Luis Novaresio: "Serenamente les digo que no nos subestimen"
Cuando uno se enoja, pierde a la hora de tomar decisiones o de pensar.
Cuando uno se enoja, pierde a la hora de tomar decisiones o de pensar. Siempre digo que me gustaría escribir "Elogio de la serenidad". ¿Viste que no garpa ser sereno en nuestro país? Hay que estar enojado todo el tiempo, entonces te escuchan más en la tele, en los medios... Pilar Sordo me decía el otro día: "La sensibilidad está mal vista, sos un boludo si te reís y la ira garpa un montón". "Traelo porque discute fuerte en la tele", te dicen. Y a mí me parece que es el peor estado.
Yo siento que hay un enojo por parte del Gobierno por cómo contamos algunas cosas. El viernes dijimos en radio La Red que la lechuga valía 180 mangos. Fue a partir de una experiencia de nuestra compañera, Rosario Bigozzi, que fue a comprar a la verdulería y se encontró con esto. Salimos con el móvil y encontramos distintos precios: $120, $140... Entonces pensamos en llamar a alguien que hable de este tema porque evidentemente nos estaban afanando.
Salió Juan Perlo, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas, quien recomendó: "No compren ninguna verdura, no nos dejemos afanar". Lo pusimos en Twitter y Marcelo Tinelli lo compartió. A partir de ahí se desencadenó un estado de locura. Hacía tiempo que no me hablaban de algo en la calle como de la lechuga. Recibí comentarios que iban desde "mirá lo que pasa" a "metete la lechuga en el tujes".
Sentí que a buena parte del Gobierno le interesó el tema porque en oficinas oficiales me consta que hablaron de la lechuga y de Tinelli. Me decían: "Este es un modo de generar pánico". Probablemente sea muy difícil contar las cosas con serenidad. La intención de esa nota era contar que hay gente que quiere afanarte con el precio de la lechuga, que está relacionado con la inundación, y que no hay que comprar. Pero parece que hablar serenamente no se puede. Si Perlo hubiera dicho "son todos unos h d p", estaría en la tapa de los diarios. Pero habló serenamente.
Yo sigo creyendo en la serenidad. Y más allá de lo afortunada o desafortunada que fue la nota de la lechuga, quiero citar con serenidad tres declaraciones:
- Carlos Melconian dijo que boludearon por dos años. Melconian es un hombre del PRO. Fue candidato a senador y presidente del Banco Nación.
- Alfonso Prat Gay dijo que esto es como ir a pedirle plata al suegro: llegamos tarde para hacerlo. Prat Gay fue ministro de Economía de este Gobierno. Fue el que abrió el cepo.
- Y esta mañana el vicepresidente de la UIA, que sacó una solicitada para decir que apoyan a este Gobierno, dijo que es el momento más preocupante.
Serenamente, lo que quiero decir es que esto es solucionable. Para eso convocamos hoy a Eduardo Duhalde en nuestro programa de radio porque imaginé que iba a decir que no estamos en el 2001. Para generar una cuota de oxígeno en esta angustiante situación.
Quiero informarle al Gobierno, serenamente, que la gente se angustia con todo lo que está pasando. Nos angustiamos. Entonces uno pide que frente a la angustia no nos subestimen porque hablamos de la lechuga. Y que no nos traten de boludos porque no vemos lo que ellos ven. Una cosa es obcecación. La otra es soberbia.
A mí me parece que es una circunstancia para que haya un estado de generosidad y la Presidencia de Macri se transforme en una convocatoria a los que más saben y de acá a cuatro año se abra un horizonte de esperanza como el que se planteaba en 2015.
¿Te divierte hacerme meter la lechuga en el tujes? Divertite. Pero no hay peor cosa que ladrarle al espejo y yo tengo hoy, humildemente, serenamente, la sensación de que hay muchos que le ladran al espejo.
Por las dudas: es un espejo lo que tienen al frente.
Fuente: editorial de este lunes de Luis Novaresio en radio La Red.
Yo siento que hay un enojo por parte del Gobierno por cómo contamos algunas cosas. El viernes dijimos en radio La Red que la lechuga valía 180 mangos. Fue a partir de una experiencia de nuestra compañera, Rosario Bigozzi, que fue a comprar a la verdulería y se encontró con esto. Salimos con el móvil y encontramos distintos precios: $120, $140... Entonces pensamos en llamar a alguien que hable de este tema porque evidentemente nos estaban afanando.
Salió Juan Perlo, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas, quien recomendó: "No compren ninguna verdura, no nos dejemos afanar". Lo pusimos en Twitter y Marcelo Tinelli lo compartió. A partir de ahí se desencadenó un estado de locura. Hacía tiempo que no me hablaban de algo en la calle como de la lechuga. Recibí comentarios que iban desde "mirá lo que pasa" a "metete la lechuga en el tujes".
Sentí que a buena parte del Gobierno le interesó el tema porque en oficinas oficiales me consta que hablaron de la lechuga y de Tinelli. Me decían: "Este es un modo de generar pánico". Probablemente sea muy difícil contar las cosas con serenidad. La intención de esa nota era contar que hay gente que quiere afanarte con el precio de la lechuga, que está relacionado con la inundación, y que no hay que comprar. Pero parece que hablar serenamente no se puede. Si Perlo hubiera dicho "son todos unos h d p", estaría en la tapa de los diarios. Pero habló serenamente.
Yo sigo creyendo en la serenidad. Y más allá de lo afortunada o desafortunada que fue la nota de la lechuga, quiero citar con serenidad tres declaraciones:
- Carlos Melconian dijo que boludearon por dos años. Melconian es un hombre del PRO. Fue candidato a senador y presidente del Banco Nación.
- Alfonso Prat Gay dijo que esto es como ir a pedirle plata al suegro: llegamos tarde para hacerlo. Prat Gay fue ministro de Economía de este Gobierno. Fue el que abrió el cepo.
- Y esta mañana el vicepresidente de la UIA, que sacó una solicitada para decir que apoyan a este Gobierno, dijo que es el momento más preocupante.
Serenamente, lo que quiero decir es que esto es solucionable. Para eso convocamos hoy a Eduardo Duhalde en nuestro programa de radio porque imaginé que iba a decir que no estamos en el 2001. Para generar una cuota de oxígeno en esta angustiante situación.
Quiero informarle al Gobierno, serenamente, que la gente se angustia con todo lo que está pasando. Nos angustiamos. Entonces uno pide que frente a la angustia no nos subestimen porque hablamos de la lechuga. Y que no nos traten de boludos porque no vemos lo que ellos ven. Una cosa es obcecación. La otra es soberbia.
A mí me parece que es una circunstancia para que haya un estado de generosidad y la Presidencia de Macri se transforme en una convocatoria a los que más saben y de acá a cuatro año se abra un horizonte de esperanza como el que se planteaba en 2015.
¿Te divierte hacerme meter la lechuga en el tujes? Divertite. Pero no hay peor cosa que ladrarle al espejo y yo tengo hoy, humildemente, serenamente, la sensación de que hay muchos que le ladran al espejo.
Por las dudas: es un espejo lo que tienen al frente.
Fuente: editorial de este lunes de Luis Novaresio en radio La Red.