Macri, con grandes bancos y fondos de inversión: "Estamos en el peor momento, pero confíen"
A pesar del optimismo oficial, la cautela extrema sigue siendo la norma entre los grandes bancos y fondos internacionales
Más allá del espaldarazo político que está recibiendo Mauricio Macri por estas horas por parte de los principales líderes mundiales, la última palabra la tienen los grandes bancos y fondos de inversión internacionales. Y muchos de los principales ejecutivos del mundo están en Buenos Aires, participando de las reuniones paralelas de negocios que se organizan en el marco de la cumbre del G-20.
El Presidente tuvo tiempo de recibir a algunos de ellos. Con el resto se reunieron tanto el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como el titular del Central, Guido Sandleris. Y el Banco Mundial organizó un encuentro en el CCK, con una agenda más global que local sobre financiamiento de largo plazo para inversiones.
Durante la semana Macri recibió a Jamie Dimon, número uno del JP Morgan Chase, y luego a Brian Moynihan, CEO de Bank of America, que hace más de 15 años que no venía a la Argentina. En ambos encuentros el mensaje fue similar: "Estamos en el peor momento de la economía, pero confíen porque vamos a salir, a partir de ahora empezará la recuperación", les dijo.
Pero también llegaron a Buenos Aires ejecutivos de los fondos de inversión y mutuales más importantes a nivel global. Entre otros llegaron Mark Wiseman (Black Rock), Neeti Bhalla (Liberty Mutual), Jean Baby (Natixis Investment) e Hiromichi Mizuno (fondo de pensiones de Japón), por sólo mencionar algunos.
El Presidente fue más allá en su encuentro con inversores y se metió de lleno en las elecciones, sabiendo que los grandes inversores ya están mirando qué pasará en el 2019: "Conservo más de 30% de intención de voto, después de todo lo que pasó este año. Por eso somos muy optimistas sobre lo que pasará en octubre del año que viene". Exactamente la misma idea transmitió Dujovne en los encuentros reservados con los que definen el destino de miles de millones de dólares de inversiones.
Pero a pesar del optimismo oficial, la cautela extrema sigue siendo la norma entre los grandes bancos y fondos internacionales. "Nos gusta lo que está haciendo el Gobierno, pensamos que van por el buen camino a partir del nuevo acuerdo con el FMI. Pero es imposible decidir una inversión en la Argentina con la incertidumbre de 2019 dijo uno de los grandes inversores que se encuentra en Buenos Aires.
El Presidente buscó tranquilizar a quienes manejan fondos billonarios alrededor del mundo. "Aún en el peor momento de la economía conservo más de 30% de intención de voto. Y ahora sólo queda mejorar", les dijo.
Las dudas no sólo son electorales, siempre con el "fantasma" de Cristina Kirchner sobrevolando. Los grandes inversores también desconfían de las proyecciones que realiza el Gobierno en relación al repunte económico.
Prácticamente nadie piensa que el rebote será con forma de "V" como indica la Carta de Intención que el Gobierno firmó con el FMI. Y si bien el consumo podría traccionar, la inversión sufriría un derrumbe en relación al PBI, lo que tendrá un impacto negativo a lo largo del año. El contrapeso será una cosecha que generaría USD 10.000 millones adicionales luego de la sequía de este año.
Esa gran cautela se refleja en el nuevo repunte del riesgo país, que esta semana volvió a superar los 700 puntos básicos. Como consecuencia, los bonos volvieron a rendir por encima del 11% anual en dólares.
Pero si no hay ánimo para comprar deuda argentina, mucho menos para canalizar inversiones de largo plazo. Por eso, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, adelantó que hay varias gestiones para recibir financiamiento directamente de empresas o agencias gubernamentales.
El funcionario destacó no sólo los U$S 800 millones de la OPIC (la agencia norteamericana que destina recursos a financiar inversiones privadas), sino también apuestas de la principal empresa constructora china para el San Martín Cargas y aportes que llegarían de Italia.
Es parte, en realidad, de un viraje que estaría ensayando el Gobierno ante las dificultades para conseguir financiamiento privado. Es decir, la búsqueda de fondos de organismos públicos de distintos lugares del mundo que apoyen inversiones de largo plazo en la Argentina. Y para eso resultan claves los contactos que el propio Macri y el equipo económico generan durante estas jornadas intensas de la cumbre del G-20.