"Mi experiencia personal con el Doctor Crescenti"
El director de DiarioVeloz relata su vivencia: "Santo o demonio, le estaré eternamente agradecido".
Mi hermana Gladys murió de cáncer hace unos años. Ella había decidido no luchar contra un cáncer que tenía un buen pronóstico. Son decisiones que uno debe respetar.
Sin embargo cuando casi ya estaba en una etapa terminal, un día me llamó y me dijo "al único que quiero ver es a Crescenti".
Mi imagen del doctor Ernesto Crescenti y de su método lo catalogaba en el terreno de un médico polémico. Para algunos un genio, para otros un asesino.
Ante el pedido de mi hermana, no dudé y pedí al doctor Crescenti que la atendiera.
Su trato hacia mi hermana no fue diferente al trato con cualquier otro paciente. Ella era una paciente en estado terminal sobre la cual Crescenti nunca retaceó la mínima información.
Le dio detalles de su patología y de su tratamiento. No le prometió milagros ni mucho menos que pudiera salvarse del cáncer que la atormentaba.
Mi hermana recibió los cuidados necesarios y el acompañamiento hasta el final con cariño, comprensión y solvencia medica. Y murió convencida de que el doctor Crescenti había sido un santo.
No sé si es santo o demonio. Solo sé que le voy a estar eternamente agradecido al doctor Crescenti por haber acompañado el tramo final de la vida de mi hermana Gladys con delicadeza y cuidados.
Cuando Enrique Márquez escribió esta nota en Diario Veloz, me pareció oportuno que expresara su pensamiento con total libertad. Los periodistas de Diario Veloz tienen absoluta libertad para expresarse del modo que quieren y sobre los temas que deseen.
Probablemente los datos que aporta Márquez sean irrefutables como todo lo que él hace profesionalmente.
Pero no quería dejar de expresar mi experiencia personal en torno a la polémica figura del doctor Crescenti.