Lucini, el camarista "rebelde": "Mangeri fue a la fiscalía como un imputado encubierto"
Pese a que, junto a sus colegas del tribunal, rechazó las nulidades presentadas por la defensa, criticó la actuación de María Paula Asaro.
Uno de los camaristas que hoy confirmaron el procesamiento de Jorge Mangeri por el crimen de Ángeles Rawson cuestionó el trabajo de la fiscal la noche en que solicitó la detención del portero, por mantenerlo dentro de su fiscalía como un "imputado encubierto", y dijo que el entonces sospechoso no tuvo "las mínimas garantías" de todo proceso penal.
A pesar de las críticas respecto de la actuación de la fiscal Paula Asaro la noche del viernes 14 de junio y la madrugada del sábado 15, el juez Marcelo Lucini rechazó, al igual que sus colegas, el planteo de la defensa de Mangeri que solicitaba la nulidad de los actos procesales en el momento de la detención.
Para Lucini, la fiscal ya tenía "algún tipo de sospecha" sobre Mangeri cuando lo llevó a su despacho cerca de las 22.30 de la noche del viernes 14 de junio, vestido con un chaleco y una gorra policial.
"La Sra. Fiscal formuló preguntas acerca de la relación que tenían (los familiares de Ángeles) con el portero, si lo habían visto la mañana del hecho y el concepto que les merecía. Es posible presumir que efectivamente algún tipo de sospecha en particular ya había despertado", señala el escrito.
"En esas condiciones comenzó su declaración juramentada que presenta, como sugiere su defensa, llamativas particularidades. En primer término el horario en que se recibe, ya que si bien pudo ser necesaria, no se advierte -como sí ocurrió en otros casos- la urgencia que justificara someter durante gran parte de la noche a un testigo a un peculiar interrogatorio", explica.
Luego aclara que "no cabe duda que ese contexto evidencia claramente la calidad de `imputado encubierto` que por entonces ostentaba (Mangeri), pues de otro modo no se explica la premura de la Dra. Asaro al ordenar la constatación de las lesiones ni la modalidad escogida".
El juez Lucini señaló como llamativo que mientras Mangeri se hallaba en la fiscalía como un simple testigo, la fiscal "requirió la producción de prueba que lo colocaba indiscutiblemente, en carácter de imputado e imponían de manera inmediata la suspensión del acto. En rigor de verdad, nunca debiera haberse iniciado".
"No puedo dejar de preguntarme en qué carácter permaneció allí desde las 2.52 hasta las 5.19", hora en que Asaro lo releva de decir verdad y lo imputa en la causa.
"Es indudable que el testimonio de Mangeri prestado en la fiscalía no fue recibido observando las mínimas garantías que impone todo proceso penal. Se requirió su juramento de decir verdad cuando ya se vislumbraba su condición de imputado, a punto tal que antes, o a poco de iniciado el acto, se realizaron medidas referidas a su persona claramente incriminantes", explicó Lucini.
Para el camarista, Asaro ya "tenía sospecha que Mangeri había participado de una u otra manera en el hecho" antes de recibir la declaración.
"Se vislumbra entonces un interrogatorio viciado por la mentira inicial acerca de su rol en la causa y el ocultamiento de los allanamientos que se realizaban simultáneamente, ya con la presencia misma del Juez, en los ámbitos de mayor privacidad de Mangeri", agregó.
Sin embargo, Lucini aclaró que "tales piezas procesales" no fueron tenidas en cuenta por el juez de instrucción a cargo de la causa, Javier Ríos, en el momento de fundamentar el procesamiento de Mangeri, por lo que "no es necesario" hacer lugar al planteo de nulidad presentado por los abogados defensores del portero.
"Pese a los vicios que aquéllos contienen, no causan un perjuicio concreto, razón por la cual no es necesario aplicar la sanción pretendida por la defensa", explicó Lucini, quien agregó que "se verificó un curso causal independiente que permite entonces mantener vigente la imputación que se le dirige, prescindiendo de tales actos".