Masacre en la toma de tierras de González Catán: encontraron vainas de un fusil FAL
Así lo aseguró el fiscal, a partir de haber encontrado en el lugar vainas de esa arma. Este miércoles declararon los dos únicos detenidos por no habrían aportado datos relevantes.
En el lugar del enfrentamiento por la venta de terrenos tomados en González Catán, que terminó con la muerte de cinco personas, se encontraron dos vainas de un fusil FAL. Además, este miércoles se llevó a cabo la indagatoria de los únicos dos hombres detenidos, los cuales “no aportaron ninguna información relevante a la causa”.
Fuentes judiciales confirmaron a Clarín que en el lugar donde ocurrió la tragedia, el lunes se encontraron las vainas del FAL. En el mismo sitio, la policía científica pudo secuestrar más de 60 vainas de otro calibre. “No es muy común ver ese tipo de vainas y menos en una situación así. Tienen un poder de daño muy alto”, aseguraron.
Esta tarde, el fiscal Adrián Arriba tomó declaración a los acusados, de los cuales uno continúa hospitalizado en el Hospital Paroissien. Este último es Walter Javier Escobar que continúa internado por una herida de bala en una de sus piernas.
“Solo declaró un renglón, dijo muy pocas palabras e inmediatamente empezó a toser y dijo que no podía declarar más”, aseguraron a este medio. El hombre hasta el martes se hacía pasar por una víctima más, pero luego de ser identificado por un testigo, y tener pólvora en sus manos, pasó a ser un acusado más de la masacre en González Catán.
En la fiscalía declaró el segundo implicado que se hace llamar “El Chino” Escobar. Según testigos, el hombre estaba armado y es quien le pasó las armas a quienes dispararon. El sospechoso, en la declaración, "negó todo y no aportó más detalles".
La calificación que llevan ambos es homicidio agravado por la premeditación de dos o más personas y uso de arma de fuego en cinco hechos, con otros siete hechos en grado de tentativa, que refiere a los heridos de bala.
Según los investigadores judiciales, ambos fueron los que (junto a una tercera persona) dispararon más de 40 tiros contra un grupo de vecinos enojados por una estafa en la compra ilegal de terrenos en la zona conocida como La Tosquera.
Sin embargo, ellos dos no son los únicos implicados en la investigación; otros dos sospechosos continúan prófugos de la Justicia, con pedido de captura internacional y con alerta roja de Interpol. Se trata de “dos personas de nacionalidad paraguaya”. Los nombres son Juana Correa Villalba, que sería la delegada, y Armindo Lugo Zarza, otro de los tiradores".
Cómo sucedió el ataque
La ventana clave que se abrió y trajo luz a la investigación judicial fue el testimonio de uno de los delegados de la mafia que controla la zona y que, entre otras ilegalidades, se encargaba de vender parcelas a otros vecinos necesitados, en general integrantes de la comunidad boliviana.
El domingo a media tarde, una delegada de esta organización ilegal llegó con varios "culatas" al barrio 8 de Diciembre. Los esperaban familias enteras (la mayoría bolivianas) que habían pagado para "reservar" terrenos donde construir sus viviendas.
La delegada, a la que identifican como Juana Correa Villalba, paraguaya de 43 años de profesión peluquera, sería la que tomó la palabra y les dijo a las personas que debían reubicar las parcelas que habían pagado.
La discusión comenzó a escalar cada vez más. Lo que arrancó con insultos, luego derivó en golpes de puño y se desencadenó en una gran balacera que se cobró la vida de Tomás Waldo Velásquez Chávez (28), Leonel Enzo Tuco Tapia (28), Víctor Eduardo Rivera Diestra (23) de nacionalidad peruana, Gregorio Mamani Choque (40) de nacionalidad boliviana y al adolescente Luis Fernando Bascope (16). Además, otros ocho heridos se están recuperando en el hospital Simplemente Evita de La Matanza.
"La delegada (por Villalba) estaba acompañado por su marido (que sería Emanuel Lugo), quien dio la orden a sus sicarios para empezar a tirar", relata ante Clarín, S.R, un delegado del Movimiento Evita que vive en la zona.
Los investigadores no apuntan a Correa Villalba como la responsable de los disparos, sino como quien organizaba toda esta actividad ilegal en un sitio inhabitable, que usurparon y vendieron a unas 500 familias necesitadas de terrenos dónde vivir, algunos de los cuales sobrevendieron en varias ocasiones mediante amenazas de armas de fuego.
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