Mirtha Legrand se viste como torta de casamiento
Perdón Mirtha, pero la edad y la fama no te otorgan inmunidad a la hora de poder abusar de los vestidos saturados de detalles y pasados de moda.
@Sofisuu
starruella@diarioveloz.com
Cuando en una charla descontracturada critiqué la sobredosis de canutillos del vestido de Mirtha Legrand en la gala de los personajes del año de la revista Gente, enseguida fui frenada. “¡¡Es Mirtha!!”, dijo una de comentadoras. Y, ¿Qué tiene? ¿Podemos criticar y celebrar todos los vestidos de fiesta, excepto los de Mirtha?
La edad y la fama no te otorgan inmunidad a la hora de poder abusar de los trajes saturados de detalles y pasados de moda.
Mirtha Legrand se viste como torta de casamiento. Sus vestidos de fiesta suelen ser largos por debajo de la rodilla, con mangas hasta la muñeca o 3/4, escotes siempre cerrados y cortes que estilizan poco la figura.
Pero lo peor son las telas ultra estampadas, bordados de fantasía y apliques brillosos que decoran sus trajes. Pareciera que todo está permitido en sus diseños: volados de gasa al estilo juglar, abuso de puntillas, contrabando de lentejuelas y exceso de mostacillas.
Su outfit suele quedar completado con accesorios al tono: vinchas con volados, tocados con flores de tela, joyas brillantes ostentosas y mini carteras confeccionadas muchas veces con la misma tela sobrecargada del vestido.
Para los sensibles, aclaro que esto es una crítica completamente subjetiva sobre moda y estilo, y nada tiene que ver con la personalidad, trayectoria y carrera de la diva de los almuerzos.