Los violadores de Palermo intentan despegarse

El imputado y detenido Ignacio Retondo, y para que usted lo identifique, es el flaco largirucho, desprolijo, poco amigo de la ducha y con cara de yo no fui, dejó una versión del ataque. En la misma señala que sus amigos decían insistentemente “que querían subir al auto”. Contó que junto a Domínguez tuvieron un mínimo contacto con la víctima  y que ellos estaban en la esquina y no participaron del hecho.

Al momento de empezar su declaración dijo ser estudiante de la Universidad Nacional de San Martín, estar cursando el cuarto año de la carrera de Relaciones Internacionales y se declaró inocente por ser ajeno al hecho. Lo que no cuenta el grandote, es que a los 14 años estuvo involucrado en una causa por abuso sexual. Lindo nene.

Reconoció ser amigo de Franco Lykan, con quien estaba en la esquina tocando la guitarra y consumiendo bebidas alcohólicas que habían comprado en distintos kioscos de la zona y que estando ahí, llega un joven colombiano y la víctima en compañía de tres de los imputados: Ramos, Cuzzoni y Domínguez, a los cuales conoció en ese momento.

Continúa su relato diciendo que la joven se acercó para decirle que le había gustado la canción que había tocado y que en ningún momento percibió que estuviera desorientada. Sigue el relato contando que se fue para Plaza Serrano perdiéndose los otros tres con la joven hasta que se reencontraron nuevamente en Cabrera y Serrano donde estaba estacionado el auto donde se produjo el hecho.

Aseguró que uno de los jóvenes, que sería Ramos, comenzó a tener sexo con la mujer sin que medie violencia alguna y escucho cuando Pasotti y Domínguez decían que tenían ganas de subir al auto a sumarse al encuentro. Él dijo que no, que “no daba, no pintaba, porque había gente pasando”. De todos modos, Lautaro Pasotti se subió al auto y se sumó, sin advertir violencia alguna dentro del auto.   Remata contando que vino un hombre con el celular a filmar lo que pasaba. Esto generó una pelea que culminó con todos detenidos. 

Concretamente, relata la escena sexual de esta manera: ve como la chica se sube sobre Ciongo, con quien previamente se había besado, estaba apoyada sobre la guantera, la veía gesticular con su cara. "A la chica la vi inclinarse sobre él", no pudiendo precisar si sobre sus genitales o su boca, solo la vio sobre el joven. 

Como Usted podrá advertir, tenuemente se empieza a instalar que el hecho se dio por la voluntad de la mujer. Mucho podrán decir los imputados. La víctima denunció abuso sexual y que tiene recuerdos dispersos y difusos del episodio, e instará la acción penal contra los jóvenes, con lo cual lo que digan éstos poco importa.