Masacre de Flores: Matías Bagnato deberá encontrarse cara a cara con el asesino de su familia
Matías es el único sobreviviente y deberá revivir una vez más la tragedia para evitar que liberen al asesino.
Matías Bagnato, el único sobreviviente de la Masacre de Flores, deberá revivir una vez más la tragedia familiar para evitar que liberen a Fructuoso Álvarez González. Este jueves habrá una audiencia en la Sala I de la Cámara de Casación.
"Tengo sensaciones encontradas", comentó Bagnato en diálogo con Luis Novaresio, en Radio La Red, y continuó: "Es increíble, todos los años lo mismo, todos los años tengo que estar pendiente de ver qué hace la Justicia con este monstruo".
En la audiencia se definirá si cabe la posibilidad que el múltiple homicida se beneficie de la ley de extrañamiento, que permite a un condenado volver a su país una vez cumplida la mitad de la condena.
A pesar de las condiciones, Matías agregó que gracias a la ley de protección de las víctimas sancionada en agosto del 2017, va a poder estar presente en el proceso. "Va a ser la primera vez que una víctima va a hablar en la Justicia ordinaria en Casación", indicó.
"Éramos invisibles en esta instancia. Después de la sanción de la ley la Cámara de Casación el jueves me va a escuchar. Me va a dar la posibilidad de poder hablarles a los jueces. Por eso tengo esas sensaciones encontradas. Por ese lado tengo la sensación de satisfacción, de decir 'algo pudimos modificar' y por otro lado el desastre de tener que ver otra vez a este monstruo, otra vez estar pendiente si la Justicia le entrega este beneficio", agregó.
Bagnato pidió no cruzarse con Álvarez González, pero la Justicia no lo pudo evitar. "Uno de los pedidos que hice en Cámara de Casación fue justamente evitar ese momento. Me dijeron que él tiene derecho a escuchar toda la audiencia por eso es que no lo pueden retirar en algún momento de la sala. Y como nunca trataron con víctimas no tienen la estructura ni están preparados para poder evitar ese momento. Yo se los pedí explícitamente", manifestó.
Fructuoso Álvarez González era socio y pariente lejano del padre de Matías y tenía amenazada a toda la familia. En febrero de 1994 incendió la casa donde vivían y asesinó a José Bagnato, su esposa Alicia, sus hijos Alejandro y Fernando y a Nicolás Borda, un vecino que se había quedado a dormir. El único sobreviviente tenía 16 años y pudo escapar del fuego por la ventana de su habitación.
Álvarez González fue condenado en 1995 a cadena perpetua y en 2004 se benefició de un acuerdo de intercambio de presos y fue extraditado a España (su país de origen) donde terminó libre y amenazó a Matías y su abuela. Desde 2011 está preso nuevamente y todos los años intenta alguna maniobra para lograr su liberación.