Maxi Buono, el niño prodigio que adoptó Buenos Aires
Maxi Buono nació en Lomas de Zamora pero es un “hijo del corazón” de la Ciudad. Se consagró como uno de los grandes referentes de la fotografía urbana en redes sociales aunque imprime el alma de la ciudad desde la época de las cámaras con rollo.
¿La estás rompiendo en Instagram y TikTok con tus fotos de Buenos Aires pero venís de la época del revelado. Cómo lograste sortear este muro generacional?
Maxi Buono: Arranqué desde chico como amateur de la fotografía analógica. Siempre fue costoso por la compra de los rollos, el proceso de revelado y almacenamiento. Hace casi dos décadas compré mi primera cámara digital y allí sí fue un gran cambio donde se aceleró la curva de aprendizaje. Además en ese momento estaban en auge los foros o las webs de comunidades de fotógrafos y eso me entusiasmó aún más. Las redes sociales fueron el otro gran empuje, no sólo me permitieron darme a conocer de forma más abierta y relacionarme con personas que hoy en día son grandes amigos, sino que de allí surgieron cosas como mis primeros trabajos fotográficos pagos, viajes, poder ir lugares que no imaginé conocer y hasta la invitación a formar parte de un libro, todo surgió de estar activo en las redes sociales. Hoy en día tengo mayormente presencia en Instagram y Tiktok, pero estoy tratando de diversificar aún más porque creo que ninguna red social es para siempre, al menos no como las concebimos hoy en día, todo es cambiante.
Dicen que lo importante no es la cámara sino el ojo. Qué aprendizajes le sumás a tus tomas para destacarte como lo hacés?
M.B: Bueno, yo soy bibliotecario. Creo que ese y otros bagajes le dieron valor agregado a lo que hago. Hace unos años que la fotografía además de ser una pasión se fue convirtiendo en parte de mis ingresos.
¿Cómo te autodefinís?
M.B: Soy un amante de la fotografía, de expresar a través de la imagen.
¿Qué buscás descubrir cuando hacés foco?
M.B: Trato de representar lo que siento en el momento de realizar la foto, tiendo a buscar la belleza en todo. Creo que la fotografía si bien tiene mucho de técnica, también tiene mucho de arte, de expresión, aunque quizás no lo parezca. Después está quien ve la foto, que es el receptor de ese mensaje, a que quizás le mueva sentimientos similares, o tal vez distintos y eso es aún más interesante.
¿Cómo arranca esta pasión por Buenos Aires?
M.B: Tengo una fascinación por las construcciones y la arquitectura desde muy chico y soy de Lomas de Zamora, así que a los trece años ya me venía solo a "Capital" a conocer sus grandes edificios y palacios, me llevaba la camarita pocket a rollo de mi familia y con eso hacía fotos, o al menos intentaba. Edificios como el Congreso, La Inmobiliaria o el Kavanagh me dejaban boquiabierto, pero también los modernos como el Brunetta o el Prourban conocido como "el rulero".
¿Por qué te atrae la ciudad? ¿Dónde reside su belleza?
M.B: La belleza de Buenos Aires para mí reside en su arquitectura tan heterogénea, fruto de la inmigración de cada rincón del mundo que hizo que uno pueda encontrar un gótico flamenco como el edificio Bunge & Born y en la misma manzana un estilo internacional como el edificio Chacofi. Pero además está en sus calles llenas de actividad comercial, en sus parques diseñados por Thays, en su gran oferta cultural. Todo hizo que desde muy pequeño me enamore de la ciudad y siempre que la camine me sienta un viajero redescubriendo sus rincones, porque si hay algo lindo que tiene Buenos Aires y que pocos valoramos, es que es una ciudad que se puede caminar.
Los porteños parecen estar ávidos de redescubrir rincones de la ciudad ¿Creés que están empezando a valorar el patrimonio o es una moda pasajera por las restricciones para viajar?
M.B: Si bien es cierto que la pandemia generó una introspección en todo sentido, creo que el valor por el patrimonio viene de antes. Formo parte de un foro web de arquitectura y urbanismo y allí noté que ésta tendencia ha ido en aumento desde hace por lo menos quince años, sobre todo de parte del público y eso es bueno. Personalmente creo que hay que buscar un equilibrio, no todo por ser antiguo es patrimonio, tampoco me gustaría tener una ciudad "embalsamada", sí una ciudad donde convivan armónicamente lo patrimonial con lo actual.
¿Cuáles son las 3 imágenes que lograste que mas te enorgullecen y por qué?
M.B: La de la estación Constitución, por ejemplo, la tomé desde un lugar que durante muchos años soñé con poder subir para hacer esa foto, que es desde una ventana que está a más de veinte metros de altura, donde se tiene una vista increíble del hall principal de la estación. La del Palacio Barolo es una creación digital donde lo teñí de rojo, pero lo interesante de esta foto es que fue de inspiración para el proceso creativo de escritura de la película Vladimira de Diego A. Fleischer, que tendrá como protagonista a Sofía Gala. Y la de Puerto Madero me encanta porque capturé un rayo en una noche de tormenta. Quizás la valoro mucho por la dificultad de tomarla, tanto es así que tomé unas 300 fotos y solo sirvieron cinco o seis. Y te agrego una cuarta, si me permitís, porque considero que es la que resume a Buenos Aires, donde dialoga lo patrimonial con lo actual.
Ph: @maxibuono
Dejá tu comentario