"Mi mujer y yo no nos vamos sin Paula"
Reimundo Giménez, padre de la joven encontrada sin vida en la Ceamse, contó como era la vida de su hija y aseguró que esperan por su cuerpo.
Reimundo Giménez, padre de Paula, la joven hallada sin vida en la Cemase de José León Suárez, contó cómo era la vida de su hija, quien padecía de esquizofrenia: "No desperté todavía. No entiendo cuál es la razón. Estamos esperando (por el cuerpo), mi mujer me dijo: 'Yo sin Paula no me voy', y yo tampoco".
El hombre detalló en diálogo con "Hola Chiche" cómo fue la ardua búsqueda de su hija durante los días que Paula Giménez estuvo desaparecida: "Recorrí sin conocer toda la Ciudad de Buenos Aires y tuve la solidaridad de muchas personas que me ayudaron, recorrí Once, Retiro, Constitución, me metí en los lugares mas recónditos, con la gente humilde de la calle, iba con su foto colgada en el pecho, la mostraba y preguntaba '¿La conocés? ¿La viste?'.
Paula Giménez pasó once años de su vida en el Impenetrable Chaco, donde vivió junto a sus padres desde sus tres meses de edad. Pasó por dos colegios, donde tanto Reimundo como su mujer eran maestros: "Paula era normal. Se crió entre aborígenes y criollos, entre piojos y sarna. Nosotros sabíamos cuidarla y defenderla".
A los 17 y ya en ya en Saenz Peña, Chaco, Paula terminó el secundario y decidió estudiar medicina. Pero sus intentos por ingresar a la facultad, con cupo limitado, fueron en vano y no lo consiguió. "Entonces tuvo un brote psicótico, tuvo que ser internada por delirios místicos y la psiquiatra nos comentó que ella deseaba suicidarse en el puente de Corrientes, pero tuvo la visión de una Virgen que le dijo que no lo hiciera", contó su padre.
"En ese entonces la medicación le funcionaba bien, pero ella no la tomaba porque la engordaba y otra vez comenzaba el retroceso y deterioraba su salud. Fuimos a curas sanadores, con el padre Ignacio en Rosario, el padre Marcos en Corrientes. Nunca pudimos admitir que nuestra hija sufriría ese cambio", expresó Reimundo muy conmocionado.
Paula no podía ni trabajar ni estudiar. El hombre indicó que la joven "tenía un personaje que siempre le hablaba, hablaba con distintas personas, hablaba y se reía y a veces s enejaba" y aseguró: No podíamos penetrar en ese mundo, ella vivía en una dimensión diferente a la nuestra".
"Cuando vean a una persona así tengan la sensibilidad de verla como persona no como un animal o una cosa extraterrestre, y pidan a las autoridades que la lleven a un hospital", pidió Reimundo y enfatizó: "Hay que mirar al de al lado y no ser tan indiferentes".