Martín Fierro le contesta a Pablo García Aliverti
Una vez escribimos que conducir fumando marihuana era más peligroso que hacerlo alcoholizado. No lo hicimos desde un punto de vista moral sino del conocimiento de lo que provocan diferentes sustancias en la sangre. ¿Y qué tiene que ver la obra de José Hernández con esto? Leé y enterate.
Por Jorge D. Boimvaser
@boimvaser
"No hay cosa como el peligro pa refrescar un mamo / hasta la vista se aclara por mucho que haiga chupao". La obra cumbre de la poesía gauchesca cuenta que Martín Fierro estaba en una pulpería y con la tranca (borrachera) encima vio venir una morena gorda y le cantó: "Al ver llegar la morena / que no hacía caso e naide / le dije con la mamúa / va-ca yendo gente al baile".
El hombre que acompañaba a la dama se empezó a enfurecer, y José Hernández pone en boca de Fierro una cuarteta como para encabritar hasta a Luisito D´Elia: "A los blancos hizo Dios / a los mulatos San Pedro / a los negros hizo el diablo para tizón del infierno".
Cuando el moreno no soportaba más, le vino la estocada poética: "Lo conocí retobao / me acerqué y le dije presto / po-r-rudo que un hombre sea / nunca se enoja por esto".
Ambos gauchos ya estaban con los facones listos, y es ahí cuando José Hernández pone en boca de Fierro aquello que la inminencia del peligro despierta la borrachera en un santiamén.
Si Pablo García Aliverti hubiera recordado estas estrofas (suponemos que si terminó la carrera periodística alguna vez lo tuvo que haber leído), quizás no hubiera confesado que la borrachera le produjo un estado de inconsciencia cuando el cadáver de Reinado Rodas rompió el parabrisas de su auto y se acomodó en una posición que causa terror ajeno solo imaginarlo junto a su lado.
Cuando se escribió el Martín Fierro, no se sabía lo que un siglo y pico más tarde confirmó la ciencia, que la adrenalina generada por ciertas vivencias límites borra al instante los efectos del alcohol en sangre.
¿Qué es la adrenalina? Una hormona y neurotransmisor que incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos y dilata los conductos de aire entre otros efectos. El reflejo de supervivencia que anida en todo ser (humano y animal, aunque ya sabemos que el primero también es el segundo) hace despejar instantáneamente al individuo y lo pone en un estado de lucidez como si recién se levantara tras ocho horas de sueño.
Cualquier persona que haya tomado en exceso (el autor de este informe no es precisamente un abstemio) y se enfrentara a extremos de supervivencia conoce este cambio brusco del organismo sin necesidad de leer el Martín Fierro ni esperar que la ciencia nos diga cómo funciona el sistema hormonal en relación con su psiquis.
De ahí que las declaraciones (con un dejo de hipocresía que indigna) de Pablo García Aliverti frente al desastre cometido sean mentirosas y algo estúpidas. En cualquier juicio un perito forense dirá lo mismo que decimos, aunque con lenguaje más técnico y pulido que el nuestro José Hernández, sabía qué escribía con aquello de "no hay cosa como el peligro pa refrescar a un mamao".
Cuando publicamos en una ocasión que la adrenalina no funciona igual en el organismo con la marihuana que con el alcohol, no faltó algún imbécil que dijera que lo nuestro era apología de la bebida o que intentábamos favorecer la industria vitivinícola (si lo hacemos es consumiendo vino, nunca fomentándolo).
También en esto del efecto del cannabis sobre el organismo no lo sacamos de ningún librito de cuentos, lo conozco por experiencia... La persona "fumada" no se comporta ante el peligro igual que la persona alcoholizada. El porro lentifica todo, hasta la segregación de adrenalina, y sos capaz de entrar en zona de riesgo sin medir consecuencias. Los médicos recomiendan (al menos en USA lo hacen, aquí no está difundido) frente a los primeros síntomas de sobredosis ante el consumo de cualquier sustancia tóxica, beber un limón exprimido para ir regulando la acción del metabolismo.
Pero si te cruzás con una mamba negra (la serpiente más venenosa del Planeta) estando borracho lo seguro es que te despejes en una fracción de segundo y evites enfrentarla, pero si estás fumado quizás se te de por hacerle la V y recitarle: Paz y amor hermana vivorita.
Si Pablo García Aliverti dejara el cinismo a un costado como forma de no restarle seriedad al hecho que mató al volante, al menos respetaría a los deudos de Rodas. ¿Es mucho pedir que tenga compasión por la familia de un tipo al que atropelló mal?
Si tenía alcohol y cannabis, o algo similar (la cocaína tampoco reacciona igual cuando el organismo segrega adrenalina) es algo que sólo él y sus ocasionales amigos de aquella noche trágica pueden saber. Pero si nos toma por estúpidos al resto de la población, sería también mejor para su futuro.
Y ahora que ya confesamos que el alcohol y la marihuana no nos es desconocido, tan solo una experiencia de vida. He visto tanta gente arruinada, tanto cerebro limado por causa del exceso de una o de las dos sustancias (o de las tres, incluída la cocaína), que la mejor recomendación para cerrar el informe es: si podés pasar de largo la experiencia, hacélo.
Mi frase de cabecera que uso en las redes sociales para los chicos es: "Respetá vos las sustancias porque ellas nunca te van a respetar".
Si no querés ser un "Pablo García Aliverti" más, nada mejor que cerrar también con el Martín Fierro: "Llevate de mi consejo/ fijate bien lo que hablo / el diablo sabe por diablo / pero más sabe por viejo.