Milagros Urbanos 2
Allí íbamos los dos en el destartalado flete, el jovencito con pinta de saqueador, esta agnóstica, y atrás el sofá cama que estábamos transportando.
@CWargon
Insólitamente, contra el parabrisas, el joven tenía una Biblia. La abrí (con esa tentación que tengo por los objetos bellos) y allí se inicio quizás la charla mas insólita de mi vida, porque el joven, en su lunfardo básico tenía conocimiento y opinión sobre todo.
- La Biblia está llena de cosas raras, afirmó... ¿No tiene la del trompa?
- Mmmmmm- respondí para no comprometerme
- ¿Cómo, no la registra?... entonces se la cuento- dijo el mozo y se lanzó entusiasmado a la siguiente narración:
- Resulta que había un quía que necesitaba laburantes. A uno lo tomó a las ocho de la mañana y este se mató hasta las doce. A otro lo tomó a las diez y laburó dos horitas. Y al tercero lo tomó a las doce menos cuarto, así que ese se rascó... ¿La tiene?
- Mmmmmm- volví a responder, sin arriesgar nada.
- ¿Y sabe cuánto le pagó a cada uno el quía?
- Ni idea
- Les pagó ¡lo mismo!- contestó triunfante -¿Qué le parece?
- ¡Una injusticia!- grité
- No la caza, doña, no la caza... el joven movió la cabeza con un dejo de impaciencia, pero avanzó. Mire, el chabón que entró a las ocho se puso de la cabeza, el de las diez quería trompear al de las doce.
- Y el de las doce era el hijo del dueño- ironicé en mal momento.
- ¡NO mujer!, ¡no la caza! Eso quiere decir que Dios hace igual que el quía, ¿a quién le importa lo que labure cada uno si Dios les va a garpar a todos?
Ya íbamos llegando, el calor había reblandecido mi seso, no entendía si estaba al borde de una revelación o una deshidratación... Bien sé que os caminos del Señor son misteriosos... ¿era ese su mensaje? ¿Debía de aquí en más dar mi testimonio en Plaza Once?
Mientras peleaba con la cama y con las ganas de robarle la Biblia, decidí no pecar. Creo que el joven la lee de un modo infinitamente más creativo que yo. ¡Señor!, si quieres que escuche tu mensaje ¿no podrías hablar de un modo más formal? La posmodernidad me vuelve aun más agnóstica. Amén.