Michelle y sus hijas, entre actos oficiales y capoeira
La primera dama norteamericana, Michelle Obama, cambió de look. Muy delgada, con un cuerpo de gacela, lució un traje de tonalidades doradas y plateadas con zapatos color oro. Pero lo que llamó la atención fue el nuevo peinado, con un cabello muy corto que le da una apariencia muy sofisticada.
Se podría decir, a la francesa. Dilma Rousseff, quien había llegado a un considerable sobrepeso el día en que asumió la presidencia, logró recuperar su figura. Dicen que bajó 10 kilos y que lo hizo del único modo posible: "Cerró la boca".
Lo cierto es que se mostró particularmente elegante en un vestido de un rojo oscuro y con un chal que hacía juego. Pudo abandonar su indumentaria clásica de chaqueta y pantalón. Michelle acompañó a su marido en los momentos cumbres de los actos oficiales. Pero tuvo tiempo para asistir a actividades privadas junto con sus dos hijas . Vieron una representación de capoeira, ejecutada por el grupo Raíces de Brasil.
La capoeira es en apariencia una danza, pero se aproxima mucho a las artes marciales. Los brasileños recuerdan que detrás de esas piruetas asombrosas se escondía una práctica física y mental de los esclavos que los preparaba para huir de los esclavistas e internarse en la selva. Michelle batió las palmas junto a sus hijas. Pero la primera dama tuvo su momento de incomodidad ante la proximidad de los capoeiristas.