Lugares exóticos para hacer el amor
El sexo, sin duda, dejó de ser tabú para convertirse en tema central de foros y debates. Preferencias en posiciones, tamaños, colores, formas, tiempo e incluso costo, conforman el contenido que nos conducen al fondo de la cuestión. ¿Qué preferimos los argentinos a la hora del sexo? Enterate en esta nota cuáles son los lugares más insólitos para hacer el amor.
“Cada maestro con su librito”, dice el dicho popular, aunque más bien, en este caso cabría el de la abuela que reza eso de que “sobre gustos no hay nada escrito”. Y es que en cuanto a preferencias, el sexo presenta una amplia gama de opciones y alternativas y todas cuentan con adeptos. Incluso, las más irrisorias.
Las posiciones dejaron de ser el foco de atención en debates sexológicos, ya nadie pretende contracturarse para impresionar al afortunado/a y, por el contrario, se estila innovar en cuanto al lugar en el que se lleva a cabo el acto. Intrigados, en la redacción de DIARIOVELOZ.COM, realizamos una exhaustiva investigación (no de campo, claro está) para concluir en cuáles son los sitios más insólitos que prefieren los argentinos.
Las respuestas, de lo más variadas, incluyen riesgos extremos. Este es el caso de uno de los que roza el podio de los más votados: Sobre el lavarropas. ¿“Ni fú ni fá”? Si tu reacción deviene de una expresión similar a esta es porque todavía no te contamos el detalle, la mayoría fantasea con tener relaciones sexuales posado con su pareja sobre el artefacto pero no sólo con el electrodoméstico en funcionamiento sino que, además, dejando desbordar la espuma hasta empaparse. Sin duda, este es un efecto especial de los más románticos y económicos… No obstante, las posibilidades de morir electrocutados son lo suficientemente altas como para reemplazarlo convenientemente por el viejo y conocido “Rey Momo” que bien puede simular la secuencia.
Continuando con el riesgo aliado a las posibles descargas eléctricas, el Freezer representa uno de los morbos más populares entre los hombres. Claro que hablamos del interior de uno de los denominados “comerciales” en donde la mujer queda sometida a la manipulación masculina de una manera “practica” y al estilo “poket”.
Otro sitio un tanto particular pero igualmente votado por los “usuarios” es el interior del placard. El ropero, que nos sirvió tantas veces de escondite en la Niñez, hoy parece ser un “estimulador” en el erotismo de los adultos. El riesgo de asfixia es alto, claro está, esto sin contar con un posible “vuelco” del mobiliario (dependiendo del grado de euforia de la pareja protagonista por supuesto).
La cucha del perro, señoras y señores, se sitúa entre los primeros escalafones de los lugares más raros y del mismo modo ambicionados por las parejas para concretar el acto. Si bien se desconoce la razón, se adjudica el deseo de vincularse en este lugar a la asunción de roles caninos.
Algunos de los destacados son también el bidet (la pregunta es porqué teniendo ´a mano´ un inodoro probablemente con tapa para una mayor comodidad se recurre a el); un colectivo LLENO; en la guardia de un hospital (eso sí que es morbo señores); en una escalera y en el tejado, entre otros.
De todos modos, sea cual sea el sitio que se elija para hacer el amor, lo cierto es que el morbo prima en la cabeza de los argentinos. Por sobre todas las cosas el morbo inconsciente y descuidado… ¡Mirá si el bidet no está del todo limpio!
Las posiciones dejaron de ser el foco de atención en debates sexológicos, ya nadie pretende contracturarse para impresionar al afortunado/a y, por el contrario, se estila innovar en cuanto al lugar en el que se lleva a cabo el acto. Intrigados, en la redacción de DIARIOVELOZ.COM, realizamos una exhaustiva investigación (no de campo, claro está) para concluir en cuáles son los sitios más insólitos que prefieren los argentinos.
Las respuestas, de lo más variadas, incluyen riesgos extremos. Este es el caso de uno de los que roza el podio de los más votados: Sobre el lavarropas. ¿“Ni fú ni fá”? Si tu reacción deviene de una expresión similar a esta es porque todavía no te contamos el detalle, la mayoría fantasea con tener relaciones sexuales posado con su pareja sobre el artefacto pero no sólo con el electrodoméstico en funcionamiento sino que, además, dejando desbordar la espuma hasta empaparse. Sin duda, este es un efecto especial de los más románticos y económicos… No obstante, las posibilidades de morir electrocutados son lo suficientemente altas como para reemplazarlo convenientemente por el viejo y conocido “Rey Momo” que bien puede simular la secuencia.
Continuando con el riesgo aliado a las posibles descargas eléctricas, el Freezer representa uno de los morbos más populares entre los hombres. Claro que hablamos del interior de uno de los denominados “comerciales” en donde la mujer queda sometida a la manipulación masculina de una manera “practica” y al estilo “poket”.
Otro sitio un tanto particular pero igualmente votado por los “usuarios” es el interior del placard. El ropero, que nos sirvió tantas veces de escondite en la Niñez, hoy parece ser un “estimulador” en el erotismo de los adultos. El riesgo de asfixia es alto, claro está, esto sin contar con un posible “vuelco” del mobiliario (dependiendo del grado de euforia de la pareja protagonista por supuesto).
La cucha del perro, señoras y señores, se sitúa entre los primeros escalafones de los lugares más raros y del mismo modo ambicionados por las parejas para concretar el acto. Si bien se desconoce la razón, se adjudica el deseo de vincularse en este lugar a la asunción de roles caninos.
Algunos de los destacados son también el bidet (la pregunta es porqué teniendo ´a mano´ un inodoro probablemente con tapa para una mayor comodidad se recurre a el); un colectivo LLENO; en la guardia de un hospital (eso sí que es morbo señores); en una escalera y en el tejado, entre otros.
De todos modos, sea cual sea el sitio que se elija para hacer el amor, lo cierto es que el morbo prima en la cabeza de los argentinos. Por sobre todas las cosas el morbo inconsciente y descuidado… ¡Mirá si el bidet no está del todo limpio!