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Lucía Galán habló a corazón abierto sobre su salud tras la cirugía que debió atravesar

La cantante debió someterse a intervención por un quiste premaligno. "Si pasaba el tiempo, se convertía en cáncer de páncreas", explicó.


En junio pasado, Lucía Galán preocupó a todos cuando contó que debía ser operada de un "quiste premaligno" que detectaron en su páncreas. Como se sabe, la cirugía fue un éxito, tuvo un largo período de recuperación y en octubre, volvió a los escenarios junto a su hermano Joaquín, con quien integra el dúo Pimpinela.

Entrevistada por Adrián Pallares, para Socios del Espectáculo (eltrece) contó cómo empezó el difícil camino que debió atravesar. “El diagnóstico fue milagroso -dijo-. Yo fui al médico, en Madrid, por una infección muy aguda en los bronquios, y el técnico que me hizo la tomografía del tórax tomó también parte del abdomen y ahí se detectó un quiste en el páncreas”.

“Cuando llegué a Buenos Aires me hice los estudios pertinentes y dio que era un quiste premaligno", añadió. Sin vueltas, la cantante explicó: "Si pasaba tiempo, si no veían esa imagen, podría haber sido un cáncer de páncreas que todos sabemos que es fulminante”.

Frente a ese complicado panorama, según contó, los médicos le ofrecieron dos alternativas: operarse o someterse cada seis meses a un estudio invasivo.

La decisión de Lucía, de 63 años, fue terminante: prefirió entrar al quirófano. "Fue complejo -admitió en su charla con Socios del Espectáculo-, porque la operación duró cinco horas. Me sacaron el bazo y la cola del páncreas. Tuve un posoperatorio intenso".


Lucía Galán: "Yo no le tengo miedo a la muerte"

En esa situación, la integrante de Pimpinela se sintió, dijo, "muy acompañada". "No sólo por mi hija, que se vino de Madrid a Buenos Aires, y por mis seres queridos -precisó-, sino también por el público, que me enviaba mensajes y hacía cadenas de oración".

"Después tuve que empezar a fortalecer el cuerpo -siguió narrando Galán- y a trabajar la voz, porque me había quedado el diafragma muy alto. Hice la recuperación en Madrid, porque mi hija empezaba la facultad y yo quise estar con ella".

Cuando Pallares le preguntó por su actual estado de salud, Lucía Galán respondió: "Ahora estoy bien. Tengo que seguir controlándome, pero eso es algo que ya se fue. El martes tengo que ir al médico y él me dirá cómo seguir, pero me siento bien".

"¿Te asustaste mucho?", le consultó Adrián Pallares. "Yo no le tengo miedo a la muerte -respondió-. Pero una cosa es entrar al quirófano cuando tenés un dolor o molestia, que lo que querés es sacártelo de encima. Y otra es entrar cuando estás relativamente sana, porque yo no tenía ni un dolor ni nada, es una de esas enfermedades silenciosas".

"Yo le tengo respeto a la muerte, pero no tenía miedo por mí, uno siempre tiene miedo por los que se quedan. Pero no se me cruzó eso por la cabeza".

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