Matías Alé estuvo al borde de la muerte
El actor confesó que si la infección le llegaba al corazón se moría y destacó la ayuda que recibió por parte de Ricardo Fort, con quien en su momento había tenido muy duros enfrentamientos mediáticos.
En lo que se suponía que iba a ser la temporada de consolidación de Matías Alé en Mar del Plata, feliz y contento por estar nuevamente con Carmen Barbieri en teatro, casi termina en una tragedia.
Después de haber sido operado nuevamente por el insoportable dolor en su rodilla izquierda contrajo una bacteria intrahospitalaria y debió ser intervenido tres veces más. En tan sólo dos días le sacaron quince jeringas con pus y ahora, desde una cama en el Instituto Alexander Fleming y con una guía en su cuello, realizó una entrevista con la revista Caras.
"Estuve realmente muy complicado. Tuve una infección causada por una bacteria que había ingresado al torrente sanguíneo. Si llegaba a las arterias coronarias o los pulmones, significaba la muerte. Si los médicos no hubieran reaccionado a tiempo me podrían haber amputado la pierna izquierda".
Todo comenzó con una rotura de menisco después de una mala caída en un truco de un cuadro musical. Y lo que tendría que haber sido una simple operación con el alta médica al día siguiente, terminó convirtiéndose en una artritis séptica que debió ser combatida hasta con dosis de morfina para paliar el intenso dolor.
"Los médicos me dijeron que esto pasa en un 0,02 % de los pacientes a los que se les practica una artroscopia. Me tocó a mí y es un aprendizaje más. Ahora no tengo fuerzas para nada porque la morfina me voltea y me la paso durmiendo. Al principio no podía ni ducharme sólo. Fue el momento más angustiante y doloroso que me tocó vivir".
Hubo un personaje que fue clave en esta historia y es nada más ni nada menos que el excéntrico Ricardo Fort, con quien Matías Alé tuvo durísimos enfrentamientos en "ShowMatch", hasta con amenazas de golpes por parte de ambos.
"Estaba internado en Mar del Plata con un mal presentimiento. Fort me llamó para invitarme a comer un asado y le conté lo que me estaba pasando. Inmediatamente puso a disposición su traumatólogo y su Rolls Royce para trasladarme hasta su avión privado y de ahí a Buenos Aires. Su generosidad me salvó la vida, al igual que el doctor Cardinali, quien ya me estaba esperando en el Fleming con todo su equipo".
Ahora si bien ya pasó el peligro empieza una etapa de recuperación para Matías Alé. "Estaré en el sanatorio hasta el viernes 4 y luego tendré una internación domiciliaria. Ahora me quieren bajar la dosis de calmantes para no lastimar el hígado, pero pasé una noche con muchísimos dolores en la rodilla y en la vena yugular, que es donde me están pinchando porque ya no me quedan venas sanas. Si Dios quiere espero en marzo poder volver al teatro. Aprovecho para agradecer a toda la gente que me acompañó en este momento como mi familia, mis amigos, Graciela y Silvina".