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Matías Benicelli habló y apuntó contra Máximo Thomsen: lo acusó de liderar “un pelotón de fusilamiento”

Condenado a perpetua, el joven salió a responderle a otro rugbier apuntado como autor del homicidio. "No fui de los que salían a buscar peleas por Zárate para jactarme de esas supuestas hazañas", agregó Benicelli.

Días después de que Máximo Thomsen rompiera el silencio y tratara de despegarse del crimen de Fernando Báez Sosa, ahora Matías Benicelli -otro de los condenados a perpetua- salió a contestarle con una carta pública. Allí, dijo que no fue parte del "pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando" a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell y deslizó que Thomsen lideraba al grupo que "salía a buscar peleas" para "jactarse de supuestas hazañas".

"Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando", afirmó Benicelli, a través de una carta que el periodista Diego Estevez (A24) dio a conocer este martes, una semana después de que Thomsen lo nombrara en la entrevista televisiva en la que trató de despegarse del crimen de Báez Sosa.

Y añadió, en alusión a Thomsen, que fue apuntado como líder del grupo: "Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas".

En esa aparición pública, Thomsen había señalado a algunos de sus compañeros, con nombre y apellido, como protagonistas de la golpiza en la que Fernando perdió la vida en Villa Gesell. También había intentado sacudirse la caracterización como líder del grupo. Mencionó a Benicelli como quien habría recibido -según su relato- una trompad a de Báez Sosa y a Blas Cinalli como quien se tiró encima de Báez Sosa. También nombró a Ciro Pertossi y a Enzo Comelli.

"Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición", añadió Benicelli.

Benicelli y Thomsen son dos de los cinco rugbiers que recibieron condena a perpetua. Los otros son Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi. Por su parte, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados como partícipes secundarios y recibieron una pena de 15 años de cárcel.

 

La carta que Matías Benicelli le mandó a un periodista por el crimen de Fernando Báez Sosa

Querido Diego. Te agradezco la posibilidad de decir los que no puedo, porque no tengo medios más que lo que escribo, para que sepas que siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia. Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia. Sin el consuelo de su presencia en este mundo, solo me queda la esperanza de que esté junto a Dios iluminándonos el camino.

Tengo una hermana mayor que es preciosa y un hermano menor de 17 años a quienes quiero y extraño cada día, una mamá amorosa y un padre que es mi ejemplo de trabajo, de esfuerzo y de dignidad de vida. Con ellos aprendí el valor de la familia, a creer en Dios y a sostener valores que hoy, más que nunca, me sostienen en la prisión en la que estoy.

Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando. Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía. Por eso entiendo a los jueces que me condenaron y sobre todo comprendo y justifico a los padres de Fernando. Porque ellos creen que todos los que estuvimos aquella noche fuimos sus asesinos.

Pedir perdón parece una hipocresía, cuando no sale directo desde el corazón. San Francisco decía, es preciso amar para ser amado, perdonar, para ser perdonado. Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición.

Mi solidaridad y mi amor está con los padres de Fernando, como está también con mi familia.

Me resta la esperanza de que la misericordia de Dios, nos devuelva la paz e imparta una justicia donde los hombres no alcanzan. Y que la muerte de Fernando sea recordada como la de un mártir, que ofrendó todo cuanto tenía, su vida. para que la violencia sea erradicada para siempre de todos los lugares, públicos y privados donde se reúnen los jóvenes para festejar la vida y no para invocar la muerte.

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