Mirtha hizo agua con sus almuerzos marplatenses, y vivió el peor verano

La abuela Mirtha está enojada y preocupada... Y no es para menos, ya que la diva de los almuerzos está atravesando por uno de los peores veranitos –y años- de su extensa trayectoria artística. El rating de su histórico ciclo está por el sótano, cada vez son más los actores y actrices que, no sólo que la atacan, sino que se niegan a sentarse a su mesa producto de su enfrentamiento con el gobierno kirchnerista. Y como si con eso no tuviera demasiado castigo, su continuidad en la pantalla de América, ya que hasta el momento no tuvo ninguna reunión con los directivos del canal palermitano para definir la fecha de su vuelta a los almuerzos diarios para la temporada 2011, no está asegurada. Demasiadas malas nuevas e interrogantes para una persona que, como Mirtha, no es de quedarse callada. "Me cansé de que me ataquen sin justificativos algunos. No termino de comprender cómo pueden atacarme tantos colegas, porque yo les recuerdo a todos ellos que yo también soy actriz. Si hay algo que tengo bien en claro es que jamás traicioné mis pensamientos ni mi forma de ser. No sé cuántos de ellos podrán decir lo mismo", manifestaba Mirtha en el comienzo de uno de sus almuerzos desde el hotel Costa Galana de Mar del Plata, en clara alusión a su último enfrentamiento con el actor Juan Leyrado, quien gritó a los cuatro vientos su decisión de no sentarme más a la mesa de Mirtha, tras la tardía confesión de ésta acerca del secuestro de una sobrina suya durante la última dictadura militar argentina. "Puedo hablar de todos los actores y actrices y decir de todo, pero no uso la televisión para esto, me parece de muy mal gusto. Espero que los agravios terminen cuanto antes. Debe haber una mano negra detrás de todo esto, aunque, sinceramente, lo desconozco y por eso no quiero seguir hablando. El tiempo y la realidad se encargarán de dar el gran veredicto final. Yo prefiero no seguir hablando del tema por respeto a mi público, que me sigue desde hace tantísimos años", agregaba, tan molesta como indignada y dolida su largo y efusivo discurso frente a las cámaras, antes de concluir. "Lo último que voy a decir sobre el tema es que las puertas de este canal y de mi programa están abiertas para todos, menos para los que me han hecho tanto daño. Soy buena, pero no tonta", cerraba tajante.

Más allá de estos duros enfrentamientos con colegas, lo cierto es que a Mirtha ni el rating la acompaña. Así lo indican los magros 3,7 puntos de rating promedio que alcanzan sus almuerzos marplatenses. Números por cierto muy por debajo de las expectativas tanto de las autoridades de América como de la propia conductora, que ya venía de un año con números más que flojos, lo que no hace más que peligrar su continuidad para el resto del año. Aunque desde América reconocen que ya le enviaron una propuesta informal para el ciclo en Buenos Aires, del que se negaron a dar mayores detalles, Semanario pudo averiguar que la idea de los directivos sería ofrecerle la conducción de un programa que iría una sola vez por semana. Información que refuerza la posibilidad de que sea Jorge Rial con su ciclo "Intrusos", el que pase a ocupar el horario que históricamente vienen ocupando los almuerzos de la diva en desgracia.

Lo cierto es que el viernes 18 será el último programa desde Mar del Plata, en lo que fue un verano para el olvido.