Política
Mauricio Macri criticó al Gobierno y le reclamó reabrir las escuelas: “No hay razón para seguir esperando”
Pidió que vuelvan las clases presenciales. Además, dijo que la cuarentena es “larga, ineficaz y destructiva”. Por otro lado, defendió a la ministra de Educación, Soledad Acuña.
Mauricio Macri planteó un fuerte reclamo contra el oficialismo: “¿Qué señal misteriosa espera para abrir las escuelas este gobierno de clausuras?”. Sostuvo que “no hay razón para seguir esperando” y reclamó la vuelta de las clases presenciales. Además defendió a la ministra de Educación porteña Soledad Acuña, duramente criticada por sus cuestionamientos a los docentes.
Con críticas al gobierno de Alberto Fernández y a las restricciones por la pandemia, el exmandatario preguntó: “¿Por qué el gobierno nacional insiste en mantener cerradas las escuelas, después de una cuarentena larga, ineficaz y destructiva?”. Consideró que los alumnos “tienen que volver a clase lo antes posible” y que “no hay ninguna razón epidemiológica para seguir demorando la apertura” de los colegios, con los correspondientes protocolos.
Recordó que la semana pasada el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestaron la necesidad de mantener abiertas las escuelas, en momentos en que Europa está afectada por una “segunda ola” de contagios de COVID-19.
Criticó que en la Argentina “el Gobierno Nacional todavía se niega a permitir la reapertura”. Señaló que el “único argumento es el riesgo sanitario, a pesar de la evidencia científica y las recomendaciones internacionales en contra”. Cuestionó que mantengan “encerrados a los chicos” y les prohíban “acceder a derechos fundamentales como la educación y la convivencia con otros de su edad”.
Manifestó que hay tres razones para que los alumnos vuelvan a las escuelas “lo antes posible”. En una carta que le envió a Clarín dijo que la primera es que “la educación virtual no ha logrado reemplazar el proceso de aprendizaje, a pesar del esfuerzo enorme de los docentes y las familias”.
Indicó que la segunda razón es que “estos ocho meses sin clases dañaron el bienestar emocional de los chicos”. Afirmó que “el 44% de los adolescentes argentinos dijo en abril que sentían ansiedad, depresión o miedo, según un estudio de Unicef”. Señaló que la tercera es que “cada día sin clases presenciales aumentan la desigualdad y el riesgo de abandono escolar, sobre todo en los estudiantes más vulnerables”. Planteó que “no hay razón para seguir esperando” para reabrir las escuelas.
El expresidente, además, defendió a la ministra de Educación porteña, duramente cuestionada por el Gobierno y los gremios docentes por sus críticas a los maestros. El fundador del PRO sostuvo que con las escuelas abiertas como punto de partida se deberían “construir los acuerdos que necesitamos para mejorar la calidad de la educación argentina”. Pidió “debatir sobre estos temas, como hace con valentía Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires”.
La funcionaria había manifestado en una charla con el diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias que los maestros que “eligen militar en lugar de hacer docencia”, al analizar la situación de la educación. Además sugirió “denunciar” a los docentes cuando se den actos de “adoctrinamiento” en las escuelas. En respuesta el Gobierno calificó sus declaraciones de “injustas e incoherentes”, mientras que los gremios la acusaron de “estigmatizar” a los maestros.
Con críticas al gobierno de Alberto Fernández y a las restricciones por la pandemia, el exmandatario preguntó: “¿Por qué el gobierno nacional insiste en mantener cerradas las escuelas, después de una cuarentena larga, ineficaz y destructiva?”. Consideró que los alumnos “tienen que volver a clase lo antes posible” y que “no hay ninguna razón epidemiológica para seguir demorando la apertura” de los colegios, con los correspondientes protocolos.
Recordó que la semana pasada el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestaron la necesidad de mantener abiertas las escuelas, en momentos en que Europa está afectada por una “segunda ola” de contagios de COVID-19.
Criticó que en la Argentina “el Gobierno Nacional todavía se niega a permitir la reapertura”. Señaló que el “único argumento es el riesgo sanitario, a pesar de la evidencia científica y las recomendaciones internacionales en contra”. Cuestionó que mantengan “encerrados a los chicos” y les prohíban “acceder a derechos fundamentales como la educación y la convivencia con otros de su edad”.
Manifestó que hay tres razones para que los alumnos vuelvan a las escuelas “lo antes posible”. En una carta que le envió a Clarín dijo que la primera es que “la educación virtual no ha logrado reemplazar el proceso de aprendizaje, a pesar del esfuerzo enorme de los docentes y las familias”.
Indicó que la segunda razón es que “estos ocho meses sin clases dañaron el bienestar emocional de los chicos”. Afirmó que “el 44% de los adolescentes argentinos dijo en abril que sentían ansiedad, depresión o miedo, según un estudio de Unicef”. Señaló que la tercera es que “cada día sin clases presenciales aumentan la desigualdad y el riesgo de abandono escolar, sobre todo en los estudiantes más vulnerables”. Planteó que “no hay razón para seguir esperando” para reabrir las escuelas.
El expresidente, además, defendió a la ministra de Educación porteña, duramente cuestionada por el Gobierno y los gremios docentes por sus críticas a los maestros. El fundador del PRO sostuvo que con las escuelas abiertas como punto de partida se deberían “construir los acuerdos que necesitamos para mejorar la calidad de la educación argentina”. Pidió “debatir sobre estos temas, como hace con valentía Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires”.
La funcionaria había manifestado en una charla con el diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias que los maestros que “eligen militar en lugar de hacer docencia”, al analizar la situación de la educación. Además sugirió “denunciar” a los docentes cuando se den actos de “adoctrinamiento” en las escuelas. En respuesta el Gobierno calificó sus declaraciones de “injustas e incoherentes”, mientras que los gremios la acusaron de “estigmatizar” a los maestros.
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