Lula Da Silva continúa resistiendo: así pasó la noche en la metalúrgica
Permanece en un histórico lugar que marcó su vida política como ningún otro, protegido por un cordón de simpatizantes.
El Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo Do Campo se convirtió en el escenario más importante para la vida política de Luiz Inácio Lula da Silva.
Desde la madrugada de este viernes se encuentra atrincherado en el lugar para resistir a la detención que ordenó el juez Sergio Moro para que cumpla una condena de 12 años y medio de prisión por una causa de corrupción y lavado de dinero.
"Ayudar a Lula es ayudar al pueblo. Vamos a resistir con él", dijo Nagela Royani, una joven del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) de 25 años, tendida en un colchón frente a la sede sindical.
Custodiado por centenares de seguidores que tratan de hacer un cordón humano a su alrededor, el líder de la izquierda, de 72 años, está aislado en la segunda planta del edificio.
Donde está Lula sólo pueden entrar dirigentes políticos, sus abogados, algunos representantes de movimientos sociales, familiares o aquellos que logren convencer a los vigilantes después de hacer una larga cola y, con suerte, quizás llevarse una selfie de regalo.
La prensa es recibida con reservas en el bunker, ya que muchos culpan parcialmente de esta situación "injusta" a los medios conservadores brasileños. Este viernes, Lula emitió un breve pero contundente comunicado desde su cuenta de Twitter luego de incumplir con el plazo para entregarse a la Policía.
El tuit, acompañado por una foto en la que saluda a la multitud que lo respalda, dice: "La lucha continúa. Gracias". Mientras tanto, negocia entregarse este sábado o el lunes.