Martínez Poch negó haber abusado de sus hijas
Respondió preguntas durante casi 7 horas. Habló de Vanesa y de la denuncia de abusos de sus hijas. Los textuales de la declaración.
Antes de que el acusado de secuestrar, golpear, drogar y abusar de su pareja y además abusar de sus hijas cuando eran menores de edad siguiera con su declaración, le notificaron que el 19 y 20 de este mes deberá someterse a pericias psiquiátricas.
Al empezar la declaración, el diskjockey habló de la mamá de Vanesa. Contó que una vez la señora lo llamó para que el interceda ante su hija y ella le de dinero. Aseguró que le contó a su pareja el encuentro y que intuyó "una pseudo asociación ilícita entre Vanesa y su padre para perjudicar a su madre".
Martínez Poch aseguró que Vanesa nunca estuvo privada de nada, ni de contactarse con su entorno familiar o sus amigos. Ante una de las graves denuncias dijo "no practiqué tiro al blanco con Vanesa; de hecho de la forma en la que Vanesa narró ese evento no es posible técnicamente".
Después de eso, Poch dijo que no tenía más nada que decir de Vanesa y afirmó "en cuanto a la imputación que se me hace respecto de mis hijas, en este punto yo prefiero que la fiscalía me pregunte"
borrada
"MI familia era un sueño americano, todo lo que hacíamos nos salía bien. No había cosa que nos saliera mal. Estabamos realizandonos; teníamos un montón de proyectos que estabamos llevando a cabo" aseguró Poch mientras describía a su exmujer y a sus hijas recién nacidas.
El diskjockey culpó a su exsuegra, que acompaña a las jóvenes en la denuncia, de los problemas en su familia y aseguró que culpa de la mujer él sentía las ausencias de la madre de sus hijas. Contó que por esto se separaron pero que él "a las nenas las iba a ver todos los días".
Cuando contó la muerte de su exmujer, Poch reveló "durante muchos meses, años quizás, dormimos todos en el mismo cuarto, no porque no hubiera lugar sino, Juliana tenía miedo, ya que decía de que si había cielo también había infierno".
borrada
Poch negó haber mantenido relaciones sexuales con una mujer frente a sus hijas. Afirmó que nunca estuvo desnudo delante de las chicas pero que sí lo han visto en ropa interior. Negó rotundamente haberles mostrado material pornográfico y haberles recomendado que consuman cocaína en lugar de marihuana y afirmó "de hecho hasta que vivieron conmigo, mis hijas no tenían actividad ni experiencia sexual, ni teníamos conversaciones de este tenor"
El imputado negó otra denuncia de sus hijas y aseguró que nunca las dejó solas ni encerradas y que sólo se movían si él se los permitía. Antes, había contado un episodio donde su hija tenía 14 años, un vecino la acosaba y él lo había tomado del cuello y agredido.
Más tarde aseguró que cuando necesitó mudarse a Capital porque las chicas se le iban de las manos le pidió "ayuda al diablo", y remató "Le pedí ayuda al diablo porque le pedía ayuda a mi suegra"
Al empezar la declaración, el diskjockey habló de la mamá de Vanesa. Contó que una vez la señora lo llamó para que el interceda ante su hija y ella le de dinero. Aseguró que le contó a su pareja el encuentro y que intuyó "una pseudo asociación ilícita entre Vanesa y su padre para perjudicar a su madre".
Martínez Poch aseguró que Vanesa nunca estuvo privada de nada, ni de contactarse con su entorno familiar o sus amigos. Ante una de las graves denuncias dijo "no practiqué tiro al blanco con Vanesa; de hecho de la forma en la que Vanesa narró ese evento no es posible técnicamente".
Después de eso, Poch dijo que no tenía más nada que decir de Vanesa y afirmó "en cuanto a la imputación que se me hace respecto de mis hijas, en este punto yo prefiero que la fiscalía me pregunte"
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"MI familia era un sueño americano, todo lo que hacíamos nos salía bien. No había cosa que nos saliera mal. Estabamos realizandonos; teníamos un montón de proyectos que estabamos llevando a cabo" aseguró Poch mientras describía a su exmujer y a sus hijas recién nacidas.
El diskjockey culpó a su exsuegra, que acompaña a las jóvenes en la denuncia, de los problemas en su familia y aseguró que culpa de la mujer él sentía las ausencias de la madre de sus hijas. Contó que por esto se separaron pero que él "a las nenas las iba a ver todos los días".
Cuando contó la muerte de su exmujer, Poch reveló "durante muchos meses, años quizás, dormimos todos en el mismo cuarto, no porque no hubiera lugar sino, Juliana tenía miedo, ya que decía de que si había cielo también había infierno".
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Poch negó haber mantenido relaciones sexuales con una mujer frente a sus hijas. Afirmó que nunca estuvo desnudo delante de las chicas pero que sí lo han visto en ropa interior. Negó rotundamente haberles mostrado material pornográfico y haberles recomendado que consuman cocaína en lugar de marihuana y afirmó "de hecho hasta que vivieron conmigo, mis hijas no tenían actividad ni experiencia sexual, ni teníamos conversaciones de este tenor"
El imputado negó otra denuncia de sus hijas y aseguró que nunca las dejó solas ni encerradas y que sólo se movían si él se los permitía. Antes, había contado un episodio donde su hija tenía 14 años, un vecino la acosaba y él lo había tomado del cuello y agredido.
Más tarde aseguró que cuando necesitó mudarse a Capital porque las chicas se le iban de las manos le pidió "ayuda al diablo", y remató "Le pedí ayuda al diablo porque le pedía ayuda a mi suegra"