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María Eugenia Vidal le pidió a Hernán Lacunza que tome decisiones sin hacer caso a las presiones políticas
Con palabras, Vidal empieza a diferenciar su campaña de la nacional.
La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, participó de la primera reunión de Gabinete ampliado Provincial tras los resultados de las PASO. La reunión estuvo compuesta por 500 funcionarios entre ministros, secretarios y directores provinciales.
El consejo de la mandataria provincial al ministro de Hacienda tenía una sola dirección: que Lacunza no cediera a las presiones políticas, que en este caso provienen de la mismísima Casa Rosada. Vidal había sido la encargada de comunicarle a su ex ministro de Economía que Mauricio Macri lo había convocado para sumarse al gabinete nacional.
El martes la gobernadora participó de una larga reunión en Balcarce 50 junto al Presidente, Lacunza, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el titular del Central, Guido Sandleris, para evaluar otra jornada negra para la Economía.
Con palabras, Vidal empieza a diferenciar su campaña de la nacional. Fue la última oradora de la mañana y buscó motivar a su tropa. “No entendía por qué eligieron sumarse a este equipo donde ganan menos que en sus anteriores trabajos o incluso que en la Nación o la Ciudad, hasta que me di cuenta que ustedes entendieron que la verdadera transformación es la de la Provincia”, dijo la gobernadora. Vidal comparó la potencia de la administración nacional y de la porteña con relación a la de la Provincia. “Siempre le decía a Mauricio que la Nación era como el Manchester United y la Ciudad, como Boca”, dijo Vidal.
La mandataria bonaerense también se permitió contar algunos detalles de su intimidad y bromear al respecto. Vidal comparó la angustia de los primeros meses de gestión con el primer año de vida de su hija, que no paraba de llorar y que esa situación la motivó a hacer a terapia. “Para su tranquilidad sigo yendo, ayer fui”, contó entre risas. La gobernadora relató incluso cuánto la sorprendió su victoria en 2015. “No esperaba ganar”, dijo.
Federico Salvai -jefe de Gabinete, de campaña y mano derecha de la gobernadora- empezó a marcar las pautas de la campaña que vendrá. “El día después de las PASO me desperté con un llamado de María Eugenia. Me pidió que no le hiciera una estrategia para perder por poco, sino para ganar”, sostuvo. En la Provincia, de todos modos, reconocen que una remontada es casi imposible.
Salvai se hizo tiempo para una autocrítica. “Dejamos de escuchar a los vecinos”, se lamentó, mientras les pedía a los funcionarios de menor rango que volvieran a salir a la calle, un detalle que marcará el regreso de los timbreos. “No pueden ir a la casa del vecino a defender su trabajo, eso se nota, se va a defender los valores que militamos”, aconsejó. Detrás, en una pantalla se proyectaba la leyenda “una campaña de abajo hacia arriba”.
El plan de Salvai, que espera el focus del español Roberto Zapata para terminar de delinear su estrategia es llegar a un millón de bonaerense contactados, uno a uno. El objetivo principal otra vez es llegar a los desencantados, los votantes posibles. El jefe de Gabinete de la Provincia pidió hacer una escucha “activa”.
Para eso, según él mismo relató en la reunión, asignará a cada ministerio un distrito del Conurbano. Vidal se concentrará especialmente en las ciudades del interior con mayor caudal de votos: Mar del Plata y Bahía Blanca, a la cabeza.
Luego del encuentro Salvai en declaraciones a la prensa cargó contra la estrategia nacional de polarizar, lo que pareció un nuevo dardo en dirección a Marcos Peña. "Este esquema de polarización ha perjudicado el escenario provincial", evaluó. En privado, Salvai fue más duro. "Mucha tecnología, pero lo que define la elección es el cara a cara", sostuvo. Además, señaló que no falló la fiscalización, como dicen en el Gobierno. "Hubo fiscales en todas las mesas, pero los votos no llegaron", se lamentó.
Antes, había roto el hielo el vicegobernador Daniel Salvador, que les dijo a los funcionarios de menor rango que no podrían sumarse a una hipotética gestión de Axel Kicillof, a quien no nombró. “Ustedes no son técnicos. Estoy cansado de escuchar eso. Ustedes son políticos y militantes”, dijo. El dirigente radical sostuvo que la diferencia entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos es que el oficialismo defiende la democracia.
La gobernadora mantuvo más tarde una reunión en la residencia oficial con los “sin tierra”, los candidatos a intendentes que buscan desplazar a los jefes comunales del peronismo y que -con la excepción del aspirante en Necochea- tuvieron resultados muy adversos el 11 de agosto. Vidal les agradeció su esfuerzo. "Ustedes no son sin tierra, tienen tierra, se embarraron en cada uno de sus territorios", dijo.
El consejo de la mandataria provincial al ministro de Hacienda tenía una sola dirección: que Lacunza no cediera a las presiones políticas, que en este caso provienen de la mismísima Casa Rosada. Vidal había sido la encargada de comunicarle a su ex ministro de Economía que Mauricio Macri lo había convocado para sumarse al gabinete nacional.
El martes la gobernadora participó de una larga reunión en Balcarce 50 junto al Presidente, Lacunza, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el titular del Central, Guido Sandleris, para evaluar otra jornada negra para la Economía.
Con palabras, Vidal empieza a diferenciar su campaña de la nacional. Fue la última oradora de la mañana y buscó motivar a su tropa. “No entendía por qué eligieron sumarse a este equipo donde ganan menos que en sus anteriores trabajos o incluso que en la Nación o la Ciudad, hasta que me di cuenta que ustedes entendieron que la verdadera transformación es la de la Provincia”, dijo la gobernadora. Vidal comparó la potencia de la administración nacional y de la porteña con relación a la de la Provincia. “Siempre le decía a Mauricio que la Nación era como el Manchester United y la Ciudad, como Boca”, dijo Vidal.
La mandataria bonaerense también se permitió contar algunos detalles de su intimidad y bromear al respecto. Vidal comparó la angustia de los primeros meses de gestión con el primer año de vida de su hija, que no paraba de llorar y que esa situación la motivó a hacer a terapia. “Para su tranquilidad sigo yendo, ayer fui”, contó entre risas. La gobernadora relató incluso cuánto la sorprendió su victoria en 2015. “No esperaba ganar”, dijo.
Federico Salvai -jefe de Gabinete, de campaña y mano derecha de la gobernadora- empezó a marcar las pautas de la campaña que vendrá. “El día después de las PASO me desperté con un llamado de María Eugenia. Me pidió que no le hiciera una estrategia para perder por poco, sino para ganar”, sostuvo. En la Provincia, de todos modos, reconocen que una remontada es casi imposible.
Salvai se hizo tiempo para una autocrítica. “Dejamos de escuchar a los vecinos”, se lamentó, mientras les pedía a los funcionarios de menor rango que volvieran a salir a la calle, un detalle que marcará el regreso de los timbreos. “No pueden ir a la casa del vecino a defender su trabajo, eso se nota, se va a defender los valores que militamos”, aconsejó. Detrás, en una pantalla se proyectaba la leyenda “una campaña de abajo hacia arriba”.
El plan de Salvai, que espera el focus del español Roberto Zapata para terminar de delinear su estrategia es llegar a un millón de bonaerense contactados, uno a uno. El objetivo principal otra vez es llegar a los desencantados, los votantes posibles. El jefe de Gabinete de la Provincia pidió hacer una escucha “activa”.
Para eso, según él mismo relató en la reunión, asignará a cada ministerio un distrito del Conurbano. Vidal se concentrará especialmente en las ciudades del interior con mayor caudal de votos: Mar del Plata y Bahía Blanca, a la cabeza.
Luego del encuentro Salvai en declaraciones a la prensa cargó contra la estrategia nacional de polarizar, lo que pareció un nuevo dardo en dirección a Marcos Peña. "Este esquema de polarización ha perjudicado el escenario provincial", evaluó. En privado, Salvai fue más duro. "Mucha tecnología, pero lo que define la elección es el cara a cara", sostuvo. Además, señaló que no falló la fiscalización, como dicen en el Gobierno. "Hubo fiscales en todas las mesas, pero los votos no llegaron", se lamentó.
Antes, había roto el hielo el vicegobernador Daniel Salvador, que les dijo a los funcionarios de menor rango que no podrían sumarse a una hipotética gestión de Axel Kicillof, a quien no nombró. “Ustedes no son técnicos. Estoy cansado de escuchar eso. Ustedes son políticos y militantes”, dijo. El dirigente radical sostuvo que la diferencia entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos es que el oficialismo defiende la democracia.
La gobernadora mantuvo más tarde una reunión en la residencia oficial con los “sin tierra”, los candidatos a intendentes que buscan desplazar a los jefes comunales del peronismo y que -con la excepción del aspirante en Necochea- tuvieron resultados muy adversos el 11 de agosto. Vidal les agradeció su esfuerzo. "Ustedes no son sin tierra, tienen tierra, se embarraron en cada uno de sus territorios", dijo.
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