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Malvinas: mucho más que islas
Las Malvinas son sinónimo de soberanía, de patria, de desgarro, de muertes, de traidores y de santos.
Me refiero al reclamo continuó incansable y soberano de nuestro país, a través de distintos Gobiernos Democráticos e incluso “aquella Dictadura”. Sin embargo el último periodo, bajo la gestión del ex Presidente Macri, apareció un “manto de neblina”…
Como parte de una política de olvido o de descuido del tema soberano, el anterior Gobierno desde el inicio dio señales de su falta de compromiso con la causa Malvinas, y así dejó de aparecer su silueta en mapas, como olvidos, no fueron incluidas en tarjetería oficial y lo que es peor no era una de las prioridades del Poder Ejecutivo durante el lapso de mandato 2015/2019.
Se materializó la ausencia de política internacional concreta al respecto, cuando en 2016 ante un pedido por carta de Theresa May, Premier de Reino Unido, el Ingeniero Macri Presidente de Nuestro País, accedió a cada pedido.
No hubo demoras, el imperio envió a Sir Duncan a firmar con el vicecanciller Foradori, un “comunicado de entendimiento” (una forma de nombrar un acuerdo sin mencionarlo, aunque de sus términos surja una y otra vez utilizada la palabra acuerdo)... Todo ello para no someter ese convenio/comunicado, entre ambas naciones involucrando las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, al Poder Legislativo (Cámara de Diputados y Senadores de la Nación) como ordena la CN.
De nada sirvieron las encendidas denuncias verbalizadas por Diputados oficialistas como Elisa Carrio, Ricardo Alfonsin contra este “comunicado”, menos escuchadas fueron las voces de la Diputada Alicia Castro, el Diputado Guillermo Carmona.
Ni siquiera pudo frenar el acuerdo, la denuncia contra el acuerdo de mentas, realizado por el CECIM La Plata, quienes además de haber luchado como soldados en la Guerra de Malvinas, siguen la defensa de la Soberanía como veteranos.
Concretamente el convenio Foradori - Duncan fue una sumatoria de múltiples cesiones de soberanía.
Se acordó ampliar los permisos de pesca a favor y para usufructo del Reino Unido ,en el Atlántico Sur, dentro de nuestra Plataforma, nuestros recursos ictícolas cedidos.
Se acordó avanzar en la exploración y explotación de Hidrocarburos en el Atlántico Sur, dentro y fuera de la Plataforma continental nuestros recursos hidrocarburíferos cedidos.
Se acordó conceder un vuelo continental extra ( ya había uno semanal hacia Malvinas proveniente de Chile) en naves de gran porte vulenerando la seguridad permitiendo vuelos sobre nuestro territorio, estratégicamente, beneficio unívoco al usurpador Quien utilizará los vuelos para usufructuar el turismo, el comercio, trasladar al personal de petroleras, etcétera. Sin nada como contraprestación para Argentina. Los vuelos además de ir en contra de intereses nacionales , también los posiciona aventajadamente respecto del reclamo sobre la Antártida, a los ingleses usurpadores.
Faltaba el tiro del final: ARA San Juan
Cuando parecía que nada peor podía pasarnos, sucedió algo que ahora se puede visualizar y relacionar inequívocamente con aquella política internacional entreguista servil, que incluyó festejar el cumpleaños a la Reina de Inglaterra.
Nos despertamos un 17 de noviembre de 2015, con un Submarino perdido, pronto memorizamos nombres y rostros de los 44 tripulantes que corrían la misma suerte que la última nave de guerra.
Más allá del ocultamiento, más allá del destrato no solo a los familiares de los tripulantes sino a los Argentinos, más allá de las mentiras en torno a esta tragedia, nos quedó la certeza de muerte, de pérdida , de dudas y de un continuo pensamiento puesto en las Malvinas.
Sin mucha explicación, en cada rincón del País, en cada mesa de bar en cada casa, menos en la prensa, se mencionaba el Submarino ARA San Juan y se mencionaba Nuestras Islas.
A veintipico de días nomás desde la desaparición del Submarino y los 44 compatriotas que lo tripulaban, desde el Gobierno, el Ministro de energía de entonces Aranguren llamó a licitación internacional para explorar y explotar hidrocarburos en Nuestro Atlántico Sur, coincidiendo en un 80 % con las zonas navegadas y por ende las zonas de búsqueda del Submarino.
El tiempo pasó y el Ministro de Defensa del mismo gobierno reciente, Dr. Aguad, contrató una empresa para la búsqueda del Ara San Juan que tenía además de Argentinos ex armada a cargo, experiencia de pozos petrolíferos, estudio de lecho marino para instalar plantas de extracción del recurso. Fue impugnada y a la fecha están en juicio por ante la Justicia Federal Criminal y Correccional Nacional, logrando determinar el direccionamiento en la contratación irregular. ¿Que querrían? Eso lo determinará la instrucción que a la fecha debe verificar si se eligió esa empresa para recabar los datos del subsuelo marítimo que se licitaba (Impulsando la denuncia y querella contra la contratación irregular Juzg Crim y Correc Federal 5 Secret 9 Causa 9626/18 en trámite).
Los almanaques cambiaron, y las autoridades también, pero el mismo Poder Ejecutivo de Macri, concedió las licencias de exploración y explotación a 9 empresas de capital inglés, todas ellas ubicadas frente a nuestro continente, en nuestro Mar Sud Atlántico, dentro de la Plataforma marítima, y formando una medalla en torno a Malvinas, eso le dieron a los ingleses.
Cedimos y perdimos
Perdimos el submarino, nave estratégica de guerra, perdimos la capacidad de vigilar las aguas depredadas pos pesqueros, saqueadas por empresas inglesas petrolíferas y perdimos la presencia argentina en las aguas más calientes del frío Atlántico Sur.
Nadie ejerce patrulla soberana, nadie cuida lo nuestro, nadie releva movimientos del enemigo (Inglaterra).
Porque debo decir y remarcar que esa es la tarea de la tripulación del ARA San Juan: vigilar, controlar y hacer tareas de inteligencia respecto a la Royal Navy, la Aire Force y demás buques logísticos del Reino Unido.
Hago mía la reflexión del Contralmirante Bari del Valle Sosa, cuando a días de la desaparición del submarino: “Hay que pensar a quien/es le conviene que Argentina no tenga fuerza submarina”.
La pérdida del Ara San Juan fue un disparo certero al brazo ejecutor del ejercicio de control soberano de nuestras aguas.
Faltaba el disparo de muerte, que se corporizo con la última concesión a favor del usurpador, que necesitaba más vuelos continentales, porque un terremoto destruyó la pista de la Isla Ascensión tristemente recordada en la Guerra de Malvinas, porque era su escala obligada para llegar a las Islas.
Terminaría Inglaterra sus vuelos furtivos ilegales detectados en 2016 y 2017 con un total de 12 Hércules de la Royal Air Force de Malvinas a Uruguay con la firma de Macri del decreto 602-19 que concedió al usurpador vuelos semanales en naves de 221 pasajeros, sin control aduanero de nuestro país, sin control migratorio, sin tripulación Nacional y encima con el beneficio de intercharging, para satisfacer las necesidades de Inglaterra, para generar turismo y recaudación a la corona, para seguir fortaleciendo la base militar en Malvinas por parte del imperio okupa, a cambio de nada. Absolutamente nada.
Desde la falta de legalidad por no ser ni el comunicado ni las cesiones de recursos y espacio aéreo, sin correlato equitativo entre países parte, sin respetar disposiciones internacionales emanadas de Naciones Unidas respecto del diferendo, echando por tierra los acuerdos suscriptos por los Estados Miembros de Unasur en el sentido de no facilitar sus aeropuertos para vuelos con destino a Malvinas, hasta la total desaprensión de la Constitución Nacional y de conciencia mínima en política de relaciones exteriores y derecho internacional, el anterior Gobierno olvidó las Malvinas, el reclamo, la soberanía y ese concepto invisible que tenemos en el ADN los argentinos que se llama "Patria", vulnerando incluso el derecho de identidad de cada uno de nosotros.
La esperanza
Dicen que no hay mal que dure 100 años y aunque la ocupación ilegítima de las Islas data de hace 187 años, el actual Presidente Alberto Fernández, visibilizó la cuestión Malvinas desde antes de asumir, luego fue uno de los puntos salientes del discurso de asunción Presidencial y esas palabras no fueron solo palabras, porque designó a una persona no solo preparada y empapada en la temática soberana de Malvinas, sino una persona honesta como Daniel Filmus, quien estará al frente de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur , una buena señal que se aduna con el Canciller Felipe Sola quien actuará con su firmeza habitual en el mismo sentido ya marcado por el Presidente, revisar todo lo que se hubiera hecho y deshecho en torno a Malvinas y recursos soberanos en la gestión saliente.
Nada fue en vano, valió la pena luchar contra molinos de viento, ante la justicia, valió la pena creer en la palabra del Presidente, y vale la pena seguir en busca de la verdad y la justicia para que los 44 tripulantes del Submarino ARA San Juan tengan su merecido reconocimiento y descansen en paz.
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