Messi extraña las milanesas de su mamá
El mejor jugador de fútbol mostró su esencia rosarina, horas previas a disputar el amistoso internacional frente a Alemania.
Uno de los ejemplos más claros y más precisos de relación entre talento, éxito, popularidad y humildad es Lionel Messi. Este joven rosarino de apenas 25 años, ganador de todos los galardones posibles con Barcelona, electo mejor jugador del mundo en varias oportunidades y figura del seleccionado argentino, habló con Clarín y Olé y mostró su esencia de barrio. "Sigo viviendo de la misma manera. Lo único que me cambia es que la gente me conoce en todas partes, me saluda en la calle, me pide una foto o un autógrafo. Pero disfruto también eso; lo llevo bien", expresó el crack rosarino.
Dice que las milanesas de mamá Celia siguen siendo las mejores del mundo: "Lo que más me gusta y lo que más extraño". También apunta una obviedad: "Ya estoy acostumbrado (a dormir seguido en una cama diferente) porque viajamos para todos lados".
Además, expresa con absoluta naturalidad: "Soy el mismo de siempre, más crecido y aprendiendo de la vida. Uno cumple años, ya tengo 25, y va madurando. Viví cosas lindas, y también feas. Y dicen que de dónde más se aprende es de esto último. Pero no voy a perder nunca la esencia del pibe de barrio. Así soy yo y voy a seguir siendo igual".
-¿Qué fue lo más impactante que te sucedió con la gente?
-Por ahí, ver acercarse a los más chiquitos para pedirme una foto y que se queden admirados es lo más lindo. Pero recibí muchas muestras de afecto y regalos en todas partes. Especialmente, me sensibilizan las cartas de los pequeñitos por que sé que están escritas por ellos.
-¿Sos consciente de que los chicos en la Argentina quieren jugar como lo hacen vos y tus compañeros en el Barcelona?
-No solamente los chicos, también se ve en los equipos de Primera División. Lo que hizo esta generación de jugadores en el Barcelona es un modelo hasta para equipos importantes de todo el mundo, que intentan hacer lo mismo y acercarse a ese juego. Hace más lindo al fútbol y a la gente le gusta y lo disfruta.
-Lejos de las comparaciones que ya existieron, ¿la Selección está encontrando ese fútbol que disfruta la gente? Contra Brasil, en Nueva Jersey, fue un disfrute total ...
-Sería un error compararnos con Barcelona. Pero sí se puede decir que la Selección está encontrando su juego, su manera, lo que el técnico pretende de este equipo. Y se le dieron los resultados, que eso siempre ayuda y te da la posibilidad de trabajar más tranquilos. Estamos viniendo siempre los mismos, o la mayoría, y eso también ayuda a armar un grupo fuerte y a encontrar el juego adentro de la cancha. Falta muchísimo, pero de a poquito lo vamos consiguiendo. Este partido con Alemania sirve para eso: para arreglar cosas y seguir creciendo. El objetivo es otro: ganar en las Eliminatorias y clasificar lo antes posible.
-¿Ahora te sentís reconocido por el hincha?
-Cuando ganás, todo es más lindo. Tuvimos la suerte, con Sabella, de ganar partidos importantes, encontrar el juego, jugar bien. Y la gente, no sólo conmigo sino con toda la Selección, se acercó mucho más. Antes, lo sufrimos todos porque no encontrábamos el juego y no se daban los resultados. Yo mismo me sentía raro cuando venía a la Selección y sentía que no jugaba como podía hacerlo. Ahora es un tiempo de tranquilidad. De venir y disfrutar. No de escuchar todas pálidas y de tener que remarla porque las cosas no iban bien.
Dice que las milanesas de mamá Celia siguen siendo las mejores del mundo: "Lo que más me gusta y lo que más extraño". También apunta una obviedad: "Ya estoy acostumbrado (a dormir seguido en una cama diferente) porque viajamos para todos lados".
Además, expresa con absoluta naturalidad: "Soy el mismo de siempre, más crecido y aprendiendo de la vida. Uno cumple años, ya tengo 25, y va madurando. Viví cosas lindas, y también feas. Y dicen que de dónde más se aprende es de esto último. Pero no voy a perder nunca la esencia del pibe de barrio. Así soy yo y voy a seguir siendo igual".
-¿Qué fue lo más impactante que te sucedió con la gente?
-Por ahí, ver acercarse a los más chiquitos para pedirme una foto y que se queden admirados es lo más lindo. Pero recibí muchas muestras de afecto y regalos en todas partes. Especialmente, me sensibilizan las cartas de los pequeñitos por que sé que están escritas por ellos.
-¿Sos consciente de que los chicos en la Argentina quieren jugar como lo hacen vos y tus compañeros en el Barcelona?
-No solamente los chicos, también se ve en los equipos de Primera División. Lo que hizo esta generación de jugadores en el Barcelona es un modelo hasta para equipos importantes de todo el mundo, que intentan hacer lo mismo y acercarse a ese juego. Hace más lindo al fútbol y a la gente le gusta y lo disfruta.
-Lejos de las comparaciones que ya existieron, ¿la Selección está encontrando ese fútbol que disfruta la gente? Contra Brasil, en Nueva Jersey, fue un disfrute total ...
-Sería un error compararnos con Barcelona. Pero sí se puede decir que la Selección está encontrando su juego, su manera, lo que el técnico pretende de este equipo. Y se le dieron los resultados, que eso siempre ayuda y te da la posibilidad de trabajar más tranquilos. Estamos viniendo siempre los mismos, o la mayoría, y eso también ayuda a armar un grupo fuerte y a encontrar el juego adentro de la cancha. Falta muchísimo, pero de a poquito lo vamos consiguiendo. Este partido con Alemania sirve para eso: para arreglar cosas y seguir creciendo. El objetivo es otro: ganar en las Eliminatorias y clasificar lo antes posible.
-¿Ahora te sentís reconocido por el hincha?
-Cuando ganás, todo es más lindo. Tuvimos la suerte, con Sabella, de ganar partidos importantes, encontrar el juego, jugar bien. Y la gente, no sólo conmigo sino con toda la Selección, se acercó mucho más. Antes, lo sufrimos todos porque no encontrábamos el juego y no se daban los resultados. Yo mismo me sentía raro cuando venía a la Selección y sentía que no jugaba como podía hacerlo. Ahora es un tiempo de tranquilidad. De venir y disfrutar. No de escuchar todas pálidas y de tener que remarla porque las cosas no iban bien.