Miguel Ángel Porro, el profesor envenenado por una alumna, contó su verdad: "Me duele que esta chica negó su accionar"
El docente de la escuela Comercial de Villa Ballester contó sus refelxiones más íntimas y relató el miedo que tuvo por su vida.
Miguel Ángel Porro, quien dicta la materia de Construcción de Ciudadanía en el Comercial de Villa Ballester, dio a conocer sus reflexiones más íntimas acerca del terrible incidente que vivió la semana pasada, cuando fue envenenado por una de sus alumnas, de tan sólo 12 años. "Me parecía una terrible injusticia que alguien avasallara mi derecho a la vida", expresó.
Con respecto a su desempeño como docente y a raíz de las críticas que surgieron a partir de su modalidad para dictar las clases, Porro refirió: "No soy permisivo. No soy hagan lo que quieran. Quiero que tengan respeto por el otro, por la materia y que estudien". El hombre opinó que la niña que le hizo la "broma", sufre de una ausencia de figura paterna. "Creo que es un chica que tiene problemas en su hogar. Hay una figura paterna que fue corriendo los límites", expresó.
En cuanto al modo en que el docente descubrió que había sido envenenado con insecticida para cucarachas, la víctima detalló ante las cámaras de C5N: "Me enteré de esta enzima en sangre en la última extracción. Cuando voy a ver a la médica de la ART, le hago mención de la enzima y me dice que van a seguir haciendo análisis. Yo le pido a la ART que se expida con mi historia clínica, porque, de ser así, voy a aportar esta prueba a la Justicia".
"Creo que lo que más me conmociona es la por qué los docentes somos enemigos de los alumnos. En un momento, en la editorial de Clarín, me ponen el mote de rígido o exigente. Hay que hacer una modificación profunda en la sociedad. Estamos un poquito abandonados. Yo soy consciente de que podría haber muerto", narró conmovido.
Acerca de la actitud de su atacante, Porro destacó cuál fue el punto que más lo afectó en lo emocional, al afirmar: "Me duele que esta chica negó su accionar. En un momento le digo 'no mientas más, decime que me pusiste porque hay un achica que te vio'". A raíz de este incidente, el educador atravesó no sólo complicados momentos de salud física, sino también mental.
"El día sábado tuve una catarsis muy grande de llanto de bronca. Yo soy una persona tranquila y contenida, pero me parecía una terrible injusticia que alguien avasallara mi derecho a la vida. Me sentí un estúpido", contó.