Política
Macri modificó un decreto que habilita a importar basura peligrosa
El Estado destinará fondos que podría utilizarlos para el reciclado de su propia basura.
El nuevo decreto 591/2019 se trata de la modificación de un viejo decreto que deja al país al borde de transformarse en un "basural de residuos peligrosos" proveniente de otros países. A la par, recicladores se ven afectados por la caída del precio de elementos como el cartón y el plástico, ante la mayor demanda.
La noticia despertó la furia de varios sectores y varios grupos ecologistas quienes advirtieron que la medida puede causas daños irreversibles al medioambiente.
El decreto firmado por el gobierno de Mauricio Macri pasó desapercibido la semana pasada: se trata una modificación de la vieja orden Nº 181/1992 que por entonces habilitaba a la importación de basura de otros países y que generó un escándalo por la aparición de residuos nucleares en el gobierno de Menem.
Ahora, las modificaciones pasaron tan solo por un solo artículo y según trabajadores de la Economía Popular y ambientalistas, el mismo “flexibiliza el debido control ecológico”, librando a la Argentina a transformarse en un país receptor de basura peligrosa como la nuclear, proveniente de Europa y otras regiones.
Esto, además de poner en peligro al medio ambiente, representa una dura contradicción en términos ecológicos: mientras el gobierno no destina los suficientes fondos para reciclar la basura que se genera en su propio país, se destinarán millones para pagar la basura que descartan otras naciones. Todo esto, mientras países como China y parte de la Unión Europea prohíben el ingreso de basura a sus países.
Los primeros en denunciar este nuevo decreto fueron los Cartoneros y Recicladores urbanos que a las claras, hoy se constituyen como de los principales recolectores de cartones, plásticos y otros elementos que terminan descartados de la basura, para ser reciclados.
Según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), en nuestro país se generan 40.000 toneladas de basura por mes y el 40% podría ser reciclado. “De esta cantidad solo se recicla la mitad gracias al trabajo cotidiano de los cartoneros (150.000 en todo el país)”, explican.
“En lugar de potenciar la recolección y reciclado de los residuos que tiramos los argentinos, se facilita la importación de los residuos de los europeos. Esto perjudica a los cartoneros que trabajamos de esa recolección y de la venta de ese material. Y en el medio de una crisis social y económica, significa que nos llevan al hambre”, expresaron en un comunicado.
“Antes se tenía que demostrar que lo que llegaba eran residuos inocuos y se tramitaba en la Secretaría de Ambiente un permiso específico para cada importación. Ahora simplemente se puede importar sin esa necesidad. Esto es muy peligroso para los recicladores de la Argentina”, describió Alejandro Valiente, miembro del equipo técnico de la FACCyR.
La noticia despertó la furia de varios sectores y varios grupos ecologistas quienes advirtieron que la medida puede causas daños irreversibles al medioambiente.
El decreto firmado por el gobierno de Mauricio Macri pasó desapercibido la semana pasada: se trata una modificación de la vieja orden Nº 181/1992 que por entonces habilitaba a la importación de basura de otros países y que generó un escándalo por la aparición de residuos nucleares en el gobierno de Menem.
Ahora, las modificaciones pasaron tan solo por un solo artículo y según trabajadores de la Economía Popular y ambientalistas, el mismo “flexibiliza el debido control ecológico”, librando a la Argentina a transformarse en un país receptor de basura peligrosa como la nuclear, proveniente de Europa y otras regiones.
Esto, además de poner en peligro al medio ambiente, representa una dura contradicción en términos ecológicos: mientras el gobierno no destina los suficientes fondos para reciclar la basura que se genera en su propio país, se destinarán millones para pagar la basura que descartan otras naciones. Todo esto, mientras países como China y parte de la Unión Europea prohíben el ingreso de basura a sus países.
Los primeros en denunciar este nuevo decreto fueron los Cartoneros y Recicladores urbanos que a las claras, hoy se constituyen como de los principales recolectores de cartones, plásticos y otros elementos que terminan descartados de la basura, para ser reciclados.
Según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), en nuestro país se generan 40.000 toneladas de basura por mes y el 40% podría ser reciclado. “De esta cantidad solo se recicla la mitad gracias al trabajo cotidiano de los cartoneros (150.000 en todo el país)”, explican.
“En lugar de potenciar la recolección y reciclado de los residuos que tiramos los argentinos, se facilita la importación de los residuos de los europeos. Esto perjudica a los cartoneros que trabajamos de esa recolección y de la venta de ese material. Y en el medio de una crisis social y económica, significa que nos llevan al hambre”, expresaron en un comunicado.
“Antes se tenía que demostrar que lo que llegaba eran residuos inocuos y se tramitaba en la Secretaría de Ambiente un permiso específico para cada importación. Ahora simplemente se puede importar sin esa necesidad. Esto es muy peligroso para los recicladores de la Argentina”, describió Alejandro Valiente, miembro del equipo técnico de la FACCyR.
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