"Mi sueño es que Darío entre a la Bombonera con nuestro hijo en brazos"
Está enamorada, se quiere casar y planifica una familia al lado del hombre que le cambió la vida: Darío Cvitanic, delantero de Boca Juniors.
¿El futuro? Primero Cantando por un sueño y -a mitad de año- una posible mudanza a Holanda, si el club xeneize no compra a su novio. "Me costaría dejar todo en la Argentina, pero mi vida está a su lado", se juega.
Tiene rasgos cercanos a la perfección: es hincha de Boca practicante, mira fútbol por televisión tirada en la cama, su comida preferida es la pizza con cerveza y es una de las modelos más sugestivas de nuestra patria. María Cecilia Bonelli (27), alias Chechu, atraviesa el mejor momento de su vida sentimental y lo cuenta en esta entrevista.
El culpable, mal que les pese al resto de los mortales, tiene nombre, apellido y lleva el número 20 en la espalda: Darío Cvitanich (28), a quien apodó Pitu -en alusión al vicio siestero de Pitufo dormilón-. La historia de amor surgió en un abrir y cerrar de ojos. Boca lo repatrió, ella le echó el ojo y Cvita movió las fichas. La primera cita tardó 20 días en llegar, porque ella estaba de vacaciones pero no paraba de pensar en él. Goleador de raza -de esos que primerean-, el crack nacido en Baradero le dio un beso mientras comían helado, ¡el postre perfecto! Su noviazgo comenzó hace ocho meses debajo de un puente, entre San Nicolás -la ciudad natal de ella- y Baradero. Conviven desde hace un mes y sueñan con formar una familia. Mientras él pelea como delantero por la causa xeneize, la modelo surgida en SúperM 2003 continúa como conductora de Fútbol para todos, por Fox Sports, y es participante de Cantando por un Sueño 2012. A continuación, Chechu pone el lomo y responde (casi) todo lo que se le pregunta: hijos, defectos, miedos, matrimonio y fiascos del pasado. Envidia sana, señores, y que sean felices para siempre...
-Tanto buscar, finalmente encontraste novio.
-Sí. Darío tiene lo que siempre quise y esperé de un hombre.
El aspecto físico es lo primero que me impactó, no lo voy a negar; después me conquistó por su manera de tratarme.
Me respeta, me acompaña, me atiende, me cuida, me presta atención, me malcría. Me trata como se debe tratar a una mujer.
-¿Y cómo te malcría? -Me cocina, me busca en el aeropuerto cuando viajo, me hace masajes cuando termino de jugar al fútbol... Aunque eso debería ser al revés, ¿no? -¿Cómo es Chechu de novia? -¿La verdad? Tuve tantas malas experiencias... Muchos deben creer que soy una hincha pelotas, pero ahora que estoy tan bien me doy cuenta que lo que exigía era lógico.
-¿Lo lógico? -Un llamado, un "cómo estás", un mínimo interés por el otro. Como verás, vengo de cada fiasco... Me mal acostumbraron.
Los hombres me han maltratado mucho, y un poco fui yo la que dejé que lo hicieran.
-¿Te arrepentís de los fiascos? -No. Fueron aprendizaje. En algún punto, chiquito, estuvieron buenos.
-Algo de hincha pelotas debes tener, ¿no? -iUy! Siií... Soy híper maníaca del orden, maaal... Cuando Pitu se termina de bañar y deja la toalla en la cama no puedo soportarlo: lo cago a pedos. O cuando nos vamos a dormir no puedo dejar los platos sucios.
¿Siempre lava el mismo? -El que cocina no lava. Así son las reglas.
-¿Hablan de fútbol? ¿Lo criticas cuando juega mal? -Siempre que puedo voy a la cancha a hacerle el aguante y lo critico si es necesario. A veces, Darío me dice que no vaya, pero yo prefiero acompañarlo. Lo necesito. En casa no charlamos mucho de fútbol. De los dos, soy yo la que mira más deporte. De hecho, si estoy viendo algún partido me tira "¡saca, siempre ponés fútbol!". Yo me entero antes que él a qué hora juega el domingo.
-¿Quién maneja el control remoto? -Hay muchos televisores en casa, pero vemos poca tele. A la noche capaz Lobo o Soñando por bailar; si no, hago zapping.
-¿Sos celosa? -Cuando una persona te transmite tanta confianza, los celos no existen. A ver... Es mi hombre. Sacate la foto que quieras pero no te sobrepases, porque te saco los pelos.
Por él voy a la guerra con una cucharita de madera.
-¿Con el canto aturdís o seducís? -Aturdo, pero seduzco de otra manera.
-¿Se puede saber cómo? -Eso lo sabe Darío.
-¿Hablame del Cantando por un sueño? -Me divierte mucho cantar y estudio hace un tiempito.
También sé que lleva tiempo y quita muchas energías, y mi intención es no descuidar la pareja. Pero allá vamos: es un lindo desafío. Lo que sí, no voy a poder gritar tanto en la cancha como suelo hacerlo.
-¿Metas con el canto? -Es un hobby, no voy a sacar ningún disco. Obvio que me encantaría cantar en un bar y que vengan mis amigos a verme. Ese es el objetivo principal.
-¿Qué tenés del espíritu rocker? -La onda para vestirme: tengo un look rockerita. Aunque en la vida soy todo lo opuesto: tecito en casa y acostarme a ver una peli con mi novio. Plan perfecto.
-¿Te querés casar con Darío? -Me encantaría. El día de mañana no sé qué irá a pasar, pero en el presente eso es lo que siento: me quiero casar con él. No lo haría ya. Recién empezamos a convivir hace un mes y hay que dejar que pase el tiempo.
-¿Hijos? -Sí, por supuesto.
-¿Te los imaginas futbolistas o modelos? -No lo pensé todavía. A Darío siempre le digo: "Primero nos casamos y después tenemos hijos". Y él contesta: "¿Por qué todo como vos querés? Primero hijos y después casamiento". Mi sueño es que Darío entre a la Bombonera con nuestro hijo en brazos. Después veremos lo del casamiento.
-¿Algún requisito más? -Quiero ser madre antes de los 30. ¡Me quedan tres! -¿A él le asusta tu seguridad? -Para nada. Si fuera por él hoy mismo seríamos padres.
Tiene muchas ganas de ser papá.
-¿Pensaste nombres? -Sí, obvio. Yo tengo los míos, 'todos los que tira él son horribles. No los voy a decir, pero los tengo bien elegidos.
Bah, el de hombre todavía no. Tengo mucha fe que el primero va a ser nena.
-¿Qué pasa si Darío vuelve a Holanda? -Boca pierde un gran jugador... ¡y yo voy a estar al dope un año! ¡Ja, ja! Es un tema ya hablado. Si tenemos que irnos, lo haremos. Me costaría dejar todo, pero es mi elección. El sabe que cuenta conmigo.
-¿Tenes algo más para agregar? -¿Querés que te cierre la nota? Siempre le digo lo mismo a Darío. Cuando era chiquita y mi mamá me leía los cuentos de hadas, yo me imaginaba mi vicia al lado de un príncipe azul. Por primera vez en mi vida imagino ese final feliz con el hombre que tengo al lado.
Tiene rasgos cercanos a la perfección: es hincha de Boca practicante, mira fútbol por televisión tirada en la cama, su comida preferida es la pizza con cerveza y es una de las modelos más sugestivas de nuestra patria. María Cecilia Bonelli (27), alias Chechu, atraviesa el mejor momento de su vida sentimental y lo cuenta en esta entrevista.
El culpable, mal que les pese al resto de los mortales, tiene nombre, apellido y lleva el número 20 en la espalda: Darío Cvitanich (28), a quien apodó Pitu -en alusión al vicio siestero de Pitufo dormilón-. La historia de amor surgió en un abrir y cerrar de ojos. Boca lo repatrió, ella le echó el ojo y Cvita movió las fichas. La primera cita tardó 20 días en llegar, porque ella estaba de vacaciones pero no paraba de pensar en él. Goleador de raza -de esos que primerean-, el crack nacido en Baradero le dio un beso mientras comían helado, ¡el postre perfecto! Su noviazgo comenzó hace ocho meses debajo de un puente, entre San Nicolás -la ciudad natal de ella- y Baradero. Conviven desde hace un mes y sueñan con formar una familia. Mientras él pelea como delantero por la causa xeneize, la modelo surgida en SúperM 2003 continúa como conductora de Fútbol para todos, por Fox Sports, y es participante de Cantando por un Sueño 2012. A continuación, Chechu pone el lomo y responde (casi) todo lo que se le pregunta: hijos, defectos, miedos, matrimonio y fiascos del pasado. Envidia sana, señores, y que sean felices para siempre...
-Tanto buscar, finalmente encontraste novio.
-Sí. Darío tiene lo que siempre quise y esperé de un hombre.
El aspecto físico es lo primero que me impactó, no lo voy a negar; después me conquistó por su manera de tratarme.
Me respeta, me acompaña, me atiende, me cuida, me presta atención, me malcría. Me trata como se debe tratar a una mujer.
-¿Y cómo te malcría? -Me cocina, me busca en el aeropuerto cuando viajo, me hace masajes cuando termino de jugar al fútbol... Aunque eso debería ser al revés, ¿no? -¿Cómo es Chechu de novia? -¿La verdad? Tuve tantas malas experiencias... Muchos deben creer que soy una hincha pelotas, pero ahora que estoy tan bien me doy cuenta que lo que exigía era lógico.
-¿Lo lógico? -Un llamado, un "cómo estás", un mínimo interés por el otro. Como verás, vengo de cada fiasco... Me mal acostumbraron.
Los hombres me han maltratado mucho, y un poco fui yo la que dejé que lo hicieran.
-¿Te arrepentís de los fiascos? -No. Fueron aprendizaje. En algún punto, chiquito, estuvieron buenos.
-Algo de hincha pelotas debes tener, ¿no? -iUy! Siií... Soy híper maníaca del orden, maaal... Cuando Pitu se termina de bañar y deja la toalla en la cama no puedo soportarlo: lo cago a pedos. O cuando nos vamos a dormir no puedo dejar los platos sucios.
¿Siempre lava el mismo? -El que cocina no lava. Así son las reglas.
-¿Hablan de fútbol? ¿Lo criticas cuando juega mal? -Siempre que puedo voy a la cancha a hacerle el aguante y lo critico si es necesario. A veces, Darío me dice que no vaya, pero yo prefiero acompañarlo. Lo necesito. En casa no charlamos mucho de fútbol. De los dos, soy yo la que mira más deporte. De hecho, si estoy viendo algún partido me tira "¡saca, siempre ponés fútbol!". Yo me entero antes que él a qué hora juega el domingo.
-¿Quién maneja el control remoto? -Hay muchos televisores en casa, pero vemos poca tele. A la noche capaz Lobo o Soñando por bailar; si no, hago zapping.
-¿Sos celosa? -Cuando una persona te transmite tanta confianza, los celos no existen. A ver... Es mi hombre. Sacate la foto que quieras pero no te sobrepases, porque te saco los pelos.
Por él voy a la guerra con una cucharita de madera.
-¿Con el canto aturdís o seducís? -Aturdo, pero seduzco de otra manera.
-¿Se puede saber cómo? -Eso lo sabe Darío.
-¿Hablame del Cantando por un sueño? -Me divierte mucho cantar y estudio hace un tiempito.
También sé que lleva tiempo y quita muchas energías, y mi intención es no descuidar la pareja. Pero allá vamos: es un lindo desafío. Lo que sí, no voy a poder gritar tanto en la cancha como suelo hacerlo.
-¿Metas con el canto? -Es un hobby, no voy a sacar ningún disco. Obvio que me encantaría cantar en un bar y que vengan mis amigos a verme. Ese es el objetivo principal.
-¿Qué tenés del espíritu rocker? -La onda para vestirme: tengo un look rockerita. Aunque en la vida soy todo lo opuesto: tecito en casa y acostarme a ver una peli con mi novio. Plan perfecto.
-¿Te querés casar con Darío? -Me encantaría. El día de mañana no sé qué irá a pasar, pero en el presente eso es lo que siento: me quiero casar con él. No lo haría ya. Recién empezamos a convivir hace un mes y hay que dejar que pase el tiempo.
-¿Hijos? -Sí, por supuesto.
-¿Te los imaginas futbolistas o modelos? -No lo pensé todavía. A Darío siempre le digo: "Primero nos casamos y después tenemos hijos". Y él contesta: "¿Por qué todo como vos querés? Primero hijos y después casamiento". Mi sueño es que Darío entre a la Bombonera con nuestro hijo en brazos. Después veremos lo del casamiento.
-¿Algún requisito más? -Quiero ser madre antes de los 30. ¡Me quedan tres! -¿A él le asusta tu seguridad? -Para nada. Si fuera por él hoy mismo seríamos padres.
Tiene muchas ganas de ser papá.
-¿Pensaste nombres? -Sí, obvio. Yo tengo los míos, 'todos los que tira él son horribles. No los voy a decir, pero los tengo bien elegidos.
Bah, el de hombre todavía no. Tengo mucha fe que el primero va a ser nena.
-¿Qué pasa si Darío vuelve a Holanda? -Boca pierde un gran jugador... ¡y yo voy a estar al dope un año! ¡Ja, ja! Es un tema ya hablado. Si tenemos que irnos, lo haremos. Me costaría dejar todo, pero es mi elección. El sabe que cuenta conmigo.
-¿Tenes algo más para agregar? -¿Querés que te cierre la nota? Siempre le digo lo mismo a Darío. Cuando era chiquita y mi mamá me leía los cuentos de hadas, yo me imaginaba mi vicia al lado de un príncipe azul. Por primera vez en mi vida imagino ese final feliz con el hombre que tengo al lado.