Los vuelos caros de Schoklender
Sergio Schoklender gastó sólo en 2009 el equivalente a 1 millón de dólares en horas de vuelo con los dos aviones que adquirió.
Sergio Schoklender gastó sólo en 2009 el equivalente a 1 millón de dólares en horas de vuelo con los dos aviones que adquirió, según declaró ayer ante la Justicia su socio y piloto Gustavo Serventich.
Durante su declaración indagatoria en la causa en que está acusado de ser parte de la asociación ilícita que desvió fondos del Estado que estaban destinados a construir viviendas sociales, el piloto de avión reveló que fue él quien le aconsejó a Schoklender comprar los aviones, dada la cantidad de vuelos que debía realizar para atender las obras de las Madres de Plaza de Mayo en todo el país, según informa hoy el diario La Nación.
Serventich dijo que Schoklender siguió su consejo, aunque aseguró que desconoce de dónde sacó la plata para comprar las aeronaves. Salieron 1.600.000 dólares.
El piloto narró la curiosa manera en que conoció a Schoklender, de bermudas y musculosa, cuando lo recogió en el aeropuerto de Pinamar. El avión chárter que había contratado el ex apoderado de las Madres lo había dejado plantado. Serventich relató que durante el viaje se enteró de que Schoklender era el personaje público que había cumplido sentencia por matar a sus padres. Y que en esas charlas surgió el tema de la cantidad de vuelos que realizaba el entonces apoderado de la Fundación.
Así le aconsejó sobre la conveniencia de adquirir las aeronaves y, ya en tierra, le recomendó comprar las dos que tenía en venta la empresa Meldorek.
Finalmente, Schoklender compró la empresa, con los aviones incluidos, excluyendo de la operación una Ferrari y un barco, que pertenecían a la firma. Meldorek era en ese momento propiedad de Daniel Laurenti y de una empresa uruguaya, detrás de la cual estaría el financista Fernando Caparrós Gómez. Ambos están imputados en la causa.
Serventich aconsejó comprar la empresa porque era la que tenía a su nombre los certificados de aeronavegabilidad y la posibilidad de chartear los vuelos. Así lo hizo Schoklender, que le pagó con el 10 por ciento de Meldorek, según declaró el piloto. Dijo que, por eso, del millón de dólares en horas de vuelo que realizó Schoklender en 2009 nunca cobró nada de los 100.000 dólares que le correspondían como utilidades.
Añadió que el giro comercial de Meldorek era alquilar aviones y que, hasta donde sabía, las Madres de Plaza de Mayo le pagaban a la empresa por esos vuelos. Aunque declaró que no sabe a ciencia cierta si la plata entró a la firma.
Serventich se presentó provisto de papeles y constancias de la AFIP que prueban que no tuvo un incremento patrimonial durante su paso por Meldorek y su rol dentro de la sociedad. Hoy será el turno de que declare Sergio Schoklender.
Durante su declaración indagatoria en la causa en que está acusado de ser parte de la asociación ilícita que desvió fondos del Estado que estaban destinados a construir viviendas sociales, el piloto de avión reveló que fue él quien le aconsejó a Schoklender comprar los aviones, dada la cantidad de vuelos que debía realizar para atender las obras de las Madres de Plaza de Mayo en todo el país, según informa hoy el diario La Nación.
Serventich dijo que Schoklender siguió su consejo, aunque aseguró que desconoce de dónde sacó la plata para comprar las aeronaves. Salieron 1.600.000 dólares.
El piloto narró la curiosa manera en que conoció a Schoklender, de bermudas y musculosa, cuando lo recogió en el aeropuerto de Pinamar. El avión chárter que había contratado el ex apoderado de las Madres lo había dejado plantado. Serventich relató que durante el viaje se enteró de que Schoklender era el personaje público que había cumplido sentencia por matar a sus padres. Y que en esas charlas surgió el tema de la cantidad de vuelos que realizaba el entonces apoderado de la Fundación.
Así le aconsejó sobre la conveniencia de adquirir las aeronaves y, ya en tierra, le recomendó comprar las dos que tenía en venta la empresa Meldorek.
Finalmente, Schoklender compró la empresa, con los aviones incluidos, excluyendo de la operación una Ferrari y un barco, que pertenecían a la firma. Meldorek era en ese momento propiedad de Daniel Laurenti y de una empresa uruguaya, detrás de la cual estaría el financista Fernando Caparrós Gómez. Ambos están imputados en la causa.
Serventich aconsejó comprar la empresa porque era la que tenía a su nombre los certificados de aeronavegabilidad y la posibilidad de chartear los vuelos. Así lo hizo Schoklender, que le pagó con el 10 por ciento de Meldorek, según declaró el piloto. Dijo que, por eso, del millón de dólares en horas de vuelo que realizó Schoklender en 2009 nunca cobró nada de los 100.000 dólares que le correspondían como utilidades.
Añadió que el giro comercial de Meldorek era alquilar aviones y que, hasta donde sabía, las Madres de Plaza de Mayo le pagaban a la empresa por esos vuelos. Aunque declaró que no sabe a ciencia cierta si la plata entró a la firma.
Serventich se presentó provisto de papeles y constancias de la AFIP que prueban que no tuvo un incremento patrimonial durante su paso por Meldorek y su rol dentro de la sociedad. Hoy será el turno de que declare Sergio Schoklender.