"Me gustaría saber decir que no y estar más tranquilo"
* Por María Eugenia Maurello. Benjamín Vicuña este años despuntó en "Herederos de una Venganza".
Ahora actúa en "La Celebración" y está a punto de reestrenar "Prófugos", la serie de HBO. A los 33 años, divide su vida entre este lado y el otro de la Cordillera.
P: ¿Cómo seduce Tegui González, tu personaje en Prófugos?
R: Seduce desde la nobleza, es un policía encubierto en una banda de narcotraficantes. Tiene principios, algo que está en extinción en ese ambiente. Es leal y es protector. Un personaje claro.
P: La serie se hizo en Chile y con actores chilenos; estás "llevando" tu país a todo el continente. ¿Cómo es la repercusión?
R: Impresionante. Por las redes sociales uno tiene el feedback de millones de personas. Eso es fascinante. Me emociona saber que un proyecto que uno ama, al que le pone tanto sacrificio, fuerza y dedicación, pueda tener ese impacto y tan buenas críticas.
P: Habla de cuestiones que pueden ser transversales, pero que son heavies...
R: Habla de temas crudos, difíciles, contemporáneos y contingentes para toda Latinoamérica; la marginalidad, la corrupción, el poder y la ambición. Le va muy bien en diferentes partes del mundo; se sienten identificados, porque todos sufrimos eso.
P: La celebración trata sobre otro tema muy duro (el abuso), y tu personaje es el que devela, el que termina con la hipocresía. ¿Por qué la elegiste?
R: Creo que la carrera del actor pasa por los personajes y también por saber elegir. Fue un año de cosechar muy buenas elecciones, que tratan temas profundos pero que, a la vez, buscan un impacto. En la obra se aborda desde una familia, algo tan chico y antiguo, tan fundamental. Estoy feliz con mis elecciones, buscarlas y generarlas no son casualidades.
P: Tu mujer, Carolina ("Pampita" Ardohain), es la vestuarista de la obra. En la vida cotidiana, ¿Interviene en las elecciones de ropa?
R: En lo cotidiano no, porque no hay tiempo, pero si en algún evento puntual.
P: ¿Le consultas?
R: No, más que preguntarle, ella se mete igual (risas). Me dice: "Mira lo que te traje".
P: Llevan seis años juntos, y viven alternativamente en Chile y acá. ¿Te acostumbraste a estar en Buenos Aires?
R: Sí, me encanta. Es una capital feroz en el buen sentido de la palabra; la poesía que se respira en las calles, la noche, la vida cultural. Esta manera que encontramos de vivir acá y allá hace que no tenga que elegir. Ojalá pueda seguir itinerando un buen rato. Es parte de mi oficio.
P: ¿Qué es lo mejor de tu profesión?
R: Lo principal es poder desenchufarse de uno mismo y acceder a otras vidas; prestar el cuerpo para contar una historia y generar discusiones que puedan transformarse en un hecho político.
P: ¿Cómo manejan el tema de la fama con tus hijos (Blanca y Bautista)?
R: A veces se "freakean" porque les sacan fotos. Pero es importante que lo asuman con naturalidad, aunque a veces es algo antinatural. Que entiendan que son consecuencias del oficio que uno ama, y si un día optan por esto, seré feliz.
P: ¿Seguís coleccionando hipopótamos (de juguete)?
R: Sí, ahora me falta uno real.
P: Es un animal muy activo de noche...
R: ¡Vaaaamos!
P: Pero también es de los más agresivos.
R: Sí, con el tiempo me enteré de que es peligroso, y ésa fue una pequeña desilusión. Pero me empecé a enamorar del fetiche, del objeto, más allá del animal.
P: ¿Cuántos tenés?
R: Cientos, de todo tipo. En un momento, hice un "exterminio" y empecé a regalar. Era "o los hipopótamos o yo".
P: ¿Qué cambiarías de vos mismo?
R: Me gustaría invertir en tiempo y saber decir que no. Como soy joven, estoy en esa cosa constructiva, de hacedor, pero espero poder regalarme tiempo y estar más tranquilo...
P: Y de viejo, ¿en qué situación te imaginas?
R: Junto con un hipopótamo, pero de verdad. ¡Y domesticado!