Malena Solda: "Espero no tener nunca la necesidad de recurrir a ShowMatch"
La actriz del film Juntos para siempre habló con lanacion.com sobre su carrera y su alejamiento de la pantalla chica
Uno se vuelve más sensato después de estar un tiempo afuera, de ver las cosas desde la distancia", generaliza la actriz Malena Solda. Pero en realidad se refiere a un caso puntual: el viaje que realizó en 2005 a Inglaterra, donde se abocó por completo al posgrado en teatro clásico, organizado por la Academia de Música y Arte Dramático de Londres (Lamda, según su sigla en inglés). "Estar un año afuera me ayudó a definirme más como persona y como actriz. Tengo más claro quién soy, qué quiero, hacia dónde voy", asegura a lanacion.com, y lo ratifica durante toda la entrevista, con sus definiciones sobre su pasado, su presente y su futuro laboral.
Con esa seguridad que adjudica a su búsqueda personal en Londres, la actriz delinea cada decisión en su carrera, que comenzó a sus 16 años en la exitosa serie para adolescentes Montaña rusa, siete años después de arrancar con sus clases de teatro con Hugo Midón. Desde que volvió de la capital británica, no se la vio en el prime time, y el papel más extenso que tuvo en ficción fue una participación en la novela Don Juan y su bella dama, junto a Joaquín Furriel, quien años antes había sido su galán en Jesús, el heredero.
"Estoy muy agradecida a todos los años que trabajé en tiras porque me ayudó muchísimo a instalarme como actriz y porque pude financiar mi carrera artística", expresa Solda, evitando caer en la ingratitud, y resalta que en el último año y medio grabó dos miniseries, aunque ninguna está al aire todavía ni tienen siquiera fecha de estreno. "Cuando salgan, voy a ser Droopy, voy a estar en todas partes", comenta con humor.
Malena Solda, en Don Juan y su bella dama
Solda pudo canalizar sus apreciaciones sobre la televisión actual en Inventarios, la obra teatral que protagonizó hasta hace unas semanas, y que se centraba en el mundo del talk show, donde se hacía absurdamente manifiesta la manipulación que se ejerce en ese género televisivo. "Yo no me identifico con los reality shows ni me engancho con eso, me resulta aburrido por cierto. Lo mismo me pasa con la exposición de ciertas personas frente a los medios o programas de chismes, no me parece edificante para nada ni para nadie", cuestiona.
Después de tales definiciones, no sorprende escuchar su percepción de "Bailando por un sueño", donde algunas actrices prueban suerte para ganar más popularidad. "Eso depende la personalidad y del objetivo que tenga cada uno en la vida. Yo no voy a juzgar, cada uno hace lo que quiere y lo que puede. Claramente yo no me identifico con eso y espero no tener nunca la necesidad de recurrir a esos programas porque no me gusta", desea en voz alta.
"Cuando llegue una propuesta interesante, volveré", insinúa e imagina los propuestas tentadoras: un unitario, porque "al tener más tiempo de factura, está más elaborado", junto a los directores Damián Szifrón (Los simuladores) o Daniel Barone (El Puntero). "También podría volver con alguna buena tira, que tuviera un mensaje, que pueda aportar algo diferente a la sociedad, como Montecristo, o una muy linda comedia, contando algo diferente que no hayamos visto hasta ahora, como Los exitosos Pells", enumera, cuestionando elípticamente algunos contenidos de la pantalla chica. "Hay que saber esperar, no estoy apurada", dice, mientras una pausada y suave voz lo ratifican.
Es que en verdad que no nada la apresura. Después de terminar Inventarios en la Ciudad Cultural Konex, continuó ensayando en esa sala, donde el 15 de julio estrenará Blackbird, una obra que la cautivó en Londres hasta hacerla comprar los derechos junto al director Alejandro Tartanian. Finalmente, la producirá Sebastián Blutrach, y ella interpretará a Una junto a Patricio Contreras y Denisse van del Ploeg. Mientras tanto, participó del film La mala verdad, de Miguel Angel Rocca, que este año fue reconocida en el Festival de Málaga.
Además, tiene actualmente en pantalla la comedia Juntos para siempre, dirigida por Pablo Solarz, donde interpreta a la novia del personaje de Peto Menahem, que decide abandonarlo ante su constante indiferencia, por estar abocado a las frustraciones de su trabajo de guionista. "Ella lo deja y a partir de ahí él busca armar una relación con Florencia Peña, que es lo opuesto a mi personaje. Yo vendría a ser la novia que lo deja con el corazón partido, como una cosa idílica de la novia ideal, la única que amó", describe.
Con proyectos en todos los formatos, Solda se opone a inclinarse por alguno de ellos. "Creo que si me quedara en un solo lugar, me aburriría. Lo que más me gusta es poder cambiar de formato: pasar de las semanas intensas de una película a un ensayo disciplinado de teatro; salir de Rusia del 1800 a contar una historia que pasa en Parque Patricios. Eso es lo más lindo: hacer un poquito de cada cosa, siempre con una coherencia", dice y explicita las conclusiones a las que llegó en Londres.