Los otros "héroes" de Rosario: ¿cómo trabajan los perros de rescate?
Enterate cómo hacen los caninos para colaborar en derrumbes y en situaciones críticas como la de la explosión.
Tras la explosión del edificio en Rosario, una gran cantidad de bomberos y rescatistas trabajaron (y aún lo continúan haciendo) entre los escombros para encontrar las personas desaparecidas. Pero no buscaron solos: los perros rescatistas realizan una tarea imprescindible en ocasiones como ésta.
Los perros, desde que fueron domesticados, han ayudado al ser humano en todas las áreas de trabajo. Entre las tareas más comunes de los perros de búsqueda y de rescate se encuentran: rastreo de personas cubiertas por alud de nieve, personas atrapadas en espacios confinados, estructuras colapsdas o deslaves sobre áreas habitadas; personas extraviadas en áreas rurales como bosques, pantanos o montañas; rescate por arrastre de náufragos o bañistas; búsqueda forense para víctimas de desastres, crímenes, fosas, comunes o personas ahogadas en cuerpos de aguas.
El perro de rastreo busca individuos a partir de numerosos indicios olfatorios (huellas, objetos o distintas pistas). Su misión en casos de derrumbes, como el ocurrido en Rosario, es descubrir personas y objetos, o simplemente indicar la dirección tomada por la persona que se busca. En todo momento, el cuerpo de un individuo emite pequeñas moléculas olorosas que son detectables por el perro.
Sin embargo, a raíz de la complejidad del rastreo, se requiere un entrenamiento específico donde se selecciona a los perros con capacidades olfativas, habilidad de concentración, dinamismo, resistencia, tenacidad, valentía e indiferencia por los disparos, entre otras cualidades.
Cristian Kuperbank, miembro de un equipo de rescatistas que también utilizan perros de rastreo, contó que los canes "explotan sus cualidades de olfato". Y agregó, en diálogo con C5N: "Ellos no sufren en ningún momento. Son dos o tres años de trabajo intensivo para que el perro simplemente en diez minutos pueda definir una situación".