¿Masoquismo, arte o moda? La epidemia de los tatuajes
Muchas personas deciden inmortalizar en su cuerpo fechas, frases o imágenes que representan momentos de su vida.
Desde un pequeño dibujo, alguna frase o una imagen a la pintura de todo el cuerpo, el tatuaje se ha consolidado como una opción válida para que las personas representen e inmortalicen en su cuerpo aquellos sucesos que marcaron su vida.
El auge de la pintura corporal, que no distingue entre famosos, futbolistas o personas comunes, todavía mantiene su resistencia en ciertos sectores de la sociedad.
En ese sentido "Chiche" Gelblung, que se realizó un tatuaje en vivo, juntó a tatuadores y tatuados, quienes contaron sus experiencias sobre el mundo del "tatoo".
De profesión tatuador
Mariano Antonio, Crayfish y Chatrán, quienes se dedican al tatuaje, hablaron sobre su trabajo y cómo es el marketing del tatuaje.
Antonio: "Ha ayudado mucho el tema mediático, en el caso tuyo (por Chiche), la gente lo ve y quiere tatuarse. Muchas marcas hacen sus campañas de marketing con el tatuaje. El efecto Tinelli ayuda, porque es una posibilidad de que la gente lo acepte, en particular para los hijos".
Crayfish: "Hay gente que lo hace como una cultura y otros apuntan a la moda. Siempre hay una mística y un vínculo entre un tatuador y el cliente. Muchos tipos de 65 vienen a hacerse un tatuaje por primera vez y te dicen que no quieren morirse sin probarlo".
Chatrán: "Antes la gente venía y te pedía algo propio o sacaba de nuestras tarjetas. Ahora se usa Google y la repercusión de los tatuajes de los famosos. La gente te muestra lo que quiere tatuarse con el celular".
La responsabilidad del tatuador
Antonio: "Hoy tenés mucha demanda y mucha oferta, pero no toda la oferta es buena. Del 100% de los locales, el 80 está deshabilitado. Tenés que tener una habilitación sanitaria, hacer un curso que dicta el Gobierno que ampara toda la actividad que trae el tatuaje. De hecho se paga un servicio que retira todos los residuos patogénicos del lugar".
Crayfish: "Hoy todo bien esterilizado desde afuera. Las tintas son monodósis para el cliente, se usa y se tira".
La historia de los tatuados
Patón Basile (boxeador): "Llevo conmigo marcas que llevaré hasta el día de mi muerte, fechas de mi familia, el rostro de mis hijos, de Perón, Evita y Hugo Moyano. Siempre queda algún lugarcito para el que le gusta el tatuaje. El viernes tengo turno para hacerme la cara de otro nene".
Delfina (estudiante): "Tengo 25 años y me tatuo desde los 17, cuando me fui a vivir sola. Hay que saber que es para siempre y no hay que pensar en eso. Ni en pedo me pinto la cara, creo que uno está re jugado cuando hace eso".
Johann (modelo): "Pienso más adelante seguir con todo el cuerpo. Empecé a tatuarme a los 18. Mi papá es tatuador, así que vino por herencia. Además tengo los expansores en las orejas, a mí no me dolió. La gente dice que duele, pero a mí no me molestó, porque fue un proceso que arranqué a los 15 años, y ahora tengo 23".
Adrián (motoquero): "Me queda piel para pintar. Yo voy por la línea oriental, y mi idea es tatuarme todo el cuerpo".