"Me pegaron en la puerta de la comisaría"
Así lo aseguró el joven agredido por una patota en la ciudad bonaerense de La Plata.
Víctor Silvestre, el joven de 18 años que permanecía internado tras ser atacado salvajemente a golpes, aseguró que lo golpearon "en la puerta de la comisaría", en alusión a la seccional novena de La Plata.
La afirmación del joven resalta las quejas vertidas tanto por los amigos como por su madre sobre la inacción policial en torno al incidente ocurrido el sábado por la madrugada.
Desde una de las camas del Hospital San Juan de Dios, el chico expresó en declaraciones a un canal de noticias por cable, que solamente le quedaron un puñado de imágenes sobre la agresión.
"Yo caminaba con dos chicas. Mis amigos venían atrás. Es lo único que me acuerdo. Después se me cruza una raqueta. Yo traté de cubrirme y me crucé de calle. Pero después ya me veo en el hospital", expresó Víctor, quien en su rostro evidenciaba las marcas de la terrible agresión que lo tuvo como blanco.
"Me pegaron en la puerta de la comisaría", expresó el joven, sobre la seccional a cuyo personal, sus amigos acusaron de no intervenir en el momento de la agresión y también de negar hasta un vaso de aguas para lavar las heridas del muchacho.
La afirmación del joven resalta las quejas vertidas tanto por los amigos como por su madre sobre la inacción policial en torno al incidente ocurrido el sábado por la madrugada.
Desde una de las camas del Hospital San Juan de Dios, el chico expresó en declaraciones a un canal de noticias por cable, que solamente le quedaron un puñado de imágenes sobre la agresión.
"Yo caminaba con dos chicas. Mis amigos venían atrás. Es lo único que me acuerdo. Después se me cruza una raqueta. Yo traté de cubrirme y me crucé de calle. Pero después ya me veo en el hospital", expresó Víctor, quien en su rostro evidenciaba las marcas de la terrible agresión que lo tuvo como blanco.
"Me pegaron en la puerta de la comisaría", expresó el joven, sobre la seccional a cuyo personal, sus amigos acusaron de no intervenir en el momento de la agresión y también de negar hasta un vaso de aguas para lavar las heridas del muchacho.