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Más dudas que certezas

*Por Xavier Prieto. En el 78-15 sobre el improvisado Sudamérica Invitación, la Argentina sacó pocas conclusiones definitivas; se destacaron algunas individualidades, pero faltó fluidez en el juego de conjunto; gran incertidumbre sobre la lista.

La postmodernidad sostiene que todo es relativo. No es cierto: hay absolutos, realidades que no dependen de puntos de vista. Pero si de relatividad se trata, ahí está el partido de ayer de los Pumas como muestra emblemática. ¿Qué decir del rendimiento? ¿Cómo sacar conclusiones tajantes cuando el adversario es tan armado de ocasión?

En ese contexto, la producción del seleccionado en el triunfo por 78 a 15 dependió mucho de lo que hizo Sudamérica Invitación, un oponente más conseguido que elegido y que hizo el favor de arriesgarse a ser goleado para que el local tuviera un ensayo con resistencia antes de irse de gira. En ello, la primera deuda: una entidad como la UAR, con su tercer puesto en Francia 2007, octava en el ranking y su inminente incorporación al Tres Naciones, debería obtener rivales más calificados para probarse camino a la mayor competencia de este deporte. Como los que ayer tuvieron Inglaterra y Escocia (ver aparte), dos de sus cuatro oponentes en la Zona B de Nueva Zelanda 2011. "No hay una regla que diga cuántos partidos hay que jugar antes de un Mundial. Sí me habría gustado tener un test-match más. Pero lo que tenemos está bien y estamos conformes con la preparación", minimizó Santiago Phelan, el entrenador nacional.

Relativo es un rendimiento cuando enfrente hay un conjunto tan improvisado. Y relativo es, también, un desempeño cuando un equipo actúa con 30 jugadores en 80 minutos. Dado eso, lo más analizable fue el primer tiempo; la segunda mitad fue un festival de cambios que demandó extremar la concentración para recordar quiénes estaban en la cancha. Y en ese período inicial se vio nítida la intención de rugby abierto de la Argentina. Manejar la pelota con fluidez y juego colectivo fue la consigna. En el comienzo, mientras Sudamérica no se exigió a fondo en las situaciones de contacto -¿excesivo respeto o temor a dañarse contra los superentrenados anfitriones?-, todo fue fácil para el local. A los cuatro minutos ya ganaba por 12 a 0 y parecía que sobrevendría la paliza de tres dígitos de diferencia. Pero los albicelestes -ayer, de azul- pasaron luego 25 minutos sin anotar. Creció la oposición y ya fue otro el panorama.

Los visitantes se decidieron a dar batalla en los rucks. Si bien estuvieron casi siempre en terreno propio, emparejaron la lucha de forwards y ensuciaron la salida de la pelota de las formaciones fijas. Y la Argentina cayó en fallas de manejo: knock-ons, cesiones mal hechas, pelotas afuera... Lo mejor fue la explotación de huecos defensivos, con Juan Imhoff (muy buen debut, con tres tries) como destacado.

La mitad final, con tantas modificaciones, se hizo discontinua. A los Pumas todo se les facilitó con la merma de energías de los invitados. Así surgieron varios contraataques de jugadores cortados rumbo al in-goal. Pero acciones grupales bien coordinadas no abundaron; lo mejor fue la conquista de Gosio gestada por varios.

En síntesis, el correcto nivel de algunas individualidades y los errores de manejo quedaron como lo más claro de una actuación en la que todo, o casi, fue muy postmoderno. Para datos más ciertos, remitirse al Gales-Argentina del sábado 20 de este mes.