Macri 2019, el Marcos Peña español y una hegemonía rota en el Congreso
Detrás de escena: el Presidente y su nueva teoría para reelegir. Cambio oficialista: sale Sanz y entra Negri.
Por Ignacio Zuleta para Clarín
@IZuleta
El nuevo ajedrez oficialista, para Sergio y Cristina
La política es el terreno de la confusión, pero es más sencilla de lo que parece. Por eso, los dictámenes de Olivos parecen recetas de cocinera, al alcance de cualquier entendimiento. Por ejemplo, lo que discurrieron Mauricio Macri y sus amigos, entre ellos Nicolás Caputo, en el nido de su entorno: "Necesitamos tres o cuatro puntos de diferencia por sobre Cristina, pero que no se nos derrumbe". La necesitamos de candidata en 2019 para que perpetúe la división del peronismo y tengamos la reelección. La dureza del silogismo permite corolarios. Por ejemplo, ¿qué hacer con Sergio Massa? ¿Lo dinamitamos o lo ponemos en función piloto? El jefe renovador, candidato a irse a su casa como víctima de la polarización ajena, gana significación y valor en este esquema.
El Gobierno cree que esos puntos por encima de Cristina ya los tiene, pero peligran los de la lista que encabeza Sergio, a quien -se escucha por ahí- hay que tratar de mantenerlo por lo menos en los 15 puntos que sacó en las PASO del 13 de agosto. Lo que pierda él lo gana Macri, según esta línea de reflexión -si existiese la reflexión en este oficio- así como lo que puede perder Florencio Randazzo, lo gana Cristina. Que Massa mantenga la tercera fuerza es la pieza necesaria para revisar acuerdos legislativos que habrá que prorrogar. Esto es nuevo, porque hasta hace un par de meses la orden de Olivos era aniquilar a Sergio. Estos dichos rebotan en las paredes silenciosas, despobladas este fin de semana por la migración vacacional de todo el entorno presidencial (Iván Pavlovsky, Jorge Grecco, etc.). Aprovecharon el viaje de su jefe a los Esteros del Iberá: llegó con poca compañía y mucha custodia el viernes desde Tucumán. Se alojó en la estancia Rincón del Socorro, propiedad de Kristine McDivitt, viuda de Douglas Tompkins. Volvió anoche a Olivos, adonde se declaró, con Fernando de Andreis como testigo, recuperado de la rodilla.
"Buscamos votos, no dirigentes"
El destino de los votos que se disipan por la esperable polarización del 22 de octubre es centro de la atención de todas las timbas. Actúan ya varios comandos de captura de ese voto volante que apostó a Massa y a Randazzo, y que forman bolsones perdidos en busca de dueño. En las reuniones que tuvieron esta semana los comandos de campaña, hubo largos repasos de los listados de "big data", que provee una misma empresa ("Prosumia") al oficialismo y a la oposición. Son mapas en donde está localizado con puntos de colores qué partido fue más votado. Por un sobreprecio te dan, además, el teléfono de quienes no votaron para que se les echen encima con mensajes grabados. La búsqueda de quien no votó es el instrumento predilecto del oficialismo. La experiencia de 2015 es que entre las PASO y la primera vuelta la cantidad de votantes subió el 74% al 81% del padrón, algo así como dos millones de electores. Ese número bajó en el balotaje al 78%.
Los estudios cualitativos sobre esa diferencia dicen que la mayoría de los nuevos votantes beneficiaron a Macri. Por eso el énfasis que todos ponen sobre el no votante de las PASO. ¿Quién los mueve? Los dirigentes seguramente no; por eso en Cambiemos dicen "no queremos capturar dirigentes ahora, queremos capturar votos". ¿Cuándo dicen eso? Cuando se les ofrecen dirigentes de Massa y de Randazzo para pasarse al oficialismo. ¿Quiénes escuchan eso? Los responsables de la ventanilla del "Lost & Found" electoral, que en Buenos Aires atienden los ministros Federico Salvai y Gustavo Ferrari. El jueves hubo cumbre de encuestadores en la SADE porteña, cuando se presentó el libro "Quiero ser candidato", de Raúl Timerman y Juan Carlos Malagoli, campañólogos del peronismo que fue. Traficaron números -entre vinos y sanguchitos- pero sin reconocer identidad. Nadie desmintió que Massa haya perdido la mitad de su intención de voto y que llegue, cuanto más, a un 9%. Tampoco que el 60% de quienes votaron Randazzo nunca lo haría por Cristina-Taiana. Para retener, porque fue un mentidero calificado de gente que se gana la vida con la bola de cristal.
Mano dura para halagar a la tropa propia
Esa simpleza de los silogismos de Olivos alimenta las rispideces de la hora, que se manifiestan también en las calles del Centro, copadas por protestas que el Gobierno cree le ayudan en las elecciones. Insiste en que nada de lo que hagan le va a dar rédito entre sus adversarios y que la dureza amalgama al voto propio, que pide mano dura con los insurgentes callejeros, vengan de donde vengan. Esta dureza permeó el viernes a una mesa que podría haber sido pacífica: la que reunió a las organizaciones sociales con Mario Quintana, Jorge Triaca, Carolina Stanley y su gerente, Carlos Pedrini. Los activistas Juan Grabois, Daniel Menéndez, Federico Mariño y Emilio Pérsico fueron a pedir que les cumpliesen la ley de emergencia social y les respondieron que ya están cumpliendo, con el pago de $ 10.000 millones. No, retrucaron, porque ustedes cuentan allí fondos que no son de la ley y por eso en lugar de 220 mil asistidos para cobrar el sueldo social complementario, tenemos sólo 120 mil. De ahí a la rabieta, y los funcionarios los retaron por haber aportado a la marcha de la CGT. Además, les dijo uno de los funcionarios: "Esto es una democracia y el que gana es el que dice cómo se gobierna". Los activistas salieron convencidos de que hay engreimiento post PASO y que gana dentro del Gobierno una radicalización de mano dura, también para amalgamar el voto propio. Este grupo es de los más mansos de los que confrontan con el Gobierno.
Monzó con el otro "Marcos Peña" en Madrid
El descansadero que comenzó con la oficialización de candidaturas -trámite que culminó calladamente a las 00.00 de ayer- dio para despliegues discretos que darán que hablar en estas horas. Por ejemplo, el viaje de Emilio Monzó a Madrid para reunirse mañana con Marcos Peña, no el de acá, sino el español que preside el Consejo Económico y Social de España (CES), que en estas horas es una estrella porque fue el mediador que disolvió la huelga del aeropuerto de Barcelona, que paralizó el tráfico en media Europa cuando terminaban las vacaciones del septentrión. Este Peña está a cargo de ese Consejo, una oficina con rango constitucional que suele tomarse como ejemplo de acuerdismo. Evoca, para algunos, los pactos de la Moncloa, y acá apelan a ese modelo cada vez que se despierta el virus del pactismo.
Algo clave hoy en la Argentina, porque figura en la agenda del oficialismo y la oposición para después de las elecciones. Esa agenda incluye un nuevo pacto fiscal, presupuesto, renovación de leyes de emergencia, el tributo al cheque y otros mecanismos que si no se discuten amistosamente, pueden ser motivo de penurias en los próximos años. Esto explica el viaje europeo del presidente de la Cámara de Diputados, que estará mañana con Peña y que anoche llevó a todos sus acompañantes a cenar a la residencia de Ramón Puerta, embajador en España. El lote que fue es importante, porque están además la secretaria del bloque PRO, Silvia Lospennato, y la radical Karina Banfi, una de las redactoras del proyecto de ley de responsabilidad penal de los empresarios.
Batalla final por el biodiésel
El grupo que viajó a Europa está integrado también por los legisladores del bloque Justicialista de Diego Bossio y del Frente para la Victoria, y tiene una misión más conducente para este viaje. Después de reunirse con las autoridades del Consejo Económico y Social, para sacar letra y traerla a Buenos Aires y alimentar al demonio acuerdista, se van a Bruselas. Quieren estar allí el jueves, cuando el panel de la Unión Europa debe resolver sobre la aplicación de la sentencia del OMC que rechaza las barreras al ingreso del biodiésel a ese continente. Acompañarán a los secretarios del Ejecutivo Miguel Braun y Horacio Reyser. El fallo debe ser aplicado por el panel europeo, que prorrogó hasta este jueves la publicación del llamado "Informe de hechos esenciales".
Para la Argentina, el negocio del biodiésel con la UE es de cerca de US$ 500 millones. Cuando el anterior gobierno estatizó las acciones de Repsol en YPF, el bloque castigó al país con la suspensión de las facilidades. Cuando Macri ganó las elecciones y ensayó los rituales de la reconciliación, el biodiésel, por obra de magia, dejó de ser contaminante para España, que encabeza el lobby liberador ante el resto de Europa, y le bajó el arancel nacional. Queda ahora el otro arancel europeo, que para los negociadores de la Argentina va a ser una prueba de la voluntad del continente de cerrar el demorado acuerdo con el Mercosur. Una prueba de amor, casi. Por eso, todos a Bruselas, menos Monzó, que se vuelve después de la reunión con el otro Peña.
Negri, cartel francés con Lilita
Para ese viaje estaban anotados además Fernando Sánchez, proto vicejefe de gabinete (asumirá el diciembre) y Mario Negri. Pero se bajaron. Sánchez argumentó razones de fuerza mayor vinculadas con su pluriempleo como diputado y pasante en la jefatura de Gabinete. Negri tiene motivos de más alto rango: debuta mañana como orador de los cursos de Elisa Carrió en el Instituto Arendt. Esta dupla ocupa la centralidad -como dicen las cursis- en el nuevo armado del oficialismo. Así como Sánchez salta al área presidencial, Negri es el nuevo enlace entre el radicalismo y el gobierno, función que quiere dejar Ernesto Sanz porque cree que se viene otro tiempo.
Igual, el mendocino sigue asistiendo a las reuniones de coordinación del gabinete -estuvo en la del jueves pasado-; se lo ve menos en reuniones políticas y argumenta que sin cargos ni prebendas tiene que ganarse la vida. Lo hace como abogado asociado al estudio de Ricardo Gil Lavedra, palabras mayores en la profesión. Negri no estuvo en esa reunión de gabinete porque atendió otras costuritas ligadas a su nuevo rol de enlace, que no se agota en la relación con la cada vez más poderosa Carrió. Se encerró con Nicolás Dujovne para escuchar los arcanos del proyecto de reforma fiscal.
Los radicales contra el gradualismo fiscal
El Gobierno les va contando a cuenta gotas a empresarios de qué se trata la reforma, pero como esa palabra significa "ajuste" en cualquier diccionario político, lo último que quiere es que las filtraciones generen los anticuerpos para frustrarla. Los radicales socios de Cambiemos ya tienen posición tomada sobre esa reforma. Entre ellos circula el documento de Eduardo Delle Ville, uno de los fiscalistas más prestigiosos del país, que advierte que "una reforma liviana y gradual acentuará los desequilibrios, por las distorsiones que provocan los impuestos al consumo y a la producción, y Argentina seguirá con sus problemas estructurales sin resolver". Ese documento lo tienen las autoridades del partido y del Congreso, y califica al actual sistema con frases como "fábrica de delincuentes fiscales", "federalismo fallido" y "políticas clientelares".
Acuerdismo jurásico
El acuerdismo criollo tuvo un ensayo con luces y orquesta el viernes. Ese día una lista multipartidaria de peronistas, radicales, conservadores y sueltos, les ganó las elecciones al peronismo cristinista para renovar las autoridades del Círculo de Legisladores. Fue una pulseada de profesionales, casi próceres algunos, de la política argentina. Duró años porque la conducción del santacruceño Francisco Toto, ligada al gobierno anterior, había impugnado los títulos de sus adversarios, que los derrotaron por 190 a 165 votos. El arco ganador incluye al duhaldista Daniel Basile, secundado por el radical Rafael Pascual y el conservador Alberto Allende Iriarte. Festejaron por la noche en el santuario radical Lalín junto a integrantes de la lista y otros apoyos, entre quienes estaban leyendas legislativas como Ricardo Branda, Alberto Tell, Miguel Pichetto, Gabriela Michetti, Luis Uriondo, María Cristina Guzmán, "Chiche" Duhalde, Liliana Gurdulich, Pedro del Piero, Felipe Solá y Ricardo Marcos.
Eduardo Duhalde intentó votar, pero no estaba en los padrones, como Cristina en Buenos Aires. Aunque era viernes, la votación movilizó a funcionarios como Jorge Triaca, Diego Santilli y otros que animaron la jornada en la sede de la calle Bartolomé Mitre, como si se tratase de un casting para un teleteatro, con cholulos que se sacaban fotos con esas leyendas, que superaron las diferencias para logran un acuerdo que se parece mucho al partido del balotaje que lo hizo presidente a Mauricio Macri. Hubo movimientos jurásicos, como la aparición del ex diputado Rodolfo Decker, que tiene 97. Encabezó la lista del primer peronismo de la Capital en 1946. Conmovió a otros la llegada de Jorge Rivas, ex diputado socialista-kirchnerista que quedó parapléjico después de un golpe que recibió en un asalto. Ellos, como el ex diputado "Copete" Rabanaque Caballero, fueron a votar por la lista K que encabezaba Toto. La diferencia fue mínima, tanto que Basile, presumiendo que era mejor llevar el acuerdo a las máximas alturas, le ofreció a Toto bajar de la elección y nombrarlo a él como presidente honorario. Fue en un almuerzo en Puerto Madero. Toto rechazó la oferta, pero con esta galantería: "No me interesa, pero igual te agradezco la invitación, porque no conocía lo que era Puerto Madero".