Los retrocesos de Europa
Las caídas de España e Italia en las estadísticas industriales, además de la grave situación en Grecia, revelan la fragilidad de las economías europeas, seriamente afectadas por la crisis financiera.
Hace poco más de tres años, Italia y España estuvieron a punto de involucrarse en una crisis diplomática, porque el presidente del gobierno hispano, José Luis Rodríguez Zapatero, osó afirmar que su país desplazaría a la nación italiana del quinto lugar como potencia industrial del mundo. Con absoluto desprecio por el protocolo, lo dijo en una visita oficial a Roma. La indignación de los italianos alcanzó intensidades estremecedoras, tantas que el primer ministro Silvio Berlusconi interrumpió sus actividades para refutar a su colega.
La granizada de estadísticas lanzada por ambos gobiernos ocultó la realidad: tanto Italia como España comenzaban a transitar un acelerado proceso de regresión económica. La convocatoria a la realidad provino del presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, quien anunció días atrás que su país desplazó a Italia del sexto puesto de las estadísticas mundiales. ¿Y España permanece en el quinto lugar?, se interrogaban con temor y tristeza los italianos. Para nada. España había desaparecido de los 10 primeros puestos, porque, después de los Estados Unidos, fue uno de los países más duramente golpeados por la crisis financiera provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008. El disputado quinto puesto está ahora en poder de la India.
Con cierto desconsuelo, los principales medios periodísticos italianos, sobre todo los especializados en economía, recordaban con nostalgia 1987, cuando el entonces primer ministro italiano Bettino Craxi anunció que Italia había superado a Inglaterra como quinta potencia industrial.
A esos datos se agrega que Grecia se debate en una crisis insondable, que la obligaría a reprogramar su deuda a sólo un año de un megasalvataje. Ayer, en un intento para evitar que las esquirlas de esa crisis golpeen a los grandes bancos europeos, Francia y Alemania acordaron trabajar juntas para evitar el derrumbe de Grecia.
El Viejo Continente ya no es lo que era. Salvo Alemania, naturalmente. Si se desagregara de las estadísticas de la Unión Europea la economía germana, los 26 países restantes del espacio común estarían entremezclados entre los emergentes de América latina y Asia. De hecho, la mayoría de los principales miembros de la eurozona quedarían por debajo de Brasil.
Los problemas que acarrean las distintas economías europeas en materia de desempleo y retroceso en sus índices de crecimiento se suman a los de Estados Unidos, que también muestra una nueva desaceleración en sus principales indicadores. Según los análisis de los principales economistas, estos hechos anticipan que la economía global crecerá menos de lo esperado.
Más tarde o más temprano, los emergentes –incluida la Argentina– percibirán esa caída en sus niveles de actividad. La alerta debería ser tenida en cuenta por las autoridades nacionales para volver a un manejo prudente del gasto público.