Marcos Di Palma realizó imprudentes maniobras con su auto de carreras en pleno centro de Pergamino

Transeúntes y conductores de Pergamino quedaron impactados al ver en una de sus principales avenidas a un auto de carreras dejando una estela de humo y ruido y realizando maniobras peligrosas. Luego, el boca en boca llevó la certeza: el hombre al volante era nada menos que el expiloto Marcos Di Palma, que llamaba de esa manera la atención de todos en plena calle con su auto de TC. El imprudente accionar ocurrió frente a la estación de servicio ubicada en Avenida de Mayo y Merced de la ciudad del norte bonaerense.

Según medios de la zona, el área de Tránsito de la Municipalidad de Pergamino está elaborando un detallado informe detallado que será presentado ante la jueza de Faltas de la ciudad, que decidirá si le cabe alguna sanción, teniendo en cuenta el riesgo que representó para peatones y conductores que fueron testigos de esa suerte de trompo que provocó el hombre nacido en Arrecifes.

La acción, típica de las celebraciones en las carreras cuando se obtiene un triunfo, consistió en acelerar a fondo y con la ayuda del freno de mano hacer girar el auto en el lugar. Los videos caseros que circulan por las redes sociales muestran, incluso, que en una de las maniobras que Di Palma realiza al ingresar en el playón de la estación de servicio voltea un macetero.

Apodado el Loco o Marquitos, no es la primera vez que Di Palma comete este tipo de imprudencias. En diciembre de 2017 protagonizó un accidente de aviación por el cual dejó sin electricidad a la ciudad de Capitán Sarmiento, al colisionar contra un cable de alta tensión. El caso sería judicializado y fue procesado en junio de 2019.

“Él estaba sobrevolando las obras del río Arrecifes, desde Pergamino hasta Baradero, y se ve que por algún motivo perdió el control y cayó a tierra. Pero no salió herido ni pidió ayuda a los bomberos para ser socorrido”, dijo entonces a Télam Cristian Gattelet, quien reside en Arrecifes y es periodista de la emisora local Radio News.

En aquella oportunidad, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) consideró que Di Palma incurrió en una “conducta delictiva”, pues carecía de licencia para pilotear la aeronave: la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac) descubrió que la suya había caducado y que cuando intentó renovarla, en 2010, no aprobó el examen psicofísico.

La ANAC calificó de “temeraria” su conducta y afirmó que las personas en las inmediaciones del siniestro “fueron puestas en un serio riesgo de manera innecesaria” y que, más allá de la infracción aeronáutica, Di Palma pudo haber cometido un delito.