Material para la esperanza
Es probable que cuando se presta atención a los cambios favorables que se han operado en la provincia -por suerte no todo ha sido desidia y frustración- no se conceda su debida importancia al fenómeno de la investigación escolar en los dominios de la ciencia y la tecnología.
Tradicionalmente pareció natural que aquí hubiese inquietud por lo literario, por las artes plásticas y las artesanías, por la educación, la música, el teatro, la danza y el deporte y hasta por la investigación histórica. Pero el universo de la ciencia y de la tecnología no constituía foco de atracción y se hubiese dicho, en aquellos tiempos, que los catamarqueños no se han hecho para consagrarse a las "ciencias duras" ni al descubrimiento de sus realidades más objetivas, como son sus recursos naturales y el modo de ponerlos al servicio del desarrollo local.
Cuando se estima que han sido así las cosas, lo que ha ocurrido entre el miércoles y el viernes últimos, en el Predio Ferial, no puede verse sino como un sorprendente cambio cultural, producido gradualmente, por cierto, a lo largo de años, pero no por ello menos deslumbrante, menos alentador como elemento disparador de confianza con respecto al futuro. Parece ser que en Catamarca la desgastante pregunta sobre quién se es y cómo se es se acompañará, por fin, de estas otras: qué se tiene, cómo aprovecharlo mejor, cómo complementarIo con incorporaciones nada convencionales, cómo mirar al mundo sin complejos.
Se está haciendo referencia a la feria Provincial de Ciencia y Tecnología Juvenil y la Expo Ciencia 2011 que incluyeron la participación de todos los niveles educativos del sistema provincial. Niños del Jardín de Infantes y de la enseñanza primaria, adolescentes del nivel secundario y jóvenes de la educación superior no universitaria sometieron sus proyectos, en número de 130, a la evaluación de la instancia final provincial. 12 de esos proyectos quedaron habilitados para la participación en Tecnópolis, la instancia siguiente de alcance nacional. Otros 22 se hicieron acreedores, por su puntaje, al premio de tres mil pesos otorgado por el Ministerio educativo local.
La competencia se disputó este año en las áreas de la tecnología, el ambiente, la matemática, las ciencias sociales y naturales. La cantidad de los competidores duplicó la del año pasado y todo hace presumir que el incremento ya no se detendrá en el futuro.
Se trató de un verdadero acontecimiento educativo y cultural y un encuentro comunitario motivado por atractivos de una naturaleza distinta de la habitual. Las familias de los expositores y no sólo de ellos estuvieron presentes, dándole a la Feria un brillo más fulgurante que el de la efectuada el año pasado, en que ya pudo entreverse la magnitud que alcanzarán estas jornadas en lo sucesivo.
Los discursos de ocasión destacaron por sobre todo, el esfuerzo hecho por los alumnos, en lo que pudo creerse la intención de contradecir la opinión escéptica que se oye por lo general en relación con ese grupo de edad, y el propósito de brindar aliento a esta novedad de tantas bondades implícitas.
Seguramente hay que sumarse al reconocimiento de los estudiantes, pero no sin ponderar, también, el mérito de los docentes y la voluntad de la conducción educativa provincial que con tanta entrega contribuyeron al éxito de la iniciativa del más alto nivel del poder educativo nacional.
Con elevado índice de participación estudiantil se llevaron a cabo la Feria Provincial de Ciencia y Tecnología Juvenil y Expo la Ciencia 2011.