"Me cag... la vida", le aseguró Alfonso Severo al hombre que lo encontró y auxilió
Fabián Abba, el hombre que auxilió a Alfonso Severo tras el cautiverio, contó en "Hola Chiche" cómo fue el encuentro y habló de los llamados fallidos al 911. "Lloró desconsoladamente", dijo.
Fabián Abba, el empleado de Diario Popular que encontró a Alfonso Severo, habló en "Hola Chiche" y relató el escalofriante encuentro.
Fabián, que trabaja en el departamento de circulación del diario, salía de su casa en el barrio de Gerli, muy cerca de la avenida Hipólito Yrigoyen alrededor de las 22.05, 22.10 cuando a unos 40 metros se encuentra a una persona.
"Estaba en la calle con las manos atrás, yo no se veía si estaban atadas o no, él se encontraba como buscando, yo cruzo y se me acerca y me dice pide si lo podía ayudar, ‘me secuestraron’ dijo y lo llevo a mi casa", relató Abba.
En ese instante, el empleado del diario auxilió inmediatamente a Severo: "Le corto los precintos y se pone a llorar desconsoladamente, le digo si quiere entrar a mi casa y me dijo que no, que ya había estado mucho tiempo encerrado, entonces nos quedamos en la puerta. Lo levanto, lo siento y le hablo, le llevo agua, trate de calmarlo y me dijo que le dolía la cabeza, porque le habían pegado y me empezó a contar".
"Lo primero que hice fue llamar al 911 que no llego nunca, llame tres veces, la tercera me atendió un contestador. Yo cuando lo siento en la puerta de mi casa lo reconocí. Cuando llamo por tercera vez al 911 Alfonso me da un numero de una remisería, me comunico y les digo que estoy con él y que lo vengan a buscar, a los 15 minutos viene una caravana de autos y yo no sabia quienes eran, bajo un montón de gente y empezaron a llorar, era su familia", continúa Fabián.
El 911 nunca apareció, pero junto con la familia aprecio la DDI, hicieron pericias, eso fue alrededor de los 40 minutos desde que lo encontraron aproximadamente.
Severo algo le contó a Fabián sobre su cautiverio: "Lo que me dijo fue que le cruzaron una moto y a punta de pistola lo bajaron del auto, que lo habían dejado en la zona de Avellaneda, que pidió auxilio y nadie lo quiso socorrer hasta que lo encontré yo".
"Hermano me cagaron la vida, mataron a un pibe que tranquilamente podría ser mi hijo" le dijo Severo a Fabián, en medio de llantos, nervios y de un estado de shock.
Fabián encontró a Severo aproximadamente a unas 30 cuadras de donde vive el testigo.
Fabián, que trabaja en el departamento de circulación del diario, salía de su casa en el barrio de Gerli, muy cerca de la avenida Hipólito Yrigoyen alrededor de las 22.05, 22.10 cuando a unos 40 metros se encuentra a una persona.
"Estaba en la calle con las manos atrás, yo no se veía si estaban atadas o no, él se encontraba como buscando, yo cruzo y se me acerca y me dice pide si lo podía ayudar, ‘me secuestraron’ dijo y lo llevo a mi casa", relató Abba.
En ese instante, el empleado del diario auxilió inmediatamente a Severo: "Le corto los precintos y se pone a llorar desconsoladamente, le digo si quiere entrar a mi casa y me dijo que no, que ya había estado mucho tiempo encerrado, entonces nos quedamos en la puerta. Lo levanto, lo siento y le hablo, le llevo agua, trate de calmarlo y me dijo que le dolía la cabeza, porque le habían pegado y me empezó a contar".
"Lo primero que hice fue llamar al 911 que no llego nunca, llame tres veces, la tercera me atendió un contestador. Yo cuando lo siento en la puerta de mi casa lo reconocí. Cuando llamo por tercera vez al 911 Alfonso me da un numero de una remisería, me comunico y les digo que estoy con él y que lo vengan a buscar, a los 15 minutos viene una caravana de autos y yo no sabia quienes eran, bajo un montón de gente y empezaron a llorar, era su familia", continúa Fabián.
El 911 nunca apareció, pero junto con la familia aprecio la DDI, hicieron pericias, eso fue alrededor de los 40 minutos desde que lo encontraron aproximadamente.
Severo algo le contó a Fabián sobre su cautiverio: "Lo que me dijo fue que le cruzaron una moto y a punta de pistola lo bajaron del auto, que lo habían dejado en la zona de Avellaneda, que pidió auxilio y nadie lo quiso socorrer hasta que lo encontré yo".
"Hermano me cagaron la vida, mataron a un pibe que tranquilamente podría ser mi hijo" le dijo Severo a Fabián, en medio de llantos, nervios y de un estado de shock.
Fabián encontró a Severo aproximadamente a unas 30 cuadras de donde vive el testigo.