Los satánicos tatuajes de uno de los acusados por el macabro femicidio de Neuquén
El cadáver de la víctima, una joven que estava embarazada de seis meses, apareció incinerado el 23 de julio. El vínculo ocultista.
Sucede que ya había trascendido el vínculo con el culto kimbanda y el satanismo de los tres detenidos por el caso: Luciano Hernández -ex pareja de la víctima, Osvaldo Castillo y Diego Marillán, pero más precisiones en relación a uno de ellos revela aún más lo críptico del caso.
Es que se sumaron a la causa una serie de fotografías de Castillo que muestran sus macabros tatuajes: figuras femeninas y masculinas con rasgos demoníacos, reptiles y dos mujeres ardiendo en una hoguera.
"Los tatuajes, los elementos encontrados durante el allanamiento y el hecho de que la chica haya sido quemada nos llamó mucho la atención", afirmó uno de los fiscales que investigan el caso, Agustín García. Además, el funcionario judicial señaló que "aún falta determinar el móvil del crimen" y, aunque no estableció cuales son las líneas de investigación, se sabe que las hipótesis principales son dos.
La principal señala que Fernanda fue asesinada por Hernández porque el hijo que esperaba era de otro hombre. Otra hipótesis, mientras tanto, apunta al rol de la joven como testigo en el crimen de Franco Orellano, un adolescente baleado por un supuesto narcotraficante.
El caso
Satanismo, narcotráfico, golpizas y un homicidio. Todos esos elementos acechaban la vida de Fernanda Pereyra (26), una joven embarazada que fue asesinada en la ciudad neuquina de Rincón de los Sauces. Su cuerpo fue hallado en un descampado. Los peritos determinaron que sus restos habían sido objeto de un extraño ritual. Con tablas, partes de palets, gomas y grandes cantidades de combustible, la joven madre fue reducida a cenizas. Apenas si sobrevivió una cadenita que llevaba puesta.
El lugar donde quemaron el cadáver no habría sido elegido al azar: el descampado está en el kilómetro 6 de la ruta 6. La víctima, además, estaba embarazada de 6 meses. Para los investigadores, se trata de un gesto cruel y morboso dedicado al 666, el número bíblico de "La Bestia".
Por el brutal homicidio, cometido el 20 de julio, fueron detenidos tres sospechosos: su ex pareja, Luciano Hernández, y dos amigos de él, Osvaldo Castillo y Diego Marillán. Según informaron fuentes del caso, los acusados están relacionados con el tráfico de drogas en la zona y practican satanismo y otras creencias de origen africano. Por eso, los investigadores creen que la víctima fue sometida a un ritual en el que se involucró a San La Muerte, el santo de los narcotraficantes, y a Destranca Rua, entidad relacionada con el kimbanda, un culto angoleño.