. No me hago cargo de otras exigencias, con las mías son suficientes".
Afirma que en relación a la llegada de sus 40 años, "inevitablemente, uno hace balances cuando hay un cambio de década. También es un poco absurdo. Se creó la civilización con el sistema decimal y, de repente, todos nos deprimimos cuando cumplimos años. Pero haciendo un balance, estoy muy contenta y agradecida con lo que me ha tocado en la vida. Tengo la familia que siempre quise tener, una carrera hermosa, y siento que viene lo mejor, porque el actor se nutre de experiencia de vida. Es positivo . Está el lado negativo, que también es infernal. El otro día, me puse a bailar con mi hijo y quedé con la espalda dura. ¡Ahora resulta que tengo que hacer una elongación precia! Un papelón, pero lo tomo con humor".
Con la sonrisa que la caracteriza, Valentina habla de su infancia y adolescencia. Cuenta que nació en Chubut y que esas instancias de su vida las vivió a otro ritmo. "Mi viejo era porteño y mi vieja, puntana. Se conocieron en el "Hospital Borda" porque el era psiquiatra y ella, asistente social. Les salió un trabajo en Trelew y se fueron a vivir ahí".
Asegura que no regresaría a su ciudad para que crezca su hijo. "Estoy recontenta viviendo en Buenos Aires. Adoro el lugar donde crecí, y cuando sé que alguien va para allá, lo interno porque le explico todo lo que tiene que visitar y hacer".
Por último, la actriz casada con el director de cine Ulises Rosell, afirma que la llegada de Lisandro, su hijo de cuatro años, cambió sus prioridades. "Me modificó Mi hijo es prioridad y todo se acomoda en torno a él. Con mi marido organizábamos un plan quince minutos antes de salir, y ahora es toda una movida. Me costó volver a trabajar. Me pasa que si hago teatro, no hago tele. Si hago tele, no hago teatro. Adminitro mucho más mi tiempo porque tengo ganas de vivir este momento como lo estoy haciendo. Es un flash verlo crecer".