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Luego de que un ex alumno del colegio Cardenal Newman asegurara haber sufrido abusos sexuales, otros 22 casos salieron a la luz

Se trata del tradicional y exclusivo establecimiento educativo al que asistió el presidente Mauricio Macri y parte de su gabinete.

Un hombre que a fines de 2016 había asegurado ser víctima de abuso sexual cuando era alumno del exclusivo colegio Cardenal Newman ahora dijo que su caso está lejos de ser el único. Se trata de Rufino Varela, quien había denunciado el anteúltimo día de 2016 el haber sufrido abusos sexuales a manos del capellán del establecimiento educativo en 1977. Ahora, reveló que lleva anotados una veintena de testimonios similares al suyo.

Sucede que el reclamo original se había tornado público cuando fue publicado en el diario La Nación. La noticia había caído de forma revulsiva en la comunidad del colegio, uno de los más exclusivos de la Argentina, donde estudiaron Mauricio Macri y varios de sus ministros. Pero sus efectos aún no terminaron, sino todo lo contrario: el propio Newman admitió que ya se le acercaron otras cinco víctimas y Varela dice que tiene registro de 22 casos. Además, la policía de Irlanda se interesó en el asunto.

Al tomar conocimiento de la situación, un sargento de la policía irlandesa llamado Jonathan Hayes, le escribió a Varela para requerirle mayores precisiones del caso. El interés se generó cuando Varela mandó un correo a una dirección oficial del gobierno de Irlanda, ya que el Newman fue fundado en 1948 por los Christian Brothers, una orden religiosa irlandesa que llegó a tener cientos de colegios alrededor del mundo.

Si bien el Newman está manejado por una asociación de padres, cuando tuvieron lugar estos abusos -a fines de los setenta y principios de los ochenta- la escuela estaba bajo el control de los Christian Brothers.

Una vez que el escándalo tocó la puerta del insituto, la comunidad de egresados del Newman entró en alerta. Muchos acusaron a Varela de intentar desprestigiar al colegio en el momento en que la presidencia de Macri le dio mayor visibilidad pública. Otros, en tanto, le agradecieron la valentía de haber roto el silencio y se le acercaron con historias personales de abusos cometidos por el mismo padre Alfredo.

Según Varela, cuenta con un registro de 22 casos de ex alumnos que le confiaron que padecieron una situación similar a la suya. Todos excepto uno -quien afirma haber sido abusado por otro religioso- acusan a Finnlugh Mac Conastair, a quien llamaban padre Alfredo, el capellán del colegio.

En líneas generales, los relatos coinciden en un mismo modus operandi: el cura aprovechaba las confesiones que realizaba en su cuarto, que quedaba debajo de la capilla del colegio, para desnudar, azotar y masturbar a los alumnos.

Las tensiones internas de la camada de Varela, egresada en 1982, que venían siendo canalizadas por redes sociales y grupos de WhatsApp, explotaron el 15 de marzo durante un asado que se hizo en una parroquia Santa Teresita, de Virreyes. El anfitrión fue Ignacio Alvarado, que es cura ahí y ex compañero de Varela. Hubo alrededor de 40 hombres, todos ex Newman, y luego de los lomitos y el vino comenzó la conversación que arrancó áspera y terminó conmovedora. Según Varela y otro de los participantes, hubo al menos cuatro personas que esa misma noche admitieron haber sido víctimas del padre Alfredo en sus años del Newman.

Alberto Olivero, director del Newman, contó que formaron una comisión para escuchar y contener a las víctimas y que al momento recibieron el testimonio de otros cinco ex alumnos abusados por el padre Alfredo, además de Varela. "Sean 5 o sean 20 es un horror", dijo Olivero.

En el entorno dirigencial del Newman piensan en llevar a cabo un evento público para convocar a los ex alumnos y pedir disculpas, según consingó La Nación.