Manos que curan
Un anciano chino efectúa tratamientos terapéuticos mediante un calor intenso que emitirían las palmas de sus manos.
El Gran Maestro Zhou, también conocido como "La Joya de China", ha aparecido en varios programas de televisión, -tales como "Ripley´s Believe It Or Not", "That´s Incredible!" y "Superhumans de Stan Lee"- "en reconocimiento a sus sorprendentes habilidades que han sido verificadas, durante décadas, por una amplia documentación de investigación médico-científica y de diagnóstico", según señalan en su página. También agregan que "él atribuye su capacidad para curar -con frecuencia mediante la emisión intensa de Qi que se traduce en el calor de sus manos- con el flujo de energía o Qi, que naturalmente abrió y desarrolló por más de 70 años de práctica de Qi Gong". Sus tratamientos terapéuticos mediante la técnica de "calor único", le han permitido "disolver tumores, curar dolencias graves y crónicas, así como tratar con éxito enfermedades 'incurables'. A causa de esto y su capacidad intuitiva médica altamente calificada para diagnosticar 'enfermedades misteriosas', gente de todo el mundo viaja para ser tratada por él".
Ante estas afirmaciones tan maravillosas lo menos que uno espera es una mínima referencia o vínculo a investigaciones publicadas en alguna revista médico-científica que las avale. Pero no, lo más que encontramos son videos demostrativos de las "sorprendentes" habilidades de Zhou.
¡Qì fiasco!
Ya hemos visto en notas anteriores ("El mágico «poder telekinético» de un maestro de Kung Fu" - "Maestro de Qigong «materializa serpientes de la nada»") que algunos maestros de artes marciales y Qigong son proclives a utilizar ciertas artimañas so pretexto de demostrar la existencia de una supuesta energía que tradicionalmente denominan Qí y cuyo control les permite realizar tales proezas. El caso de Zhou no es la excepción y con el agravante de utilizar estos truquitos para convencer a la gente que, además, tiene verdaderos poderes para curar.
Ahora veremos un video que muestra la participación de este Maestro del Engaño en el programa "That´s Incredible!". El mismo reúne cuatro demostraciones, dos en el estudio y otras dos en exteriores que fueron fusionadas a través del tratamiento a un niño con su técnica de "calor único" y posterior "comprobación" de esta cualidad térmica de Zhou por un médico de Los Ángeles.
Primer engaño
Zhou inicia el show con un ladrillo que sostiene su asistente y, presuntamente, lo quiebra en dos con una hoja de periódico. En realidad lo quiebra con un golpe de su mano y, no en vano, cuando reproducen el golpe en cámara lenta utilizan la toma de una cámara no-frontal para que quede disimulado el contacto de su mano con el ladrillo. Aún así y con la velocidad que efectúa el golpe, una captura de imagen que toma como referencia el ladrillo que se ve en la pantalla gigante, permite ver cómo se acorta la distancia entre el brazalete de Zhou y el ladrillo a partir. También podemos ver la aureola del borde del periódico que se dibuja en el aire y como llega a la altura de la manga de la asistente.
Este truquito, si se lo puede llamar así, es la combinación de una verdadera capacidad adquirida de los practicantes de artes marciales para golpear certeramente con sus manos y una gran mentira que es enmascarar ese golpe con un objeto frágil. Con ese ocultamiento pretenden darle soporte a la creencia del ilusorio poder de Qí.
Ni bien observé esta prueba de Zhou, fue inevitable no recordar la participación de integrantes de una escuela de artes marciales en el programa televisivo "Domingos Increíbles", que se producía en Buenos Aires y pretendía imitar con invitados locales al "That´s Incredible!" estadounidense. En la emisión del 08-12-85 presentaron la misma proeza china pero con una varilla de madera y un billete. El mismo cuento chino.
Faquirismo de bajo impacto
En cuanto a la última demostración en la que un asistente golpea con una maza y rompe algunos ladrillos apilados sobre su cabeza que está protegida por el poder de Qí, no hay mucho que comentar puesto que es una prueba archiconocida donde la fuerza del golpe es absorbida y disipada por los ladrillos, piedras, rocas, tablas, mármoles o cualquier elemento que se ponga encima. Cuantos más elementos coloquen, menor será el impacto. Con los 7 ladrillos que le colocaron a Zhou, el éxito estaba más que garantizado y sin riesgos.
Te invito a ver el siguiente video ilustrativo del ilusionista Derren Brown y su equipo, por si queda alguna duda.
¿Calor único?
El intenso calor que supuestamente emiten las manos de Zhou, sería el responsable de sus milagros terapéuticos. Ahora bien, ¿sus manos emiten ese calor o proviene de otro lado?
Es innecesario discutir si una fuente de calor -leve o extrema- puede o no ser efectiva para disolver tumores o tratar enfermedades incurables. Simplemente trataré de demostrar que este señor es un farsante y recurre a viejos trucos para instalar una falsa esperanza curativa.
Si uno observa atentamente la parte del video en que somete a su tratamiento calórico a un niño, verán que le coloca sobre el pecho una especie de paño que pliega por la mitad. Luego, el niño le va avisando cuando siente calor y Zhou cambia el paño de posición. Lo interesante es que en un momento se ve claramente que en la superficie del paño hay una notable irregularidad que delata algo oculto entre los pliegues.
Ni bien observé este procedimiento lo primero que recordé fue el viejo chasco conocido como "calienta sillas". El blister contenía trozos de papel absorbente y papel aluminio con un componente químico dentro, cuyo conjunto reaccionaba cuando se humedecía con agua produciendo progresivamente calor hasta llegar a ser sumamente intenso. ¿Acaso el Gran Maestro está haciendo algo similar?
El gran chasco de Zhou
La respuesta positiva viene a continuación de ese fragmento, cuando Zhou realiza una demostración ante un médico que pretende hacer un análisis termográfico del increíble calor producido por sus manos.
Si bien las imágenes están editadas, al menos permiten tener una mayor certeza sobre algunos de los elementos utilizados por Zhou para producir el "calor único" y que, sin duda, confirman mi sospecha inicial: el poder calórico del Maestro es un gran chasco. Y vaya si lo es que, al igual que en el "calienta sillas", utiliza agua, papel aluminio, una toalla de papel y un reactivo químico (existen varios en el mercado) que se encuentra en el trozo de papel aluminio que envuelve con la toalla.
O sea que en el paño que utilizó para "curar" al niño se advertía una extraña protuberancia porque tenía oculto el papel aluminio con el correspondiente compuesto químico. Un sector del paño ya estaba humedecido y al estar en contacto con el papel aluminio tratado se produjo el calor.
Los ilusionistas, especialmente aquellos que se dedican al mentalismo o hipnosis teatral, hace muchísimas décadas presentan un efecto similar y más impactante con una bolita de papel aluminio. Pero claro, no lo hacen con el afán de curar personas.
Arena mágica
Para reforzar la fe en sus poderes curativos a través de la "emisión intensa de Qi que se traduce en el calor de sus manos", Zhou también ha incorporado a su repertorio otro antiguo truco que presenta como la transformación de "barro" húmedo en arena seca. En el próximo video verás dos demostraciones de su "poder evaporador" que realizó el año pasado con motivo del 15º Congreso Mundial sobre Qigong y Medicina Tradicional China que se llevó a cabo en San Francisco, California (EE.UU.).
Cuesta creer que haya gente fascinada con estas demostraciones sin el más mínimo sentido crítico y, peor aún, que piensen que esto puede representar un beneficio para su salud. Los seguidores están convencidos de que este anciano genera realmente un calor intenso en sus manos que le permite secar la arena húmeda y lo difunden como tal. El gran maestro lo único que hace es valerse de arena hidrofóbica, que es impermeable al agua. Se la conoce también como arena mágica e incluso es comercializada como un juego para niños. Cualquier aditivo impermeabilizante te permite fabricar tu propia arena milagrosa como verás en el próximo video educativo.
Queda confirmado que los supuestos poderes de este gran farsante se diluyen como la arena entre sus manos. Si no fuera que utiliza estas artimañas con fines curanderiles, bien podríamos otorgarle un diplomita de faquir o aprendiz de mago.