"Mi hijo sólo sueña con que Román lo quiera"
Maximiliano Riquelme es hijo del ídolo de Boca que, aunque le pasa dinero, nunca fue a verlo. La madre del menor quiere para el suyo, las mismas posibilidades que los herederos del astro.
La vida pública y la privada no siempre van de la mano,. Alguien con una imagen brillante, puede tener una vida privada repleta de ribetes oscuros. Este parece ser el caso del legendario diez de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, según su ex novia y madre de uno de sus hijos, Roxana Isabel Márquez. Es que en la última semana Roxana decidió abandonar el silencio en el que vivió los últimos 16 años, para gritar, a los cuatro vientos, que Román tiene un hijo con el que cumple en lo económico, pero no moralmente. Maximiliano Alejandro Márquez Riquelme nació el 23 de febrero de 1995, fruto de la relación adolescente entre Roxana y Román, cuando ambos vivían en el humilde barrio San Jorge, de Don Torcuato, provincia de Buenos Aires. Por aquel entonces, Riquelme hacía sus primeras armas en el club Argentinos Juniors y aún estaba lejos de convertirse en ídolo popular.
"Estuvimos de novios un año, yo conocía a sus padres y él a los míos. Era una linda relación y cuando quedé embarazada, estuvo de acuerdo con que lo tuviera", empieza a contarle a Semanario, Roxana, que, al recordar su adolescencia, no puede evitar que un gesto de tristeza se dibuje en su rostro. Al quinto mes de embarazo la relación tomó el camino menos pensado y todo lo que era felicidad se convirtió en incertidumbre y tristeza. "El papá de Román empezó a decir por todo el barrio que mi hijo no era de su hijo. Yo intenté acercarme a él pero no pude, después Román se fue del barrio. A los dos años se hizo el examen de ADN, le dio el apellido, pero nunca lo quiso ver". Acomodada en una pequeña sala del estudio jurídico de su abogado José Vera, Roxana, que luce cansada y no termina de comprender la cantidad de medios periodísticos que requieren su presencia, ofrece una disculpa. "Mi hijo no vino porque despertó con fiebre, ya que hacer público que su padre no lo quiere ver, es algo muy fuerte". Sin embargo Maxi llevó toda su vida el karma del padre ausente y con sus propias armas trató de revertir esa situación hace cinco años. "Antes del mundial de 2006 le mandó una carta a Román para que le enviara una camiseta.
El quería que sus compañeros de colegio no le digan más que era un mentiroso, por decir que su papá era Riquelme. No sólo no le mandó la camiseta, sino que ni siquiera le respondió la carta".
Además de Maxi, hoy Riquelme tiene tres hijos (Florencia, Agustín y Lola) todos fruto de la relación con su ex mujer Anabella, a quién conoció pocos meses después de separarse de Roxana. A ellos el diez de Boca sí les da amparo y cuando cada uno de ellos quiere ir a la cancha, los agarra de la mano y los lleva hasta el círculo central de "la Bombonera". Cada vez que esta imagen se repite en la pantalla del televisor Roxana ve la cara de tristeza de su hijo y una puntada en la panza aparece como testigo mudo de la injusticia que vive su hijo. Ante la falta de reconocimiento el abogado de Roxana, José Vera decidió pedir un resarcimiento económico. "La Justicia no puede hacer nada para que un padre visite a su hijo.
Requerimos al tribunal de familia para que otorgue una cuota extraordinaria para mejorar las condiciones de vida del menor. Existe una fuerte disparidad entre el standard de vida de los otros hijos de Riquelme y Maxi. Le vamos a pedir que le compre una casa en un barrio de Don Torcuato a Maxi y que la ponga a su nombre". A Román le queda demostrar que en el partido de la vida, también es un ídolo y, sobre todo, un hombre.